Que el agua es vida lo sabemos mejor que nadie, ya se trate de plantas o animales. Sin agua no hay nada que hacer. Para una gallina ponedora, la disponibilidad de agua tiene que ser total ya que de ello, y de su alimentación de forma conjunta depende la calidad y cantidad de huevos que va a poner. ¿Ponemos un platito o recipiente con agua y ya? No es tan sencillo. ¿Cuanto bebe una gallina? Lo resolvemos ahora. Los bebederos para gallinas tienen más ciencia de lo que parece.
La tecnología que orbita alrededor de los bebederos para gallinas pudiera parecer sencilla pero tiene un largo recorrido hasta llegar a los niveles de precisión y automatización de los bebederos profesionales como por ejemplo el sistema de bebederos para gallinas como el que fabrica SKA. Además de los niveles de automatización para abastecer a demanda hay que tener varias consideraciones de higiene, regulación de caudal, presión de circuito, recogida de sobrantes, posición del animal a la hora de beber. A fin de cuentas, son características que nos facilitan la vida a nosotros a la vez que mantienen una elevada comodidad en la gallina.
Recoger el sobrante de los bebederos para gallinas es crucial
Una gallina no bebe con cuidado. Simplemente bebe y calma su sed y no se plantea que el agua no hay que desperdiciarla. El avicultor, sin embargo sabe muy bien las consecuencias del desperdicio de agua, tanto económicas como sanitarias.
Económicas porque el agua no es gratis, y en producciones intensivas hay que ajustar los litros consumidos al milímetro.
No obstante, lo crucial de no desperdiciar agua no es tanto la parte económica como la parte sanitaria.
Derramar agua fuera del propio bebedero implica una serie de consecuencias nefastas derivadas de lo que se conoce como cama mojada. Una cama mojada provoca crecimiento de hongos, bacterias, parásitos que acabarán por generar enfermedades en las gallinas que se pueden resumir en:
Problemas en la piel. Pododermatitis en las patas al ser lo primero que toca el suelo y dermatitis en otras partes del cuerpo, especialmente el pecho al estar en posición de puesta tocando la cama húmeda.
Exceso de humedad genera enfermedades respiratorias que junto con los problemas de piel, baja la inmunidad de la gallina siendo más susceptible de ataque por parásitos, bacterias, virosis… Démonos cuenta que además es un círculo vicioso de malas condiciones ya que el exceso de humedad favorece justamente el crecimiento de microorganismos.
El exceso de humedad en la cama o lecho es el arranque de una rueda de malestar en el animal que acabará por mermar la producción gravemente.
El control de presión es fundamental para evitar derrames de agua.
Es necesario tener control de la presión. No por más presión, el animal va a beber más. Se han hecho barbaridades, creyendo que bebiendo más, la gallina come más, engorda más. No decimos que esto no pueda pasar, pero la consecuencia de excesos de derrames de agua puede afectar a todo lo anterior y por tanto genera una pérdida de animales por enfermedades, además de generar malestar animal.
Por ello, la presión debe estar muy ajustada al tipo de bebedero (también la boquilla del mismo) y al tamaño del pico del ave. Puede beber lo que puede beber, no más. Y el caudal (que depende de la presión del circuito) debe estar ajustado.
Y esto incluye cambios en la presión en los diferentes estados de crecimiento del ave. El ave crece, el pico crece, cambia incluso su curvatura y ello implica que la presión debe ser menor cuando son polluelos de pocos días, para ir incrementando la presión en función del crecimiento.
Las tazas de recogida del sobrante en los bebederos para gallinas
Por mucho que controlemos la presión y adecuemos la válvula al tamaño de pico, es inevitable un ligero derrame de agua. Para ello, los bobederos para gallinas y aves en general están fabricados con una tacilla colgante que recoge las gotas de agua que la gallina derrama. De esta forma, el agua se recupera y además es muy normal que las propias gallinas acaben bebiendo también de la propia taza. En la siguiente imagen tenéis el ejemplo.
Bebederos para gallinas. Cortesía de SKA
¿Cuánta agua bebe una gallina al día? Parámetros de calidad
El tamaño o peso (determinado por la fase de crecimiento) aunque lo que más influye en el consumo de agua es la temperatura ambiental. Para que nos hagamos una idea, el consumo normalizado de agua a 21ºC puede llegar a duplicarse si la temperatura se eleva a 35ºC y triplicarse si la temperatura alcanza los 40ºC. Es decir, los consumos de agua en invierno y verano son muy distintos.
Además de la cantidad que habrá que regular en función de la ventilación de la nave, temperaturas etc. la calidad del agua también es un factor fundamental en el crecimiento de la gallina. Controlar factores como el pH, la conductividad son esenciales para hacernos una idea del contenido en sales. Las aguas excesivamente salobres afectan negativamente al crecimiento de la gallina y a la puesta de huevos así como a la calidad de los mismos. Las características físicas mínimas para considerar un agua de consumo de calidad según el RD 140/2003 son:
pH: 6,5 – 9,5. Lo ideal es que esté cerca de la neutralidad.
Conductividad: < 2500 µs/cm a 20ºC
Turbidez: 1-5 UFN
Cloro libre residual: 1 ppm (mg/l)
Referencias:
Koelkebeck, K. W., McKee, J. S., Harrison, P. C., Parsons, C. M., & Zimmerman, R. A. (1999). Performance of laying hens provided water from two sources. Journal of Applied Poultry Research, 8(3), 374-379.
Wilson, W. O. (1948). Some effects of increasing environmental temperatures on pullets. Poultry Science, 27(6), 813-817.
Yeomans, M.R. (1987). Control of drinking in domestic fowls. Unpublished PhD thesis, University of Edinburgh, UK.