La agricultura actual no se basa en sembrar una semilla, añadir agua y abono y esperar recoger un pimiento rojo, de sabor perfecto y de gran tamaño. Lamentablemente hemos llegado a niveles en los que tenemos que buscar arducias para mejorar las producciones. En esto tiene un papel vital las hormonas vegetales, ya sea aplicadas por nosotros o bien generadas de forma natural por la planta. En cualquier caso, hoy toca descubrir sus particularidades.
¿Qué son las hormonas vegetales o fitohormonas?
Las fitohormonas son sustancias naturales producidas por las células vegetales de nuestras plantas. Se producen en sitios y momentos estratégicos (básicamente, cuando la planta quiere 🙂 ). Por tanto, estas hormonas vegetales, producidas en un momento concreto de la vida de la planta y aplicadas en un punto concreto del vegetal, producen una determinada acción y regulan fenómenos fisiológicos.
Como curiosidad deciros que si, por ejemplo, la planta quiere estimular una parte concreta de su tejido, las células no han de producir dichas hormonas vegetales en ese sitio concreto, sino que se pueden desplazar líbremente a través del xilema y el floema.
¿Qué hormonas vegetales conocemos?
Actualmente conocemos y tenemos a nuestra disposición 6 hormonas vegetales, aunque existen muchas más. Sin embargo, también podemos encontrar otros compuestos que, aun no siendo consideradas como fitohormonas, producen o estimulan fisiológicamente a la planta. Es el caso de la sistemina, la estrigolactona, los salicilatos, la oxilipina, la poliamina, las oligosacarinas, etc.
hormonas vegetales en frutos
Algunas hormonas vegetales pueden mejorar la maduración y homogeneización de los frutos
Ácido abscísico
Dónde podemos encontrarlo: en hojas, tallos y frutos verdes antes de madurar.
Auxinas
Las auxinas (ácido indolacético) actúan como reguladores del crecimiento vegetal. Lo que hacen, en términos básicos, es aumentar el tamaño de las células, por lo que se traduce en un mayor tamaño de la planta. Además retrasa la caída de las hojas, induce al gravitropismo, promueve el crecimiento del fruto y el crecimiento de raíces laterales, etc.
Dónde podemos encontrarla: en el embrión de semillas, en hojas jóvenes, tejidos meristemáticos de yemas apicales, etc.
Citocininas o citoquininas
Ya hablamos de forma más completa de las citoquininas por lo que no vamos a decir nada nuevo. Su función en la planta es estimular el crecimiento celular. Si las auxinas aumentaban su tamaño, esta fitohormona lo que hace es aumentar el número de células.
Dónde podemos encontrarla: en las raíces, aunque se pueden transportar a otras zonas de la planta.
Etileno
El etileno estimula la maduración de los frutos y provoca la caída de las hojas. Hay una gran curiosidad en cuanto a su descubrimiento. En el siglo XIX se observó que los árboles situados justo encima de las farolas se defoliaban irremediablemente. Esto les llevó a la conclusión de que las farolas producían etileno que provocaba la abscisión de las hojas.
Dónde podemos encontrarlo: en el tejido de frutas maduras, en los nódulos de los tallos, hojas y flores en etapa de senectud.
Muchos agricultores lo conocerán como etefón. La hidrólisis de este compuesto es lo que produce el etileno, y tiene las siguientes funciones:
Retrasar el crecimiento de las plantas y aumentar la tolerancia al frío.
Estimular la brotación de bulbos.
Ruptura de la dormancia en semillas.
Favorecer la precocidad y uniformidad en la maduración de los frutos.
Estimular la apertura de las cápsulas en algodón.
hormonas vegetales en caqui
Adelanto de la maduración en caqui con la aplicación de etefón
Giberelinas
Dónde podemos encontrarlo: en los meristemos de yemas apicales, en las raíces, en hojas jóvenes y en embriones.
Brasinoesteroides
Muchos desconocen estas fitohormonas y se quedan o le suenan las anteriores. Sin embargo, los brasinoesteroides desempeñan un papel importantísimo en las plantas, sobre todo para solucionar problemas relacionados con el estrés ambiental o biótico.
Tienen acción de crecimiento sobre células, su división y diferenciación celular, por lo que contribuyen, de manera importante, a mejorar el rendimiento de los cultivos.
Una carencia de estos brasinoesteroides supondría problemas gravísimos para la planta, tales como enanismo, mal enraizamiento (y futura muerte súbita de la planta), pérdida de fertilidad, subdesarrollos en hojas y tallos, etc.
El mercado de fitohormonas y su dosificación
La aplicación de hormonas vegetales al cultivo tiene su peso en momentos concretos de la planta donde se exige una mejora de la asimilación energética de la planta. Por ejemplo, es el caso de la aplicación de aminoácidos, una fuente energética de fácil disponibilidad de la planta, usada para solventar situaciones concretas de la planta, como estrés ambiental (granizo, altas o bajas temperaturas), etapas críticas (germinación, floración, cuajado, etc.).
Muchas veces, dichas hormonas vegetales van sumadas a otros componentes que proporcionan un aporte extra de energía a la planta. Por ejemplo, se añaden ácidos carboxílicos, disacáridos, vitaminas, etc.
Los ácidos carboxílicos se han estudiado por su potencial para evitar rajados en plantas (con su pérdida total de comercialización), para aumentar la calidad organoléptica en frutos e incrementar la vida post-cosecha, entre otras cosas.
Los disacáridos (sacarosa, maltosa, lactosa, etc.) son hidratos de carbono que la planta produce en la fotosíntesis y permite aumentar la calidad de los frutos y proporcionar energía para el crecimiento de partes vegetativas en la planta.
Por ejemplo, un compendio de citoquininas, auxinas y giberelinas más alguno de los compuestos anteriormente mencionados pueden actuar de la siguiente manera:
Crucíferas y compuestas: para aumentar el tamaño y la uniformidad de las cabezas.
Cucurbitáceas: para mejorar el desarrollo inicial de la planta.
Pimientos: para aumentar la vida de la planta, reducir el envejecimiento y paliar los efectos del estrés.
Patata: para aumentar el tamaño de los tubérculos en el momento de la tuberización.
Tomate: para aumentar el desarrollo de los frutos y su amarre.
En este aspecto, la dosificación es muy importante. Una cantidad superior o inferior de una determinada hormona vegetal induce una respuesta distinta.
Un producto que, por ejemplo, contenga auxinas (ANA + ANA AMIDA) no produce la misma respuesta en cultivos distintos. Aunque normalmente este grupo de hormonas vegetales sirvan para estimular la floración en momentos específicos del cultivo. En cultivos como pimiento, mejora el cuajado de flores (la formación de frutos), y en frutales de hueso o pepita, estimula la actividad vegetativa o evita la caída de frutos.
hormonas vegetales experimentales
En conclusión, las hormonas vegetales pueden resultar muy interesantes aplicados sobre los cultivos cuando necesitan una respuesta contundente en momentos donde el clima, el abonado o el suelo no son favorables. El mercado de productos vegetales también hace que la aplicación de estos compuestos aumenta con los años (exigencia de mayor precocidad, sabor, calibre, etc.). Podemos encontrar también fitohormonas naturales procedentes de productos naturales y de origen orgánico, como los extractos de algas.
Sin embargo, podríamos decir que es un «premio» al cultivo, como cuando se le da una bolsa de chucherías a un niño :). Cuanto más azúcar se añada al café, más dulce estará. Así de simple.