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Los cuidados de la menta en tu jardín

Aquí tenemos otra nueva planta aromática para incorporar a nuestro jardín o huerto de plantas aromáticas. Esta seguro que la conocéis, pero quizá aún no os habéis atrevido a cultivarla. Os lo recomendamos encarecídamente, incluso para combinarla con hortícolas en tu huerto ecológico, debido a sus propiedades repelentes de plagas. Hoy, en Agromática, hablamos de los cuidados de la menta.

El cultivo de la menta
Las propiedades de la menta se conocen desde hace mucho tiempo y lleva ya 4 siglos de cultivo intensivo en Europa. La menta es utilizada como componente activo para aceites esenciales, analgésicos y como ayuda para aliviar los síntomas de resfriados. Todo esto lo podemos conseguir a tiro de piedra si salimos a nuestro jardín y recogemos las hojas de nuestra menta.

Plantar menta en el huerto
Clima y suelo idóneo para los cuidados de la menta
El clima donde se desarrolla la menta es propio de un clima templado y condiciones de semi sombra o zonas sombrías, ya que el sol directo, quema las hojas y reduce la humedad, un requisito importante en el cultivo de la menta.

La mayoría de plantas aromáticas, como la menta, se adaptan a gran variedad de suelos. Sin embargo, para los perfectos cuidados de la menta se elige o transforma un suelo con buen drenaje y buen contenido en materia orgánica.

De esta manera el suelo tendrá un buen contenido en humedad, que también forma parte de un requisito de esta planta aromática. Si tuviéramos que elegir una estructura de suelo diríamos que el suelo arcilloso es el más indicado para este cultivo.

El abonado. Un requisito importante en los cuidados de la menta
Si definiéramos dos conceptos clave en el cultivo de la menta, uno sería el abono que se le añade y el contenido de humedad, relacionado con la frecuencia y la cantidad de riego que se le aplique (y que veremos más adelante).

Es una planta especialmente exigente en abonado orgánico o mineral. Se prepara el suelo donde se vaya a cultivar con una mezcla de la tierra y compost o estíercol. Generalmente con estas dos formas de abonar es suficiente.

Puede ser que presente algunas carencias minerales como clorosis (observa las hojas) si el suelo es muy pobre. En ese caso tendrás que aportar algún abono mineral de los muchos que mencionamos.

Si tienes a mano fertilizantes convencionales, puedes optar por el equilibrio 1-1-1 que proporciona el triple 15 o el triple 20.

Las cantidad a aportar, a nivel de huerto, las podemos hacer repartiendo un poco de abono alrededor de cada planta. El agua que aportemos con el riego o la propia lluvia conseguirá solubilizar y liberar el fertilizante, aportando nitrógeno, fósforo y potasio a la menta.

De esta forma, aumentará la producción de hojas, se incrementará la acumulación de aceites esenciales y mejorará el color de la planta.

Características de la menta
Cómo regar de forma ideal
Este es el quid de la cuestión en los cuidados de la menta. Necesita riego en abundancia, humedad constante. Con estas condiciones se asegura un crecimiento continuado de la planta y un desarrollo y expansión del cultivo de forma veloz (la menta crece muy rápido).

Si bien, antes hemos mencionado la elección del suelo con buen drenaje para evitar, entre tanto riego, el encharcamiento y la formación de hongos. En verano, el riego ha de ser muy continuado, aunque también puedes utilizar algunos trucos como el acolchado para acumular de forma más eficiente la humedad en el suelo.

Si efectúas el riego como hemos comentado, la menta ampliará su espacio hasta el punto de que puede llegar a ser invasiva. Esto lo controlamos a través de la poda, limitando el espacio donde queremos que se desarrolle.

Cuando sucede esto, es que por supuesto estás haciendo muy bien las cosas. Una planta con mal desarrollo se preocupará por sobrevivir dentro de las malas condiciones en las que crece, antes de querer expandirse y «conquistar» terreno.

Una forma de comprobar cuanta cantidad de agua es suficiente, es conseguir que se humedezca toda la zona del bulbo húmedo, como en la fotografía anterior. Después, la frecuencia de riego estará determinada por el tiempo que pasa hasta que dicha humedad se disipe y no tengamos tierra pegada al introducir el dedo.
Multiplicación de la menta
La menta se reproduce exitósamente por esquejes o estolones. Si se hace por esquejes tienes un periodo desde finales de invierno (cuidado con las heladas) hasta principios de privamera. Y por estolones en otoño o primavera.

¿Y por semillas? Sí, también se puede hacer. Es un proceso más lento que requiere cerca de 1 mes de germinación en condiciones de semillero o interior. El inconveniente es que por semillas ya no se obtiene la genética de la planta madre y se pueden dar hibridaciones de plantas no adecuadas.

Otros tipos mentas
No todo el monte es… menta. Dentro del género Mentha hay otras entre las cuales tenemos dos muy famosas:

Fuente: agromatica

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