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A menudo nos encontramos con que alguno de nuestros cultivos o plantas, ya sea de interior o dispuestas en el jardín, tiene algún problema que de primera mano no sabemos diagnosticar. ¿Será una plaga o una enfermedad? Pues no, a veces se debe a errores que podemos cometer a la hora de mantener el cultivo. Se conocen como fisiopatías. ¿Quieres conocerlas?

No es ni plaga ni enfermedad, ¿entonces qué le pasa a mi planta?

fisiopatías

El rajado del fruto
Esta es una fisiopatía que ocurre en bastantes frutos como el tomate o el pimiento. Sucede que cuando el fruto está en proceso de maduración aparecen una especie de cicatriz o rajadura que nacen del cáliz y se extienden a lo largo de la hortaliza.

Esto es un problema de cara a su comercialización (tenemos la capacidad automática de desechar algún producto imperfecto en el supermercado a través de la vista aunque luego su sabor sea extraordinario).

Causas: la piel del fruto crece a la misma velocidad que su interior, lo que se conoce como la pulpa, y como en el caso de la piel humana tiene un límite de elasticidad. Un fruto que recibe un estímulo extra como el aumento de la temperatura o riego extra provoca un crecimiento del fruto por encima de las posibilidades de la piel, por lo que se forma el rajado del fruto, similar a las estrías en la piel humana.

fisiopatía
Necrosis apical o blossom-end rot
Este es un problema de carácter grave que se puede dar en plantas como la berenjena, el tomate o el pimiento. Durante el crecimiento del fruto y su maduración aparece una lesión que se vuelve negra y necrosa. Esta podredumbre apical muchas veces es confundida con algún tipo de enfermedad de tipo fúngica aunque los orígenes son distintos.

Causas: es un trastorno fisiológico asociado a una baja concentración de calcio en el fruto. Cuando una planta sustenta varios frutos y no es capaz de aportar el suficiente calcio a cada una, se produce una lesión en los tejidos, normalmente debido a una estructura del suelo que no permite la movilización de este mineral, a una estrés por sequía, o a variaciones frecuentes en la humedad del suelo.

Todos estos ejemplos no son el origen del problema de forma directa si no que causan el déficit de calcio en la planta. Es decir, aunque haya un estrés por sequía no se originará la necrosis apical si los niveles de calcio son los adecuados.

Asfixia radicular, una de las fisiopatías más comunes

La asfixia radicular está íntimamente ligada con el exceso de humedad a la hora de regar nuestros cultivos en el huerto. Con ello favorecemos la podredumbre de las raíces y la muerte de la planta. Hay una serie de pautas para descubrir este tipo de fisiopatías, como una parada generalizada del crecimiento, una clorosis de las hojas o bien su defoliación y una futura caída de frutos.

Causas: no existe ningún factor externo más que la acumulación de agua en el suelo. La cantidad de agua con la que reguemos influye pero no es determinante, ya que se puede dar el caso de que reguemos con normalidad pero nuestro suelo, al tener un drenaje pésimo, no es capaz de infiltrar el agua y por ello causa la podredumbre.

Por tanto la principal causa es un mal drenaje de suelo y la solución es simple, mejorarlo. Estas fisopatías relacionadas con el manejo del huerto son fáciles de solucionar si tenemos cuidado.

Aborto de los frutos (abscisión)
El aborto o abscisión de los frutos es una fisiopatía que origina, en mayor o menor grado, la caída de flores y frutos.

Causas: puede tener varios orígenes. Uno de ellos es el mecanismo propio de aclareo del árbol cuando está demasiado cargado de frutos. Otro origen es debido a una mala compensación de los nutrientes en el cultivo debido a un mal abonado o bien una mal actuación en el riego.

Golpe de sol o asoleado
Cuando el fruto llega a su madurez justo antes de recolectarse se encuentra en el punto más vulnerable. Es una fisiopatía muy visible en la piel del fruto, en el que aparece una mancha de color marrón que evoluciona desfavorablemente con el tiempo, aunque haya sido cosechado.

Causas: Cuando se encuentra expuesta a la radiación solar directa o por altas temperaturas justo antes de su recolección, cuando la carne del fruto está más tierna. Existen algunos manejos para intentar paliar el problema, uno de ellos sería control la densidad foliar en el caso del árbol evitando podas excesivas o el estrés hídrico, que agranda el problema.

Malformación del fruto
Esta fisiopatía tiene carácter específico en algunos cultivos, como el chupado del calabacín, y aunque anteriormente se ha achacado el problema al tratamiento mediante hormonas que se realiza sobre el cultivo para su fecundación, también existe un componente ambiental relacionado con el estrés hídrico.

Causas: uede deberse a dos factores, o bien falta de humedad en el suelo y por lo tanto estrés hídrico; o bien por todo lo contrario, un exceso de humedad ambiental. A demás también hay situaciones que puede provocar la malformación del fruto, como el viento. Un viento seco provoca un problema en el desarrollo del cultivo que se refleja en los frutos. Todos estos problemas hacen que la planta cierre sus estomas y evita realizar de forma completa su actividad fotosintética.

Nos quedan muchos más por poner
Hay muchísimos más problemas que podemos achacar a enfermedades virus o plagas; que luego realmente, no tiene nada que ver, y se tratan de este tipo de fisiopatías.

Fuente: agromatica.es

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