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Un cultivo pasa por varias etapas de crecimiento, donde el resultado final es la cosecha y recogida de frutos. Sin embargo, para obtener un rendimiento adecuado y una calidad óptima de dicha cosecha, hace falta algunas cosas que todo agricultor debe saber. Una de ellas es el aporte de potasio que, como vamos a ver ahora, se puede hacer con sulfato de potasio.

Una práctica habitual de uso del potasio (y en este caso concreto, del sulfato de potasio) es utilizarlo para madurar y mejorar la calidad de los frutos.

El potasio lo encontramos en el suelo a partir de silicatos, cuyo origen lo tenemos que asignar a las rocas y minerales magmáticas como micas y feldespatos. Sin embargo, para no entrar en todo este tema que realmente no interesa tanto, básicamente mencionamos cómo encontramos el potasio en el suelo, desde el punto de vista de rendimiento.

Potasio directamente asimilable: va fijado en la superficie de las arcillas y en el complejo arcillo-húmico, que más de una vez hemos comentado en Agromática.
Potasio interlaminar: esta forma se encuentra entre las distintas láminas de la arcilla y le cuesta mucho a la raíz asimilar el potasio que se puede encontrar en ella. Sin embargo, está ahí.
Potasio en fracción mineral: es una fracción del total que podemos encontrar en el suelo no disponible para la planta. A partir de fenómenos como la meteorización o la acción degradativa de bacterías, se puede liberar muy lentamente y ser absorbido por la planta.
Decir, todo cabe, que el potasio directamente asimilable sólo forma el 0,1 o 0,15% del total de este elemento que podemos encontrar en el suelo.

sulfato de potasio en el suelo
La función del potasio en la planta
La función que ejerce el potasio sobre los cultivos es, por ser genérico, de tipo fisico-químico.

Se encarga de estimular el contenido en agua de las células, por lo que este hecho está muy relacionado con el engorde y calidad del fruto. También ejerce un efecto de control sobre la permeabilidad de dichas membranas celulares. Menor pérdida de agua se traduce en mayor conservación de frutas y hortalizas.

También contribuye a aportar resistencia a las plantas frente al frío, pues regula la concentración salina de los jugos celulares.

El potasio y el nitrógeno son buenos amigos, por lo que un plan de abonado rico en potasio favorecerá la absorción de nitrógeno.

Potasio efectivo = nitrógeno efectivo

Igualmente, con la sequía ocurre lo mismo. Como el potasio se encarga de reducir la velocidad de transpiración de la planta, en momentos de sequía tendrá más resistencia y será capaz de aguantar estoicamente en situaciones de estrés ambiental.

Y, por supuesto, el potasio ejerce un papel importantísimo en la elaboración de azúcares. Eso que hacen que las chirimoyas del chirimoyo estén tan dulces o la sandía tan jugosa. Por cierto, si después de lo que hemos dicho te apetece plantar sandías, no tienes más que seguir las recomendaciones de su cultivo. 🙂

Niña comiendo sandía con sulfato de potasio
Abonado de maduración en melón y sandía
Cuando llega la época de maduración en melón y sandía, una táctica común que utilizan muchos agricultores es utilizar el sulfato potásico para aumentar la conductividad y conseguir una mayor producción de azúcares.

El sulfato potásico aporta casi 900 mS/cm por cada medio gramo solubilizado en 1 litro de agua. O lo que es lo mismo, medio kilo por cada 1000 litros de agua.

[alert style=»red»]1 gramo/litro de de sulfato potásico aporta 1,8 mS/cm de conductividad [/alert]
Al elevar la conductividad con este fertilizante, también se incrementa la resistencia a absorber agua por parte de la planta, por lo que se reduce la probabilidad de que los frutos se rajen.

Aunque este rajado no está directamente ligado con la capacidad de absorber agua (puesto que en condiciones normales las paredes de los frutos pueden soportarlo), depende de las condiciones de sobremaduración de los frutos, que muchas veces ocurre esperando un buen resultado económico en su venta.

Estudios científicos han avalado que introducir un poco de amonio (fosfato monoamónico o sulfato amónico) reduce la capacidad de absorción de agua, por lo que también puede ayudar a estimular los procesos de maduración y reducir el agrietado.

Sin embargo, puede ser contraproducente introducir nitrógeno en esta fase, por lo que si tuviésemos que elegir entre estos dos fertilizantes, tenderíamos más por el fosfato monoamónico (12-61-0), que contiene menos nitrógeno (12%) y aporta fósforo que activa la maduración.

El hecho de estresar a la planta aumentando la conductividad hace que se incremente la producción de azúcares y aumenten los º Brix. Esto último, reduciendo la entrada de agua hacia la planta, también se puede conseguir recortando los riegos. Sin embargo, puede resultar peligroso en momentos de alta temperatura y gran insolación.

Jugar con riegos moderados, la aplicación de sufalto potásico y un poco de amonio es la combinación perfecta para conseguir frutos de gran dulzor.

Características del sulfato potásico
Es importante conocer las características que nos ofrece este abono, sobre todo a la hora de establecer un plan de abonado y una fertilización potásica.

Normalmente, la riqueza del sulfato de potasio es del 50%, y esto está relacionado con las unidades fertilizantes. Como puedes ver en el anterior enlace, para establecer la cantidad de abono potásico que se aporta a un cultivo (según las U.F.) y el sulfato de potasio, se hace mediante la siguiente relación.

100 U.F. de potasio para un cultivo = 200 kg de sulfato de potasio soluble en agua, K2O (50%).

En cuanto al azufre (en forma de SO3), se aporta entre un 18% y un 18,5%.

Beneficios de su aplicación
El azufre que contiene el sulfato de potasio juega un papel importante en la fisiología de las plantas, activando la producción de proteínas, enzimas y vitaminas.
Al reducir el pH del entorno radicular, en suelos alcalinos mejora la disponibilidad de fósforo e hierro, sobre todo, aunque también influye en la asimilación de otros micronutrientes.
Es interesante gestionar un producto altamente concentrado en potasio sin necesidad de aportar nitrógeno (como sí lo haría el nitrato potásico)
Puede ser utilizado para agricultura ecológica.
[alert style=»red»]No todos los sulfatos potásicos del mercado tienen registro ecológico, pero hay algunos que sí lo tienen.[/alert]
sulfato de potasio y fotosintatos hoja
¿Cuándo abonar con sulfato potásico?
Primero, partimos de la base de que se ha elegido sulfato de potasio porque nuestra intención, aparte de aportar potasio al suelo (y a la planta), también queremos reducir el pH de un suelo alcalino.

Si también tenemos un suelo con moderado contenido en sales y tenemos que aportar algún fertilizante a base de este elemento, usaríamos el sulfato de potasio.

Hay cultivos que responden muy bien a este abono, por la mezcla del potasio (del 47 al 52%, normalmente 50%) y el azufre (17%), como cítricos, frutales, brassicas, leguminosas, vid, platanera, etc.

En riego por aspersión, se puede aportar entre 1 y 2,5 g/l de agua, o 2-9 kg/100 L en goteo.

Algunas recomendaciones, según podemos extraer de algunos productos a base de sulfato de potasio:

Cítricos: 6 kg/ha y día.
Frutales: 250-500 kg/ha y año.
Hortícolas: 300-1.000 kg/ha.
Pimiento: 7 kg/ha y día, en la fase de engorde y maduración (durante las últimas 2-3 semanas).
Olivo: 0,75-2 kg/árbol y día
Piña: 8-9 kg/ha y día, durante la floración de los retoños.
Platanera: 5 kg/ha y día.
Eso sí, todo esto es a modo de recomendación. Lo ideal es establecer un plan de abonado adecuado según un análisis de suelo.

Fertilización y abonado con sulfato de potasio
La fertilización potásica
También hay que tener en cuenta los niveles de potasio que, de forma natural o por aportaciones anteriores, tiene el suelo donde vamos a cultivar.

Si los niveles de potasio en el suelo son normales o adecuados, simplemente tenemos que aportar potasio según la absorción que realice la planta de este elemento. Es decir, mantener la fertilidad del suelo en los niveles naturales y adecuados.

Si el suelo tiene pobres niveles de potasio, el objetivo es saturar los espacios interlaminaes de las arcillas (lo que hemos comentado antes) y las zonas superficiales. Si tenemos un suelo arenoso, las aportaciones de sulfato de potasio serán mayores con respecto a otra textura, puesto que habrá un mayor lavado.

Si tenemos un suelo con mucho contenido en potasio, hay que evaluar, mediante análisis de suelo, posibles problemas relacionados con acumulación de sales y carencias de magnesio en la planta.

Esto no quiere decir que no haya magnesio en el suelo, sino que la planta no es capaz de asimilarlo por el antagonismo K/Mg.

Dentro de la aplicación de sulfato potásico, tendremos distintas formas de presentación, adaptadas a fertirrigación (abono rapidamente soluble en agua) y en gránulo, para abonado de fondo, lentamente soluble.

Sulfato potásico en polvo

Rápidamentre soluble en tanques de fertirrigación, para aplicación en aspersión, goteo e inyectado en las tuberías de riego.

Sulfato potásico granulado

La bola de sulfato potásico puede ir sin protección o con protección (capa cerosa) para controlar la solubilidad. Generalmente se aplica directamente al suelo como abonado de fondo o alrededor de los árboles, y va diluyéndose lentamente por la humedad ambiental o la lluvia.

Necesidades de potasio de las hortalizas
Aunque según el técnico que recomiende el plan de abonado y todas las variables que pueden influir en la cantidad con la que se abona un suelo (sobre todo, medido en el análisis del suelo), un ejemplo de las unidades fertilizantes de potasio que necesitan algunas hortalizas y verduras sería el siguiente: (Extraído de la guía práctica de fertilización racional de los cultivos).

Cultivos al aire libre

Alcachofa (15-20 t/ha): 300-380 kg/ha

Apio (60-80 t/ha): 380-600 kg/ha

Berenjena (50-70 t/ha): 320-400 kg/ha

Brócoli (15-20 t/ha): 370-450 kg/ha

Calabacín (20-30 t/ha): 110-160 kg/ha

Cebolla (60-70 t/ha): 200-250 kg/ha

Col (45-55 t/ha): 290-320 kg/ha

Coliflor (25-35 t/ha): 300-360 kg/ha

Espinaca (22-28 t/ha): 180-220 kg/ha

Guisante (3-5 t/ha): 90-140 kg/ha

Judía verde (12-16 t/ha): 130-160 kg/ha

Lechuga (30-40 t/ha): 180-230 kg/ha

Melón (30-40 t/ha): 250-330 kg/ha

Pepino (25-35 t/ha): 120-160 kg/ha

Pimiento ( 55-65 t/ha): 300-340 kg/ha

Puerro (25-35 t/ha): 130-200 kg/ha

Rábano (22-28 t/ha): 90-110 kg/ha

Sandía (45-55 t/ha): 180-220 kg/ha

Tomate (55-65 kg/ha): 300-330 kg/ha

Zanahoria (60-70 t/ha): 300-450 kg/ha

Incompatibilidades del sulfato potásico
Para todos aquellos que tengan abonadora, decir que no todo vale ni se puede mezclar todo con todo. En una tabla básica de incompatibilidades entre elementos nutricionales (fertilizantes), podemos encontrar la siguiente relación:

COMPATIBILIDADES: nitrato potásico, nitrato amónico, fosfato monopotásico, fosfato monoamónico, nitrato de magnesio, sulfato de magnesio.

INCOMPATIBILIDADES: nitrato de calcio.

Su fgr en agua:

Solubilidad en agua 111 g/L (20 °C)
120 g/L (25 °C)
240 g/L (100 °C)
Diferencias del sulfato potásico con respecto al cloruro potásico
Estas dos fórmulas de fertilizantes de potasio se caracterizan, sobre todo, por no aportar nitrógeno al cultivo. Es decir, es una alternativa al conocido nitrato potásico que aporta, un 13% de nitrógeno y un 46% de potasio.

En cuanto a riquezas, hay pocas diferentes, ya que el sulfato potásico aporta entre un 50 y 52% de potasio (y 46-47% de SO3) y el cloruro potásico tiene una riqueza en potasio del 60%, algo más que el anterior.

Sin embargo, hay que tener en cuenta que hay cultivos que son sensibles a la aportación de cloros, pero teniendo un cálculo del aporte de cloro al suelo y lo que van a absorber los cultivos, es un fertilizante bastante recomendable y no hay que tenerle miedo.

¿Qué potasio debe tener un suelo?
Independientemente de que aportemos al suelo (y posteriormente a la planta) sulfato de potasio, nitrato de potasio, cloruro potásico o materia orgánica (que suele tener entre 4 y 6% de este elemento), debemos mantener unos niveles mínimos de este elemento para garantizar una producción adecuada.

Esto lo podemos saber si conocemos los valores de referencia en un análisis de suelo.

En el complejo de cambio, el potasio debe estar entre el 2 y 6% del total, quedando un suelo en buenas condiciones de la siguiente manera:

Cationes de cambio (meq/100 gr):

Sodio: 0,5-3,0%
Potasio:2,0-6,0%
Calcio:40,0-80,0%
Magnesio:10,0-30,0%
Como se ve, en este caso los grandes protagonistas son el calcio y magnesio.

Extracto saturado

Un valor aceptable de potasio en el suelo, para no tener problemas de suministro de este elemento a las plantas y, al contrario, para no perjudicar la absorción de otros elementos si está en exceso, sería el siguiente:

Potasio: 1,0-5,0 meq/L
En el caso de que el valor esté cercano a 1 y dependiendo del cultivo, habrá que aplicar materia orgánica (M.O.) que puede enriquecerse con cloruro de potasio o sulfato de potasio, en caso de que se quiera limitar la aplicación de cloruros.

Si tenemos un suelo de pH alto y con evidentes problemas de clorosis férrica a mitad de campaña, acidificar el suelo con sulfato de potasio mejorará enormemente la respuesta futura del cultivo.

Por contra, si tenemos un suelo ya de por sí ácido, tendremos que buscar alternativas al sulfato de potasio y elegir fertilizantes o compuestos que no reduzcan el pH. En este caso, el aporte de materia orgánica (compost, purín líquido, estiércol, etc.) aportará muchos beneficios (mejora de la CIC del suelo, textura, esponjosidad, etc.) y aportará potasio.

Aumentar 200 UF/ha de potasio en suelo con bajo contenido en este elemento

Suele hacerse en cultivos exigentes en este elemento, aportar abonado de fondo rico en potasio. Por ejemplo, en tomate de industria, patata, cebolla, etc.

para ello, si aplicamos 400 kg/ha de sulfato de potasio, aportamos 200 kg puros de potasio y alrededor de 75 kg de azufre

Si contamos con una materia orgánica al 4% de potasio, necesitamos aplicar 5000 kg/ha de este elemento. Quizá, la mezcla ideal sea utilizar mezclar ambos componentes para aprovechar todo su potencial.

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La línea de fertilizantes Fertihouse nace de la mano del ingeniero agrónomo Carlos Rodríguez Orta como fruto de años de experiencia en el cultivo de hortícolas de alto rendimiento. Experto en nutrición vegetal en sustratos inertes, estos productos se diferencian en la tecnología que usan para la protección y transporte de los iones minerales de los cuales se nutre la planta.

Podéis encontrar Fertihouse en más de 20 tiendas de la provincia de Murcia y Alicante y por supuesto en su tienda web.

Características de la tecnología Fertihouse
La tecnología propia de Fertihouse está basada en moléculas de carbono de bajo peso molecular fácilmente asimilables por la planta, transformadas a partir de ácidos fúlvicos de roca natural mediante un proceso físico exclusivo.

Estudios sobre el comportamiento microbiano en el suelo han demostrado que los compuestos de carbono y azúcares de estructura sencilla las sustancias fúlvicas de determinado tamaño de molécula producen un mayor estímulo de esta microbiota en comparación con estructuras orgánicas más complejas.

«Tus plantas más sanas, más grandes y durarán más años en plenitud.

El efecto de los productos Fertihouse es una mejor asimilación de agua y nutrientes y esto se traduce en plantas más sanas, vigorosas y de mayor longevidad.

Sus productos, son fertilizantes completos que aportan todos los macronutrientes primarios, los macronutrientes secundarios y los micronutrientes. Están libres de cloruros, sulfatos y metales pesados.

Línea de productos Fertihouse
Fertihouse tiene un tipo determinado de fertilizante para cada momento del ciclo de cualquier tipo de planta teniendo cada uno un estudiado equilibrio entre cationes y aniones. Los productos Fertihouse son fertilizantes completos que aportan todos los macronutrientes primarios, los macronutrientes secundarios y los micronutrientes. Están libres de cloruros, sulfatos y metales pesados.

Fertihouse Universal
FertiHouse Universal Fertilizante
Solución fertilizante completa para los que no quieren complicaciones. Se puede usar en cualquier tipo de planta tanto de interior como de exterior y en cualquier fase vegetativa.

Fertihouse Crecimiento Vegetativo
Fertihouse Vegetativo fertilizante
Una solución fertilizante completa para favorecer un potente crecimiento de la planta en los primeros estados de desarrollo. La relación de nitrógeno/potasio es de tres.

Fertihouse Floración
Fertihouse Floración fertilizante
Una solución fertilizante completa para inducir en la planta el inicio de la fase de floración. La relación nitrógeno/potasio es de 1.

Fertihouse engorde y maduración
Es una solución fertilizante de fósforo, potasio y microelementos indicada en la última fase de aquellas plantas con fruto para favorecer su llenado y maduración.

Fertihouse Cobre
Es una solución fertilizante de cobre complejado con ácido glucónico para asegurar la máxima absorción por parte de la planta.

Hasta aquí hemos visto parte de la línea de abonos minerales, pero Fertihouse también tiene una línea de abonos orgánicos.

Fertilizantes de origen orgánico Fertihouse
Fertihouse Kelp
Extracto de Eklonia Maxima procedente del atlántico sur con un gran efecto bioestimulante.

Fertihouse Organium
Aminoácidos de origen vegetal al 8% y extractos de microalgas de agua dulce.

Fertihouse Huma Power

Extracto húmico de gran calidad procedente de leonardita canadiense, de pequeño tamaño de molécula, gran cantidad de grupos funcionales, excelente estado de oxigenación y gran reactividad. Posee un 21,5 % de extracto húmico (14% de ácidos fúlvicos y 7,5% de ácidos húmicos), un 12% de carbono orgánico y un 5% de K2O.

Fertihouse Plus
Aminoácidos libres al 6% de origen vegetal de alta calidad y fácilmente asimilables por la planta con un 14% de materia orgánica y un 8% de carbono orgánico. Es una fuente de carbono orgánico lo que hace que la planta aproveche más eficientemente el abono a la vez que aumenta la eficiencia del uso del agua.

Fuente: agromatica

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Hoy vamos a conocer las necesidades exactas que tiene un suelo independientemente de la planta que cultivemos (eso ya dependerá del abonado de mantenimiento). Imagina que tenemos un suelo al que nunca hemos abonado.

¿Cómo lo preparamos? Vamos a conocerlo.

Básicamente, de lo que nosotros estamos hablando es del abonado de fondo o la forma en la que previamente preparamos el suelo, pero también sirve para mejorar las condiciones de nuestro jardín. Imagínate que tienes que preparar un bancal profundo. Estamos echando la misma cantidad de abono orgánico (compost o estiércol) en un suelo pobre que en un suelo rico, y en principio no debería ser así. Bueno, puestos a no ser quisquillosos, total, para un huerto pequeño tampoco hay que andar tonteando, ¿no?

¿Pero y si lo hacemos a gran escala o tenemos un huerto grande? Aquí ya, cada kilogramo de abono cuenta y podemos optimizarlo enormemente con unas simples fórmulas. ¿Probamos?

Lo primero de todo, conocer cómo es nuestro suelo
Para hacerlo bien necesitamos conocer una serie de parámetros. Uno de ellos es saber qué textura tiene nuestro suelo. Lo podemos hacer a través de un análisis de suelo o bien de forma casera como ya comentamos.

A partir de esto ya podemos disponer de gran información en nuestro suelo, y conoceremos el drenaje, la forma en la que tenemos que regar y, también muy importante, la calidad del agua (siempre que podamos escoger).

abonado de fondo
La importancia del abonado de fondo
El abonado de fondo es una enmienda que realizamos 1 mes o 2 antes de plantar cualquier cultivo. Lo que buscamos es aumentar las propiedades de nuestro suelo, mejorar la textura, el drenaje, y en definitiva, hacer una cama mucho más agradable para nuestras plantas. Saber cuánto hay que añadir es sencillo.

Imagínate que sabemos (a través de un análisis de suelo) que nuestra parcela donde queremos cultivar tiene un 1,6 % de materia orgánica. Es un porcentaje bastante bajo donde periódicamente tendremos que abonar en profundidad nuestras plantas.

Algunos autores prestigiosos establecen entre un 2 y un 3% de materia orgánica como óptimo para un suelo. Hay quién pide más, pero nosotros, que tenemos una mentalidad ahorradora, consideramos que un 2 % es más que suficiente para mantener nuestro jardín. Si tienes pretensiones económicas, quizá puedas subir un poco más. 😉

Bien… empecemos con los cálculos…

DATOS PREVIOS:

Densidad del suelo: 1,74 gr/cm3
Porcentaje de materia orgánica de nuestro suelo: 1,6
Profundidad de mejora del suelo: 0,3 m
¿Qué cantidad de materia orgánica tiene actualmente nuestro suelo?
Cantidad de M.O. [2%]: 10.000 (m2) · 0,3 (m) · 1,74 (gr/cm3)· (2/100) = 104.400 [kg/ha] = 104,4 [t M.O./ha]

Pero nosotros tenemos 500 metros cuadrados de jardín, por lo que tendría que ser 5.220 kg.

Es mucha cantidad de materia orgánica, ¡y es lo que queremos! Ahora vamos a ver cuanta tiene actualmente nuestro suelo…

Cantidad de M.O. [1,6%]: 10.000 (m2) · 0,3 (m) · 1,74 (gr/cm3)· (1,6/100) = 83.520 [kg/ha] = 83,52 [t M.O./ha]

Y para la superficie de nuestro jardín: 4.176 kg

Ahora simplemente tendremos que restar la cantidad ideal con la nuestra:

Cantidad de M.O. que necesitamos: 5.220 – 4.176 = 1.044 kg

Fíjate, para mejorar enórmemente nuestro suelo tan sólo necesitamos 1.044 kg (poco más de una tonelada) de materia orgánica.

pila de estiércol
Vale… ¿Y cuánto cuesta eso?
Como siempre, tenemos que ver si es factible económicamente aportar dicha cantidad de materia orgánica. Para ello nos vamos a las bases de precios de jardinería y vemos lo que cuesta 1 metro cúbico (luego lo convertiremos a kg) de estiércol tratado.

1 metro cúbico de estiércol tratado = 27,29 €

Parece barato ¿no? Bueno, a fin de cuentas son desechos de animal… 😉

¿Cuántos kg tiene un metro cúbico?
Para saber esto necesitamos conocer la densidad del estiércol. Hay dos autores (Boussignault, Keyser) que coinciden en que la media de densidad del estiércol es de 400-500 kg/metro cúbico. Nosotros, que buscamos el término medio, lo vamos a dejar en 450 kg. Ahora ya sabemos que 450 kg de estiércol tratado vale 27,29 €.

Como nosotros necesitábamos 1.044 kg, dicha cantidad de estiércol tratado nos costará 63 €.

¡Tan sólo 63 € te separan de una gran mejora de tu suelo!

Esto ha sido un ejemplo claro que fácilmente puedes adaptar a tus condiciones de trabajo. Lo único difícil de conseguir es conocer el porcentaje actual de materia orgánica de tu suelo. Sabiéndolo el resto es fácil. Sólo la superficie de suelo, la profundidad a la que querrías mejorarlo y la densidad, y ¡listo!

Si quieres, puedes ir empezando a generar dicha cantidad de forma totalmente casera.

Fuente: aromatica.es

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En el mundo del compost, aunque pueda parecer que es todo muy similar, hay diferentes formas de hacer, composiciones, materias primas que aportan sutiles modificaciones al producto final. Estas modificaciones son importantes según para qué momentos y una de ellas es en la delicada siembra. Es también adecuado en cultivo en macetas.

Un breve repaso
Ya hemos hablado en Agromática mucho sobre el compost y no vamos a extendernos demasiado. Una forma rápida y breve de definirlo es «materia orgánica descompuesta en mayor o menor medida». Como todos sabemos, hay matices que se deben puntualizar sobre qué tipo de materia orgánica, o el grado de descomposición de la misma. Estos dos aspectos (materia prima y tiempo de descomposición) son los que nos van a definir el tipo de compost y por tanto, su aplicación posterior. A nadie se le ocurre añadir estiércol fresco en un semillero, pero sí en un abonado de fondo meses antes de la plantación del cultivo. Es materia orgánica en los dos casos, pero el grado de descomposición afecta mucho a la fase fisiológica de la planta. Aquí tienes algo más de información sobre el compostaje.

+ Compost comprobaciones de calidad

+ Principios de funcionamiento del compostador

+ Compostadores. Tipos y formas de uso

+ Infografía sobre cómo hacer compost

Y si todavía no te contentas con estos artículos, mira nuestro archivo completo sobre el compostaje.

El caso de la siembra. Compost para semilleros
Cuando compostamos, asistimos a un proceso de descomposición más o menos largo en el que la materia prima que vamos añadiendo, se va transformando. Las condiciones (más o menos óptimas) definen el tiempo del proceso completo (desde materia orgánica fresca a lo que llamamos compost muy maduro o mantillo). Pongámonos a pensar un poco qué necesita una semilla y una planta en sus primeras fases de desarrollo.

Es un momento delicado. Muchas veces necesita de unas condiciones ambientales y sustrato específicos y un control de los mismos para proporcionar una buena germinación así que el sustrato debe acompañar a este proceso. Características generales del compost de siembra:

No podemos usar únicamente compost. Este debe estar mezclado con sustratos en diferentes proporciones.
Tiene que ser muy viejo. De más de un año, cuya materia orgánica está en proceso de mineralización.
Tiene que ser equilibrado. Normalmente el compost muy maduro es equilibrado (Relación C/N).

Problemas del compost muy maduro
Si únicamente utilizaramos este tipo de compost o en una proporción muy alta para la siembra, sufriremos de una compactación excesiva, ahogando las raíces y no dejando oxígeno ni drenaje suficientes. Esto provoca una asfixia radicular y la planta puede llegar a germinar pero se pudrirá pronto. Debemos mezclarlo con fibras vegetales que aligeran y aumentan el volumen del sustrato consiguiendo mejor drenaje y aireación.

Proporciones medias adecuadas:

40 ± 10% de compost muy maduro (más de un año)
30 ± 10% de hojas secas compostadas. Este lo puedes empezar a hacer desde ya! (otoño). Le confiere la parte fibrosa que le aportará el drenaje y aireación mencionados. Se puede utilizar fibra de coco también.
20 ± 10% de compost maduro (no hace falta que sea tan viejo como el anterior).
10% de vermiculita. Este material ligero tiene mucha capacidad de retención de agua y mantiene un nivel de humedad muy constante.

Los porcentajes son aproximados y nunca fijos. Como véis se pueden variar en torno a un 10% o algo más por elemento sin diferencias notables. Son unos porcentajes orientativos.

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La turba de coco, utilizada en la agricultura, se convertirá en materia prima que sustituirá a los pellets de madera.

El año 2022 puede ser recordado como el año de la crisis energética mundial y el año de los pellets.

Como probablemente sepas, los pellets de madera se han convertido en un recurso escaso y caro.

Las estufas de pellets se han vendido masivamente en los últimos años. Como la demanda de pellets ha sido más fuerte que la oferta, los precios han aumentado. Estos aumentos animan a los fabricantes a buscar alternativas a los pellets de madera, como los de cáñamo o lino, para los próximos años. En Corea del Sur, la turba de coco podría convertirse ahora en materia prima para futuros pellets.

¿Por qué la turba de coco?
Los pellets de madera son biocombustibles fabricados a partir de biomasa, o residuos orgánicos comprimidos.

La biomasa puede ser residuos de madera, como virutas o serrín, en los que se inyecta un aglutinante universal para formar el pellet.

Los residuos de madera son una materia prima disponible, pero, como sabemos, también escasean.

En Corea del Sur, los productores de pimentón utilizan turba de coco. Esta turba será explotada próximamente por la empresa Jinenertech, en asociación con una empresa estatal de generación de energía. El objetivo es reutilizar los residuos de los cultivos de pimiento para fabricar un nuevo pellet más asequible.

¿Qué es la turba de coco?
Se obtiene de la cáscara que rodea al coco. En los cultivos de pimentón, se utiliza como sustrato y abono natural del suelo.

La decisión de Corea del Sur de utilizar turba de coco para fabricar pellets tiene como principal objetivo reducir sus importaciones de pellets de madera, gracias a una materia prima ampliamente disponible a nivel local. Tres grandes empresas coreanas utilizarán pellets de turba de coco a partir de 2025, como forma de avanzar hacia la independencia energética del país.

Más información: Jinenertech.co.kr

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En la agricultura convencional, el sulfato amónico todavía se sigue utilizando masivamente, especialmente para cultivos menos rentables y como fuente importante de nitrógeno acompañada de azufre, un precursor en su asimilación.

La forma de amonio se asimila rápidamente por los cultivos, aunque en grandes volúmenes puede llegar a ser fitotóxica para la planta. De hecho, en hidroponía, su uso está limitado a un máximo de 15-20% de la fracción total del nitrógeno, siendo el restante 80-85% nitrógeno nítrico.

Sin embargo, controlando la dosis y la aplicación en todo tipo de cultivos en suelo, el sulfato amónico es una muy buena fuente de aporte de este elemento, siendo fácil de mezclar y utilizar.

En este artículo queremos destacar las posibilidades que tiene este fertilizante en la agricultura actual, la forma de utilizarlo, propiedades y dosis en todo tipo de cultivos.

Como introducción, comentar que el sulfato amónico no es un abono ecológico, ya que su proceso se obtiene por transformaciones de síntesis y, por tanto, no está recogida en la normativa europea de agricultura ecológica.

Formas de sulfato amónico
Características del sulfato amónico
El sulfato de amonio no es únicamente un fertilizante utilizado en agricultura. Este componente industrial también se utiliza como floculante. Una de las grandes propiedades de las aminas y todos los compuestos ricos en nitrógeno es que facilitan la mezcla de distintos componentes.

Es el caso de la urea, el cual puede ser mezclado con combustible (AdBlue) para optimizar la mezcla y aumentar el rendimiento de la combustión.

En este caso, cuando tenemos una solución ácida, la incorporación de una pequeña cantidad de sulfato amónico consigue purificarla, dejándola clara y transparente.

Por ejemplo, en presencia de proteínas, este aditivo es capaz de separar proteínas solubles (por ejemplo, globulinas) de glóbulos rojos.

Propiedades químicas
Todo el nitrógeno de este fertilizante se presenta en forma amoniacal. Si bien es altamente asimilable por la planta, es preferible que lo absorba en forma nítrica.

En el suelo, su comportamiento es bueno, ya que por tener carga positiva, se queda fijado en el complejo arcillo-húmico y no se lixivia tanto a campas profundas (como sí lo hace la forma nítrica).

Sin embargo, la presencia de microorganismos nitrificantes (nitrobacter y nitrosomonas, entre otros), facilita su transformación a nítrico. En verano, el aumento de las temperaturas en el suelo puede lograr transformar este nitrógeno en pocos días.

Como es de reacción ácida, es utilizado para acidificar suelos con pH alcalino y alta presencia de calcios y magnesios no solubles. Además, el azufre incorporado en el fertilizante mejora la disponibilidad del nitrógeno y actúa de forma sinérgica en su asimilación.

Riqueza
21%p/p nitrógeno amoniacal
60% p/p azufre (SO3)
Fórmula química

La fórmula química del sulfato amónico es (NH4)2SO4

La presencia de cristales de azufre y de amonio hace que el color final del producto sea blanco.

Nº CAS: 7783-20-2

Precio actual

El sulfato de amonio presentado en sacos de 25 kg tiene un precio de entre 0,2 €/kg y 0,25 €/kg.

Por cada unidad fertilizante aportada (1 UFN), su coste es de 1€ o 1,19€

Solubilidad y pH

Solubilidad: dependiente de la temperatura.
70,6 g/100 mL (0 °C)
74,4 g/100 mL (20 °C)
103,8 g/100 mL (100 °C)
pH: cuando solubilizamos este fertilizante, debido a la capacidad tampón del amonio, el pH suele estar comprendido entre 5 y 7.

Sin embargo, que el pH del fertilizante sea ese no quiere decir que, una vez aplicado, se conserve. De hecho, la reacción en el suelo de este elemento es ácido, de ahí que esté recomendado su uso en suelos alcalinos con alto contenido en calizas, por facilitar su asimilación por la planta.

Densidad relativa: 1,77 g/cc
Proceso de obtención
La obtención del sulfato amónico como producto industrial es la transformación del amoniaco gaseoso (NH3), mezclado con agua de vapor para crear una saturación y la incorporación de ácido sulfúrico.

Esta reacción realizada de forma controlada se transforma en la mezcla de azufre (SO4) y amonio (NH4), el cual, por ser atacado con un ácido, se incorpora a la fórmula un hidrógeno más (H).

Leer más: uso del azufre en agricultura

Tipos de sulfato amónico

Cómo utilizar sulfato amónico
Sulfato amónico líquido
La solubilidad de este fertiliante es bastante alta, aunque menos que otros fertilizantes más comunes como nitrato amónico. Existen casos en los que el agricultor prefiere trabajar con fórmulas líquidas ya solubilizadas de sulfato de amonio.

Una fórmula concentrada sería diluir hasta el 40% del fertilizante, consiguiendo una concentración de nitrógeno de 8,4% p/p y de azufre (SO3) del 24% p/p

Sulfato de amonio en polvo
Una de las fórmulas más conocidas y utilizadas, presentado el fertilizante en forma sólida pero polvo, fácilmente soluble.

Se utiliza cuando se preparan soluciones líquidas, para ser directamente aplicadas en fertirrigación.

Al ser altamente soluble, este fertilizante siempre debe aportarse en cobertera, es decir, cuando ya tenemos cultivos plantados.

Sulfato amónico granulado
El sulfato amónico granulado es lentamente soluble y se utiliza en presiembra o en cultivos arbóreos, cuando no se puede incorporar agua mediante la fertirrigación (periodo de lluvias o encharcamientos).

Contiene la misma riqueza que cualquier otra fórmula, y es bastante común su aporte en cultivos como almendro, olivar o frutales, especialmente en la época de brotación y desarrollo de nuevas hojas.

Leer más: la gran importancia del nitrógeno para las plantas

Información adicional
Ficha técnica tipo
Ficha de seguridad tipo
Situación actual
El sulfato amónico no es un fertilizante que debería aplicarse en grandes cantidades, ya que no es muy eficiente en cuanto al aporte de nitrógeno. Es decir, la función actual es servir de apoyo junto con otros aportes de nitrógeno de liberación rápida.

Esto es debido a que la transformación de la forma amoniacal a la forma nítrica, aunque es rápida, tiene un sobrecoste medioambiental. Y es que un suelo medio con materia orgánica y presencia relativamente normal de microorganismos, la pérdida gaseosa de amoniaco (el producto de limpieza que utilizamos en casa) es del 30%.

Es decir, del 100% de la transformación del nitrógeno a forma nítrica,un 30% lo hace en forma gaseosa al medio ambiente.

Uso de inhibidores
Por ello, es cada vez más común incorporar inhibidores de la nitrificación, como la diciandiamida (DCD) o DMPP, los cuales actúan evitando el desarrollo de microorganismos nitrificantes y mantiene en su forma inicial el nitrógeno durante más tiempo.

Leer más: la importancia de los inhibidores de la nitrificación

Dosis y uso como fertilizante en agricultura
Cultivos hortícolas: aplicado en fertirrigación, de 1 a 1,5 kg/1000 m de superficie y riego.

Cultivos arbóreos: en secano, cultivos como almendro u olivar, aplicar en cobertera de 2 a 3 kg/pie de fórmula granulada y lentamente soluble.

Fertilizantes relacionados
Sulfato de hierro
Nitrato de potasio
Nitrato de calcio
Ácido fosfórico
Sulfato de potasio

Fuente: agromatica.es

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Un abono casero mágico: Rápido, sencillo, barato y eficaz

Sobre los ingredientes de este abono casero mágico hemos hablado ya en diversas ocasiones, pero por separado. Ya hemos comentado sobre las ventajas de aplicar cenizas en nuestro huerto o jardín; el segundo ingrediente son los restos del café, o la borra del café como quieran llamarle.

abono casero mágico

Restos de café en el huerto
El café es un ingrediente muy beneficioso para nuestros cultivos, principalmente en lo que respecta a mejorar las características físicas del suelo, favorecer la actividad de microorganismos beneficiosos y mejorar la retención de humedad. Tambien ayuda a ahuyentar ciertas plagas y aplacar malos olores. Si quieres conocer más sobre este increíble componente, te in vitamos a leer el siguiente artículo: ¿En qué benefician la borra de café a las plantas?

La ceniza cómo segundo ingrediente de nuestro abono casero mágico
También hemos hablado ya de los múltiples beneficios del uso de la ceniza en nuestro huerto o jardín y en los grandes beneficios que aporta este ingrediente para nuestros cultivos. Si te interesa conocer más sobre esta materia, te invitamos a seguir leyendo sobre los distintos usos de la ceniza de madera en el huerto.

Cabe destacar que ambos ingredientes, son considerados dento de los abonos orgánicos por lo amigable con el medio ambiente.

abono casero mágico

La receta mágica
– 1 litro de agua.

– 3 cucharadas de borra de café.

– 4 cucharadas de ceniza.

– En un litro de agua, en una botella, agregar las 3 cucharadas de los restos de café con las 4 cucharadas de ceniza de leña, batir bien.

– Dejar reposar por 24 horas antes de usar.

– Aplicar al suelo cercano a la planta cada dos semanas.

– Se puede conservar hasta por un mes a temperatura ambiente.
Video sobre cómo preparar un abono casero mágico

Fuente: Huerto Adicto

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La reutilización de la orina humana para su uso como fertilizante en la agricultura y la jardinería es algo que cada vez se hace más. Aunque antiguamente ya se usaba como abono o fertilizante, hoy en día las grandes innovaciones en ecología nos ayudan a poder usarla de forma más efectiva y con grandes resultados. Además, el uso de la orina como abono permite ahorrarnos los fertilizantes en los jardines y los campos de cultivo.

En este artículo de EcologíaVerde repasaremos varias iniciativas curiosas basadas en el uso de la orina como abono ecológico para la agricultura y jardinería.

También te puede interesar: Maneras de utilizar los restos de café en el jardín

Índice
La orina es un abono orgánico, barato y eficaz
Qué dice la ciencia sobre la orina como abono ecológico
Consejos sobre cómo usar la orina como abono ecológico
La orina es un abono orgánico, barato y eficaz

En realidad, la cosa no tiene misterio alguno. Puesto que la orina es un desecho orgánico, puede utilizarse como fertilizante orgánico. Sin embargo, hay peros. Por una parte, es cierto que contiene nutrientes que son útiles para las plantas, en especial el nitrógeno y ácido úrico o potasio, magnesio y calcio, entre otros.

No obstante, a su vez, contiene restos de medicamentos. De hecho, la composición de la orina varía en función de otros muchos factores, como la dieta, posibles enfermedades o el tipo de agua que ingerimos y, en lo que respecta a los microbios, tiene menos que la saliva o las heces.

Además, si se almacena aumenta el pH y minimizaremos los agentes patógenos. ¿Entonces, podemos usarla tal cuál, y así obtener un fertilizante barato y eficaz? Aunque si procede de una persona sana es utilizable, pues no tiene virus o bacterias y es biodegradable, es mejor saber cómo hacerlo.

Qué dice la ciencia sobre la orina como abono ecológico
En efecto, el uso de la orina como fertilizante de las plantas es una práctica ante la que no se ponen peros, salvo cuando se contamina en su recolección o almacenamiento, pongamos por caso. Actualmente, por ejemplo, los estudios buscan determinar si existen determinados restos de medicamentos que puedan acabar llegando a los alimentos y, por lo tanto, entrar en la cadena alimentaria.

Al margen de estos aspectos, puesto que se considera un abono seguro, incluso la Organización Mundial de la Salud cuenta con directrices para su uso en la agricultura y proliferan los experimentos y proyectos no solo en huertos urbanos o jardines privados, sino también en cultivos intensivos y en jardines públicos.

Eso sí, con respecto a estos últimos, se agradece la contribución ciudadana realizada a través de urinarios públicos. En Ámsterdam lo tienen claro: su alcaldía se ha propuesto recolectar la orina de sus habitantes para abonar jardines y tierras agrícolas.

El uso de grandes cantidades de orina procedentes de muchas personas precisa de un tratamiento especial. Por lo general, se almacena a temperaturas altas durante varios meses para generar amoniaco, con el aumento del pH al que aludíamos. Es así como se reducen los patógenos, y los resultados pueden ser muy satisfactorios.

Un grupo de ambientalistas de Vermont, en Estados Unidos, llevaron a cabo un proyecto con el Rich Earth Institute para su uso en unos cultivos de heno que pertenecía a una granja. Con la orina de más de 170 voluntarios se llenaron cisternas y se sometió a este tipo de tratamiento. El objetivo era aprovechar sobre todo el nitrógeno y fósforo que obtenemos de los alimentos para devolverlos de nuevo al campo, evitando gastar grandes sumas de dinero en fertilizantes sintéticos.

Al tiempo, claro está, se hace un ecogesto que bien vale la pena, pues la orina se aprovecha como abono y no contribuye a aumentar las aguas grises, otra fuente de contaminación y desórdenes en los ecosistemas. De hecho, al ser muy alta en fósforo y nitrógeno, la orina resulta muy contaminante si antes no se ha tratado como comentábamos.

Entre otros efectos negativos del exceso de orina no tratada, por ejemplo en las aguas grises, destacamos que hace que crezcan las algas en los ríos, desequilibrando los ecosistemas de forma terrible. Un problema ambiental que se evita, y un beneficio agrícola que se consigue. En este proyecto, finalmente, se observó un importante aumento de la productividad.

Orina como abono ecológico para la agricultura y jardinería – Qué dice la ciencia sobre la orina como abono ecológico

Consejos sobre cómo usar la orina como abono ecológico
Si queremos usar orina humana en el jardín o huerto, las recomendaciones más habituales se refieren a su dosificación. Además de vigilar que procedan de personas saludables, es importante hacerlo solo a nivel casero.

Lo incorporaremos al suelo, mediante riego. Evitemos la aspersión, pues las partículas quedarán en el aire y será desagradable, además de perderse parte del nitrógeno. A su vez, mejor diluirla, una quinta parte en plantas adultas y una décima parte para plantones o semillas.

A parte de fertilizar, puede utilizarse como fungicida y para acelerar el compostaje. Eso sí, antes de lanzarse sería recomendable documentarse sobre el tema recurriendo a manuales y guías sencillas que orienten sobre los distintos supuestos.

En todo caso, si se hacen las cosas bien, su riesgo microbiológico es muy bajo, podemos producir buenas cantidades, si bien se precisa de un equipo tecnológico para su conservación. Un buen recurso para pequeños agricultores y, cómo no, para una agricultura más sostenible.

Tengamos presente que idealmente debería pasteurizase si queremos usarla en cultivos agrícolas y también recordar que el mejor momento de aplicarla es un mes antes de la cosecha, según recomienda la OMS.

Orina como abono ecológico para la agricultura y jardinería – Consejos sobre cómo usar la orina como abono ecológico.

Si deseas leer más artículos parecidos a Orina como abono ecológico para la agricultura y jardinería, te recomendamos que entres en nuestra categoría de Reciclaje y gestión de residuos.

Fuente: ecologiaverde.com

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Para los que tengan ganas de empezar a cultivar su propia comida, hacer crecer sus flores, tener sus propias plantas medicinales, en tu porche, en tu jardín o en tu huerto urbano, lo importante es empezar ya! Pero a menudo no es fácil y toda ayuda es poca. De forma natural, y casi siempre barata, vamos a poder aportar a nuestras plantas nutrientes extras que les ayudaran a crecer mas sanas y fuertes.

Abonos orgánicos caseros: Estiércol

No hay mejor manera de enriquecer el suelo de tu huerta que con estiércol. Puedes comprarlo en lugares especializados o, mejor aún, producirlo, si tienes animales como gallinas, cabras y conejos. Las heces de estos últimos son los que tienen la tasa más alta de nitrógeno y pueden ser utilizadas directamente en la tierra. Los de otros animales, en general, deben estar bien tratados antes (compostaje).

En este artículo, podemos aprender al detalle como hacer purín de gallinaza, un genial abono orgánico rico en nitrógeno.

Humus de lombriz

uno de los mejores abonos que podemos añadir a nuestras plantas, el humus de lombriz, y lo mejor de todo, totalmente gratuito, sin necesidad de que gastemos mas que en conseguir las lombrices californianas.

Enraizante natural con lentejas

Vamos a ver cómo podemos hacer que esos esquejes que ponemos en macetas, semilleros o en botellas de agua, nos enraízan mucho mejor sin tener que comprar ningún producto químico y sobre todo pudiendo ahorrar dinero y hacerlo en casa de una forma sencilla y rápida.

Té de plátano

Abonos orgánicos caseros

Sirve para aportar el potasio que necesitan las plantas. hay muchos cultivos a los que les es interesante este aporte de potasio, como pueden ser las zanahorias, las habas, etc..

Es muy común también en la época de floración aplicar este te, que es precisamente cuando mas potasio precisa la planta para sacar la flor. En riegos, cada 15 días, será mas que suficiente para no le falte de nada.

Abonos orgánicos caseros: Fertilización con recortes de hierba

¿El césped no está tan verde como te gustaría? No te preocupes, puedes usar la hierba recién cortada, que se descompone rápidamente, para enriquecer el suelo de nutrientes y hacer que tu césped esté más verde que nunca. Llenar un recipiente de 20 litros con recortes de césped, o incluso con malas hierbas. Añade agua y deja reposar durante un día o dos. Diluye mezclando una taza de hierba líquida con 10 tazas de agua y aplíquela sobre la base de las plantas.

Fertilización con granos de café

Abonos orgánicos caseros

Si te encanta y tomas demasiado café, no tires los posos a la basura ya que son una excelente fuente de nitrógeno para el suelo, además de ser rica en antioxidantes. Agregar los granos para su compostaje o espolvorear directamente sobre el suelo.

Abonos orgánicos caseros: Cascaras de Huevos

Abonos orgánicos caseros

Las cáscaras de huevo son un ingrediente interesante para nuestro jardín. Tienen un doble beneficio, se pueden utilizar como fertilizante o como repelente, en trozos o triturado. Machacado, rociar el polvo en la base de tus plantas, o en piezas, creando una especie de anillo en la base de la planta: esta barrera puede guardarlas de los caracoles y algunas orugas.

Hacer compost

El compost es definitivamente uno de los métodos más sencillos y eficaces para enriquecer el suelo y hacer que tu jardín o huerto sea mas productivo. Lo que se necesita son restos de comida y todas las sustancias ricas en nitrógeno, como hierba, hojas o paja. Se puede hacer compostaje incluso viviendo en la ciudad.

Abonos orgánicos caseros: Cenizas de madera

La ceniza de madera es rica en en potasio y en fósforo. Preparar un fertilizante casero rico en fósforo es muy sencillo, solo tenemos que recoger la ceniza de la madera quemada y diluirla en agua.

Como hemos visto, puedes hacer mucho para ayudar a crecer a tus cultivos sin el uso de productos químicos y contaminantes. Una vez más es la naturaleza quien nos da las soluciones a los problemas.

Fuente: ecoinventos

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