Compartir:

La reutilización de la orina humana para su uso como fertilizante en la agricultura y la jardinería es algo que cada vez se hace más. Aunque antiguamente ya se usaba como abono o fertilizante, hoy en día las grandes innovaciones en ecología nos ayudan a poder usarla de forma más efectiva y con grandes resultados. Además, el uso de la orina como abono permite ahorrarnos los fertilizantes en los jardines y los campos de cultivo.

En este artículo de EcologíaVerde repasaremos varias iniciativas curiosas basadas en el uso de la orina como abono ecológico para la agricultura y jardinería.

También te puede interesar: Maneras de utilizar los restos de café en el jardín

Índice
La orina es un abono orgánico, barato y eficaz
Qué dice la ciencia sobre la orina como abono ecológico
Consejos sobre cómo usar la orina como abono ecológico
La orina es un abono orgánico, barato y eficaz

En realidad, la cosa no tiene misterio alguno. Puesto que la orina es un desecho orgánico, puede utilizarse como fertilizante orgánico. Sin embargo, hay peros. Por una parte, es cierto que contiene nutrientes que son útiles para las plantas, en especial el nitrógeno y ácido úrico o potasio, magnesio y calcio, entre otros.

No obstante, a su vez, contiene restos de medicamentos. De hecho, la composición de la orina varía en función de otros muchos factores, como la dieta, posibles enfermedades o el tipo de agua que ingerimos y, en lo que respecta a los microbios, tiene menos que la saliva o las heces.

Además, si se almacena aumenta el pH y minimizaremos los agentes patógenos. ¿Entonces, podemos usarla tal cuál, y así obtener un fertilizante barato y eficaz? Aunque si procede de una persona sana es utilizable, pues no tiene virus o bacterias y es biodegradable, es mejor saber cómo hacerlo.

Qué dice la ciencia sobre la orina como abono ecológico
En efecto, el uso de la orina como fertilizante de las plantas es una práctica ante la que no se ponen peros, salvo cuando se contamina en su recolección o almacenamiento, pongamos por caso. Actualmente, por ejemplo, los estudios buscan determinar si existen determinados restos de medicamentos que puedan acabar llegando a los alimentos y, por lo tanto, entrar en la cadena alimentaria.

Al margen de estos aspectos, puesto que se considera un abono seguro, incluso la Organización Mundial de la Salud cuenta con directrices para su uso en la agricultura y proliferan los experimentos y proyectos no solo en huertos urbanos o jardines privados, sino también en cultivos intensivos y en jardines públicos.

Eso sí, con respecto a estos últimos, se agradece la contribución ciudadana realizada a través de urinarios públicos. En Ámsterdam lo tienen claro: su alcaldía se ha propuesto recolectar la orina de sus habitantes para abonar jardines y tierras agrícolas.

El uso de grandes cantidades de orina procedentes de muchas personas precisa de un tratamiento especial. Por lo general, se almacena a temperaturas altas durante varios meses para generar amoniaco, con el aumento del pH al que aludíamos. Es así como se reducen los patógenos, y los resultados pueden ser muy satisfactorios.

Un grupo de ambientalistas de Vermont, en Estados Unidos, llevaron a cabo un proyecto con el Rich Earth Institute para su uso en unos cultivos de heno que pertenecía a una granja. Con la orina de más de 170 voluntarios se llenaron cisternas y se sometió a este tipo de tratamiento. El objetivo era aprovechar sobre todo el nitrógeno y fósforo que obtenemos de los alimentos para devolverlos de nuevo al campo, evitando gastar grandes sumas de dinero en fertilizantes sintéticos.

Al tiempo, claro está, se hace un ecogesto que bien vale la pena, pues la orina se aprovecha como abono y no contribuye a aumentar las aguas grises, otra fuente de contaminación y desórdenes en los ecosistemas. De hecho, al ser muy alta en fósforo y nitrógeno, la orina resulta muy contaminante si antes no se ha tratado como comentábamos.

Entre otros efectos negativos del exceso de orina no tratada, por ejemplo en las aguas grises, destacamos que hace que crezcan las algas en los ríos, desequilibrando los ecosistemas de forma terrible. Un problema ambiental que se evita, y un beneficio agrícola que se consigue. En este proyecto, finalmente, se observó un importante aumento de la productividad.

Orina como abono ecológico para la agricultura y jardinería – Qué dice la ciencia sobre la orina como abono ecológico

Consejos sobre cómo usar la orina como abono ecológico
Si queremos usar orina humana en el jardín o huerto, las recomendaciones más habituales se refieren a su dosificación. Además de vigilar que procedan de personas saludables, es importante hacerlo solo a nivel casero.

Lo incorporaremos al suelo, mediante riego. Evitemos la aspersión, pues las partículas quedarán en el aire y será desagradable, además de perderse parte del nitrógeno. A su vez, mejor diluirla, una quinta parte en plantas adultas y una décima parte para plantones o semillas.

A parte de fertilizar, puede utilizarse como fungicida y para acelerar el compostaje. Eso sí, antes de lanzarse sería recomendable documentarse sobre el tema recurriendo a manuales y guías sencillas que orienten sobre los distintos supuestos.

En todo caso, si se hacen las cosas bien, su riesgo microbiológico es muy bajo, podemos producir buenas cantidades, si bien se precisa de un equipo tecnológico para su conservación. Un buen recurso para pequeños agricultores y, cómo no, para una agricultura más sostenible.

Tengamos presente que idealmente debería pasteurizase si queremos usarla en cultivos agrícolas y también recordar que el mejor momento de aplicarla es un mes antes de la cosecha, según recomienda la OMS.

Orina como abono ecológico para la agricultura y jardinería – Consejos sobre cómo usar la orina como abono ecológico.

Si deseas leer más artículos parecidos a Orina como abono ecológico para la agricultura y jardinería, te recomendamos que entres en nuestra categoría de Reciclaje y gestión de residuos.

Fuente: ecologiaverde.com

Compartir:
Compartir:

¿Qué es la permacultura?

Como su propio nombre lo indica, la permacultura surge de la fusión de las palabras anglosajonas permanent y culture, refiriéndose inicialmente al concepto de agricultura permanente y posteriormente ampliado a cultura permanente.

permaculturaEste “sistema de principios” surgió en los años 70 cuando los investigadores australianos Bill Mollison David Holmgren analizaban las distintas posibilidades para la creación de sistemas agrícolas permanentes: respetuosos con el medio ambiente, independiente de elementos externos y que no agotaran los recursos naturales, manteniendo un perfecto equilibrio entre los sistemas productivos estables y comprometidos con los ecosistemas locales.

Aunque es uno de los pilares de la agricultura ecológica, la permacultura no se aplica exclusivamente a las técnicas de cultivo de alimentos, sino que repercute en los más distintos ámbitos de la sociedad: la economía, arquitectura, procesos productivos, bienestar físico y emocional, educación y cultura, etc.

En palabras de uno de los padres de este movimiento, Bill Mollison, la permacultura es una filosofía para la creación de ambiente humanos sostenible y productivos, en equilibrio y armonía con la naturaleza.

Permacultura: un enfoque integral

Según los principios de la permacultura, un hábitat debe ser diseñado como un sistema que combina la vida de los seres humanos, animales y plantas de forma respetuosa, asegurando las necesidades de todos de una manera adecuada. Ese concepto de biología profunda no solo se refiere a los elementos individuales, sino a la relación de entre esos componentes para garantizar el uso ideal y la creación de sistemas productivos perfectos.

En este sentido, para la permacultura es tan importante planear como implementar y mantener ese diseño de sostenibilidad ecológica, teniendo en cuenta las necesidades actuales y futuras. En resumen, la permacultura se instaura como una visión holística del mundo, en armonía con la naturaleza, combinando la aplicación de las diferentes técnicas que permiten su puesta en marcha.

Sus 3 principios éticos

Desde su nacimiento en los años 70, los principios de la permacultura han ido desarrollándose y perfeccionándose de forma progresiva, pero sin perder de vista la ética, uno de los puntos más importantes que une los pilares básicos de ese sistema de principios.

Independientemente de cómo tengas pensando poner en práctica un estilo de vida basado en los fundamentos de la permacultura, estos son los 3 principios básicos que siempre debes tener en cuenta.

1. Cuidar la tierra

La tierra es la base para que todos los sistemas de vida perduren y se multipliquen. Por ello, este principio primero refuerza la importancia de una tierra saludable, sin la cual los seres humanos no pueden desarrollar sus demás cualidades.

2. Cuidar las personas

Este componente social de los principios básicos de la permacultura se basa en el derecho de todas las personas de acceder a los recursos necesarios para su existencia y no solo en términos materiales sino también que amplia este ‘cuidado’ al reparto igualitario de recursos y conocimientos, indispensables para que los ciudadanos puedan emprender el cambio un rol pasivo hacia ciudadanos comprometidos, responsables y productivos.

3. Compartir los excedentes

El reparto justo hace referencia a la necesidad de utilizar los recursos de una forma racional, sin tomar más de lo que se necesita y teniendo en cuenta las necesidades presentes y futuras, tanto de los humanos como de las demás especies. Una vez más, los principios de la permacultura hacen mención no solo a los recursos materiales excedentes, sino que vuelve a incluir la importancia de compartir el conocimiento.

Los 12 principios básicos de la permacultura

Ya hemos mencionado como, en la actualidad, la permacultura se ha convertido en un sistema interdisciplinar que comprende muchas otras técnicas además de la agricultura, tales como arquitectura, diseño o ecología.

En todos esos campos, la actuación de la permacultura se podría resumir como el empleo de técnicas y conocimientos a favor de la naturaleza y siempre en la búsqueda constante de entornos sostenibles, donde todos (seres humanos y demás especies) puedan convivir en paz con la naturaleza.

Estos son los 12 principios básicos de la permacultura, definidos por David Holmgren:

1. Examinar e interactuar. A través de la observación cuidadosa de la naturaleza y todos sus procesos es posible alcanzar la consciencia sobre sus elementos y aprender de su sistema, diseñando y adaptando soluciones con mínima interferencia en el medio.

2. Captar y almacenar energía. Teniendo como base las culturas preindustriales y sus técnicas de aprovisionamiento esenciales para la sobrevivencia. El uso y redescubrimiento de los procesos que permiten recolectar recursos cuando esos son abundantes para posteriormente utilizarlos en momentos de necesidad. Por ejemplo: agua o semillas.

3. Obtener un rendimiento. Sin perder de vista las necesidades futuras, se satisfacen las necesidades de ahora. Se trata de balancear el rendimiento, ingresos y beneficios para conseguir una recompensa inmediata del trabajo realizado.

4. Aplicar la autorregulación y aceptar la retroalimentación. Previniendo la sobreexplotación a través de procesos eficaces de autorregulación, integrados en el desarrollo de culturas y entendiendo las señales de la naturaleza para evitar las actividades inapropiadas.

5. Usar y valorar los recursos y servicios renovables. De forma cautelosa y aprovechando la abundancia de los recursos de la naturaleza (viento, biomasa, sol, etc.). Primar el uso de recursos renovables sobre los recursos fósiles.

6. Producir sin desechos. Valorando los recursos y empleando la cascada de ‘erres’ para evitar los desperdicios: rechazar, reducir, reutilizar, reparar y reciclar.

Otros principios de permacultura

7. Diseñar desde patrones hacia los detalles. Lograr un diseño de éxito pasa por entender los modelos ‘superiores’ de la naturaleza. Los patrones de la permacultura se desarrollan a través de la observación de los elementos naturales exitosos.

8. Integrar más que segregar. Favorecer la integración de los elementos en lugar de eliminar o fomentar la competencia entre ellos.

9. Utilizar soluciones lentas y pequeñas. Respetar los tiempos naturales y apostar por cambios en pequeña escala una vez que requieren menos recursos y son más productivos a largo plazo. Evitar la inmediatez de los resultados para proteger los recursos y ahorrar energía.

10. Utilizar y valorar la diversidad. La naturaleza única del entorno ofrece una oportunidad perfecta para fomentar la conservación y ampliación de la diversidad de los sistemas favoreciendo su autorregulación a largo plazo.

11. Usar los bordes y valorar lo marginal. Comprender el funcionamiento de los límites entre los sistemas y emplear los aprendizajes de una manera productiva.

12. Usar y responder creativamente al cambio. Observar y comprender los ciclos para aceptar y reaccionar adecuadamente ante los sucesos naturales.

Áreas de acción o “la flor de la permacultura”

Pero ¿Dónde realmente se aplica la permacultura? ¿Cómo exactamente se materializa esta forma ideal de entender el mundo de una manera armoniosa, respetuosa y sostenible? Si te has quedado con ganas de poner en práctica los principios de la permacultura, es fundamental ahondar en sus áreas de acción, también conocidas como “la flor de la permacultura”.

Esos son los ámbitos que nos enseñan cómo trasformar nuestro alrededor con el objetivo de poner en marcha una cultura sostenible:

Manipulación de la tierra y la naturaleza

Esta es una de las áreas más relacionadas con la agricultura ecológica, ya que se refiere al empleo del cultivo orgánico de alimentos para conservar, regenerar y manipular los espacios silvestres de forma sostenible, asegurando la conservación de la biodiversidad.

Edificación

Para la permacultura, los ambientes construidos deben estar en sintonía con la naturaleza a través, por ejemplo, del uso de materiales naturales y locales, la construcción bioclimática o el uso de técnicas de ecoconstrucción.

Herramientas y tecnología

El uso de instrumentos y la aplicación de conocimientos que hacen posible interactuar con el medio ambiente de forma sostenible tales como la utilización de energías renovablesecotécnicas o la captación de aguas fluviales, entre otras.

Educación y cultura

En sus principios, la permacultura destaca la importancia del conocimiento, puesto que es la base de la educación ambiental, de educar hacia la paz o de promover la investigación activa.

Bienestar físico y espiritual

Este concepto relaciona la conexión del cuerpo, mente y espíritu con los demás elementos naturales, por lo que fomenta la práctica de actividades físicas ancestrales como el yoga o el uso de medicinas alternativas.

Economía y finanzas

A través de reorientación de la economía global hacia las inversiones biorregionales éticas, mercados de trueque, voluntariado y sistemas económicos justos.

Posesión de la tierra y gobierno comunitario

Mediante la instauración de ecoaldeas y cooperativas de producción y consumo.

En la actualidad, la permacultura cuenta con más de 10.000 adeptos en todo el mundo, sin contar la acción individual de personas que han decidido aplicar el concepto de permacultura en la vida diaria, de manera progresiva. Si todavía no lo has hecho, observa tus hábitos y piensa en cómo integrar y fomentar el diseño ecológico en el día a día. ¿Te animas?

Fuente: naturtable.es

Compartir:
Compartir:

Si vives en cualquier país mínimamente desarrollado, en los últimas décadas nos meten por los 5 sentidos estos dos palabros y la población en general parece no concienciarse del todo. ¿Hay que hacerlo? ¿Tenemos que ser nosotros individualmente los primeros concienciados? Son preguntas al aire que me hago que tienen difícil respuesta y seguramente daría para debates interminables. Seguimos con nuestras vidas y la realidad es que salvo imposición legal, impuestos varios (excesivos incluso), campañas educativas e incluso agendas europeas como la 2030 (también con matices que habría que tratar a fondo…), el porcentaje que intenta llevar este tipo de vida es mínimo.

¿Qué significa vida sostenible? ¿Sostenible con quién? ¿Con qué? ¿Se puede llegar a esto? ¿Quién pone los límites de lo que se considera sostenible o no? Hagamos una reflexión y centrémonos en la parte que nos toca de este blog que al fin y al cabo es la agricultura en toda su dimensión (tanto la de autosuficiencia como la tecnificada como negocio rentable).

Amplitud del término «vida sostenible»

Esto es amplísimo. Resumamos qué hace un habitante medio de casi cualquier país europeo:

  • Tiene un trabajo
  • Tiene una casa
  • Invierte tiempo y dinero en ocio
  • Se va de vacaciones 1 o 2 veces al año
  • Tiene al menos un medio de transporte propio (coche en la mayoría de casos).
  • Consume alimentos
  • Consume bienes y servicios

Entendemos por vida sostenible, aquella vida que satisface nuestras necesidades (individuales, colectivas…) generando el mínimo impacto en los recursos naturales, de manera que permita a las generaciones futuras vivir un entorno saludable, de recursos no agotados y a la vez manteniendo un crecimiento o una sostenibilidad económica que nos permita llegar a las metas personales que cada uno se proponga.

¿Qué consideramos hoy por vida sostenible? Aquí tenemos un ejemplo de blog sobre vida sostenible. ¿Lo es realmente? Eso te dejo que lo decidas tú. Yo voy a poner dos extremos a continuación para sentar unas bases de qué podría ser y qué no.

Si nos fuéramos al primer extremo, un ermitaño, un eremita, un asceta serían extremadamente sostenibles. Son los mayores entes ecologistas que existen. Personas con una profunda vida interior que viven en solitario, haciendo un uso energético mínimo, prácticamente sin impactar en el medio, con lo justo para vivir. Todos tenemos claro que esa vida no la podemos llevar los 8000 millones que somos. Casi todos ni querríamos llevar ese tipo de vida.

En el otro extremo, una persona con suficiente dinero, apalancada en hábitos extremadamente consumistas (que no capitalistas, que no es lo mismo), devoradora de energía sería el extremo opuesto ¿no? El capitalismo se fundamenta en el trabajo, el ahorro y la inversión, no en el consumo. El consumismo es otra cosa.

Si te das cuenta, la tendencia social general tira más a este lado de la balanza que al otro. Aunque tengas pajitas de bambú en vez de plástico, aunque tengas una caldera de condensación, aunque compres cosas «certificadas como eco», aunque te compres un «coche eco», aunque compres el café o el cacao en el comercio justo, aunque compres ropa eco, aunque tengas tres cubos de colores en la cocina para reciclar, aunque cultives 4 tomates en el balcón… Puedo poner mil ejemplos más pero creo que se entiende el argumento. ¿Crees que eso es suficiente para evitar un consumo energético desmesurado y un desgaste material de planeta?

Las comodidades, el tenerlo todo fácil, a golpe de tarjeta, que me lo traigan, que me lo den hecho para que pueda dedicarme a lo que realmente quiero es lo que me empuja a satisfacer necesidades y a invertir mi tiempo y dinero en consumir para no tener que hacerlo yo. Necesidades reales o necesidades impuestas. ¿Necesitamos un coche? ¿Necesitamos un smartphone? ¿Necesitamos irnos de vacaciones a la otra punta del mundo al menos una vez cada año o 2 años? Igual sí, igual no. Depende de cada uno. Unos sacrificarán unas cosas, otros otras, otros ninguna, porque ¿quiénes somos para impedirle viajar a alguien? Si considero que ir a trabajar andando o en bici es un hábito de vida sostenible ¿te puedo criticar por ir en coche?, ¿te lo puedo prohibir?.

En lo que nos toca, la agricultura, hay un término que define en su máxima expresión la sostenibilidad en este ámbito. LA PERMACULTURA

¿Qué es la permacultura?

Esto ya lo hemos tratado en Agromática en artículos de hace bastantes años. Te los dejamos por aquí, pero te hacemos un pequeño resumen. La permacultura responde a 7 principios en los que, siendo realista, hay que matizar ciertas cosas según mi opinión.

  • Manejo de la tierra y la naturaleza (bancos de semillas, regeneración de entornos y ecosistemas, convivencia de plantas en estos biomas naturales… (esto muchas veces se pelea con los rendimientos productivos a la hora de alimentar a tanta gente. Es un dilema complicado).
  • Bioconstrucción: Construcción de casas lo más pasivas posible (esto es algo muy complejo en las sociedades y urbes actuales). Se tiende a ello con los certificados energéticos de las viviendas pero son imposiciones gubernamentales mal ejecutadas que acaban teniendo partes negativas que no compensan el beneficio global.
  • Herramientas y tecnología: basado en el uso de energías renovables y el aprovechamiento eficiente. Tal y como estamos con la energía en 2022 es un tema que levanta ampollas y muy dificil de tratar por cómo (no) ha llevado Europa la transición energética.
  • Educación y cultura: Conciencia social y educación de forma holística en todos los ámbitos de la vida. Aquí entra la disyuntiva de si eso implica en imponer una cultura a gente que no quiere aceptarla. ¿Aceptarías ser un ermitaño para no contaminar? Yo dejo ahí la pregunta y la reflexión corre de tu cuenta.
  • Bienestar físico y espiritual: Alimentación saludable, deporte… En eso estamos de acuerdo.
  • Economía y fianza: Basada en el intercambio, el ahorro, bajo consumo. En muchos casos incompatible con los modelos de producción actuales. No digo malos, digo actuales. No juzgo si son malos o no, pero la realidad es que dan de comer a mucha gente. Y sustituir eso es difícil.
  • Tenencia de la tierra y gobierno comunitario: La idea de la cooperativa está a la orden del día en este ámbito y no me parece mala idea. Asociaciones civiles libres de ponerse de acuerdo en cómo gestionar tierras individuales para un bien común.
permacultura, vida sostenible

Podrás encontrar muchos más matices de lo que significa la permacultura. Nos ha llamado la atención el concepto de la permacultura según Diario responsable que ya incluso diferencian entre permacultura urbana y rural. Y tiene bastante sentido. Muchos de los principios antes descritos son difícilmente abarcables en urbes y seguro que hay matices que hay que modificar, o readaptar para llegar a tendencias similares pero no iguales. Todas esas pegas que pongo en los 7 principios, quizá se puedan acomodar dentro de pequeños gestos enmarcados dentro del concepto permacultura urbana.

¿Tener un huerto es una forma de permacultura?

Es un pequeño gesto sí. Ahora bien. Si hablamos de rendimientos, gasto, contaminación y recursos utilizados para cultivar un huerto igual te sale más caro que comprar la fruta y verdura. Además, energéticamente igual no sale tan «eficiente«. Imagina aquella persona que tiene un huerto a 5-15 km de su vivienda (en las ciudades ocurre más de lo que parece), en una parcelita en un pueblo cercano. Si usa el coche para ir y venir a regar, toda esa buena intención, se quema en forma de litros y litros de gasoil. Mejor ve a la tienda de abajo de casa, compra los tomates.

Si vas a cultivar un huerto por razones medioambientales plantéate el resto de tu existencia de la misma forma. El transporte, la alimentación, el ocio, los bienes materiales…todo. Es la única manera de acercarse al ideal de la permacultura sin llegar a caer en la hipocresía más absoluta.

Cultivar tus propios alimentos en un jardincito usando o no la permacultura como ideal para impactar menos en el planeta es una fantástica idea casi utópica a la que tender pero no te digas a ti mismo que estás ayudando al planeta porque la realidad es que de lo que cultivas a lo que consumes durante el año no creo ni que llegue al 10%. El otro 90 lo compras de la agricultura y ganadería tradicional. Hablo en general. Si lo haces, hazlo porque te gusta, porque quieres aprender, porque quieres ver crecer aquello que normalmente compras en bandejas, por afición… Porque los beneficios de cultivar un huerto son muchos, pero llegar a la autosuficiencia alimentaria requiere mucho más esfuerzo de lo que nos pensamos.

¿Crees que llevas una vida sostenible? ¿Ha cambiado tu percepción sobre al asunto al leer este artículo? Déjanoslo en los comentarios.

agromatic.com

Compartir:
Compartir:

El objetivo de este artículo es difundir los conceptos de las Buenas Prácticas Agrícolas (BPA), con el propósito de orientar los sistemas de producción hacia una agricultura sostenible y ecológicamente segura, obtener productos inocuos y de mayor calidad, contribuir con la seguridad alimentaria, a través de la generación de ingresos mediante el acceso a mercados y mejorar las condiciones laborales de los productores y sus familias.

El manual está dirigido a técnicos y técnicas extensionistas agrícolas, organizaciones de productores y productoras, maestros y maestras de escuelas rurales, niños y niñas, pobladores urbanos y peri urbanos y a los grupos de la Agricultura Familiar en general.

buenas prácticas agrícolas

Manual de Buenas Prácticas Agrícolas

I. ¿Qué son las Buenas Prácticas Agrícolas?

Concepto

– Los consumidores están cada vez más preocupados por obtener alimentos sanos y producidos respetando el medio ambiente y el bienestar de los trabajadores

– En este contexto, nacen las Buenas Prácticas Agrícolas, las cuales simplemente pueden definirse como “Hacer las cosas bien y dar garantía de ello”

– Las BPA y las BPM (Buenas Prácticas de Manufactura) son un conjunto de principios, normas y recomendaciones técnicas aplicables a la producción, procesamiento y transporte de alimentos, orientadas a cuidar la salud humana, proteger al medio ambiente y mejorar las condiciones de los trabajadores y su familia ¿Quiénes se benefician de las BPA?

– Los agricultores y sus familias que obtendrán alimentos sanos y de calidad para asegurar su nutrición y alimentación y generarán un valor agregado en sus productos para acceder de mejor forma a los mercados

– Los consumidores, que gozarán de alimentos de mejor calidad e inocuos, producidos en forma sostenible

– La población en general, que disfrutará de un mejor medio ambiente

II. ¿Por qué debería aplicar Buenas Prácticas Agrícolas?

– Trabajadores saludables.

– Productos sanos y de calidad para mejorar la nutrición y alimentación de su familia.

– Sostenibilidad y acceso a nuevos mercados.

– Alta calidad (producto diferenciado).

– Bienestar animal Predio limpio Baños y depósitos.

– Control de desconocimiento la producción.

– Más ingresos Mejores precios por calidad Menores costos ($) (- agroquímicos) Mayores rendimientos (Productividad).

III. ¿Cómo implementar Buenas Prácticas Agrícolas?

1. ¿Cómo mejorar las condiciones de trabajo y de los trabajadores y trabajadoras?

– Todos los trabajadores deberían estar inscriptos en el Registro Nacional de Buenas Prácticas Agrícolas. (Ver Anexo 1 Planillas 1, 2 y 3 del documento a descargar).

– Se capacitará a todos los trabajadores, en especial en manejo de agroquímicos / fertilizantes, higiene y en primeros auxilios.

– La prioridad de los niños es ir a la escuela y podrán ayudar en el predio sólo en actividades que no atenten contra su seguridad y el tiempo de estudio.

¿Qué servicios deben asegurarse para los trabajadores y las trabajadoras?

– Botiquín de primeros auxilios.

– Equipos de protección personal, sobre todo para la aplicación de agroquímicos.

– Teléfonos de emergencia (bomberos, policía, hospital).

– Realizar chequeos de salud para usted, su familia, y pedir certificados de salud de los trabajadores que contrate.

– Para mejorar la alimentación, nutrición y salud de su familia, utilizar productos sanos en las comidas diarias.

¿Qué servicios deben asegurarse para los trabajadores?

Los trabajadores tienen que contar con los equipos de protección personal, sobre todo para la aplicación de productos químicos y botiquín de primeros auxilios.

– Debe de haber baños fijos o móviles, en número suficiente para los trabajadores.

– Los baños deben mantenerse limpios, en buen estado, ventilados y las puertas deben cerrar bien.

– Los baños deben contar con: Basurero, Papel higiénico, Lavamanos, Agua potable, Jabón, Toallas.

– Si se usan bidones o tanques de agua para higiene.

Recuerde:

– Los recipientes deben mantenerse limpios por dentro y por fuera.
– El agua debe estar fría, limpia, sin olores y no dejar que se estanque.
– Ubicarlos a la sombra.

Medidas de Higiene:
– Mantener un buen aseo personal.
– Respetar los carteles “use los baños” y “lavarse las manos”.
– Recuerde lavarse las manos antes y después de usar el baño.

– Cuando se tiene enfermedades contagiosas o con síntomas (diarreas, vómitos, etc.) no se debe manipular alimentos frescos.

Fuente: fao.org

Compartir: