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Identificación de problemas y soluciones en el riego por goteo

¿Tu instalación de riego por goteo ya no es lo que era? ¿Tienes sectores en el huerto o jardín a los que les llega menos agua que antes? Es muy posible que después de un tiempo tengas goteros obstruidos. Suele ser un problema bastante frecuente en nuestro huerto y de vez en cuando debemos realizar inspecciones para evaluar la instalación. Te ayudamos a identificar esos problemas y darte soluciones.

Es muy posible que al cabo de un tiempo, tu instalación de riego por goteo sufra obturaciones que descompensan tanto la presión de los diferentes puntos del circuito como la cantidad de agua emitida y merman el buen funcionamiento general.

Se riegan unas zonas más que otras y puede que tengamos sectores de nuestro jardín o huerto, sin la hidratación adecuada. Veamos los problemas más comunes de obturación y sus posibles soluciones:

Problemas y soluciones en el riego por goteo
1. Obturación por partículas sólidas
Las mangueras así como los emisores, pueden llegar a acumular una cantidad importante de partículas sólidas al cabo de un tiempo. Debemos quitar las abrazaderas de los finales y dejar correr el agua para que la suciedad salga de las mangueras.

Si en los goteros persiste la obturación debemos quitarlos y lavarlos con agua o aire a presión.

2. Obturación por arena
Si la obturación por arena es frecuente deberás instalar un filtro de arena a la entrada de la instalación. Evitarás problemas y quebraderos de cabeza futuros.

3. Precipitaciones de sales de Fe
Esto no suele ocurrir en instalaciones de riego pequeñas. Si es muy severo habría que tratar con soluciones de ácido nítrico o cambiar el sistema de riego entero. En pequeñas instalaciones a veces es más cara la solución que uno nuevo.

4. Presencia de algas y bacterias
Tampoco va a ocurrir muy a menudo pero si pasara, lo mejor es tener instalado un filtro específico. La otra opción es usar alguicidas, aunque mejor prevenir que curar ¿no?

5. Barro pegado y seco en el emisor
Puede ocurrir que después de una lluvia quede taponado por fuera, por salpicaduras de barro. Con un poco de agua lo solucionaremos. Si la instalación es muy grande podemos hacer un pequeño riego después de la lluvia para eliminarlo antes de que se seque.

6. Sales de calcio
La temida cal. Es sin duda el problema más común en la obturación de sistemas de riego localizado.

Si vives en una zona donde las aguas son muy calizas, es muy posible que sufras este problema.

Hay diversas opciones en el mercado, desde los caros descalcificadores (no recomendable para instalaciones pequeñas y medianas) hasta los imanes a la entrada del circuito que cambian momentáneamente la polaridad de las sales evitando su cristalización en cierta medida.

Un consejo que te damos en Agromática es que si las mangueras las tienes protegidas del Sol con el acolchado, la cristalización de la cal repentina en el gotero por efecto del calor será mucho menor.

Si el agua que tomamos para el riego por goteo no es de muy buena calidad o está embalsada (mayor riesgo de algas y bacterias), la instalación de filtros de malla, arena o anillas aumentará la vida útil del sistema de riego considerablemente.

También hay que valorar el tamaño y los metros de manguera de la instalación, porque el mantenimiento de los filtros, en ocasiones no resulta barato y habrá que sopesar si cambiar las mangueras y goteros cada 4 o 5 años o invertir en un sistema de filtrado. Tendréis que valorarlo.

En cualquier caso, nosotros recomendaremos siempre que se pueda instalar manguera de riego por exudación. En una pequeña instalación de huerto o jardín e incluso en cultivos de mayor escala, los problemas derivados de la obturación en este tipo de sistema de riego son muy pocos o casi nulos.

Además, los abonos como tal son sales, por lo que también hay que tener especial cuidado con la cantidad que añadimos por riego (para evitar quemaduras y fitotoxicidades), su solubilidad, y su incompatibilidad con otros fertilizantes solubles.

7. Materia orgánica en suspensión
Tanto si se añade por abonadora (ojo, no el compost típico al que estamos acostumbrados, sino aquel que es soluble), como si regamos de pozo o embalse, podemos encontrar todo tipo de materia orgánica. Algas, hongos, bacterias, restos vegetales diminutos. Todo aquello que no ha limpiado el filtro.

¿Cómo evitar las obturaciones en tu sistema de goteo?
En el mercado hay distintos productos, la mayoría de naturaleza ácida, para lograr limpiar todo nuestro sistema. Básicamente podríamos diferenciar entre limpiezas de mantenimiento (aquellas que se hace, por ejemplo, una vez al mes) y limpiezas profundas, donde se aumenta la cantidad de materia ácida y se cierran todos los goteros.

Para eliminar carbonatos, un producto muy usado (y no es caro) suele ser el ácido nítrico. Tiene un pH muy ácido, por lo que viene bien para aquellos terrenos de naturaleza básica.

¿Qué cantidad de ácido nítrico se suele añadir?
Aunque es variable y dependerá de cómo de obturado se tenga la instalación, nos mojamos a recomendar una cantidad de entre 3 y 6 litros por cada metro cúbico y hora de riego.

¡Un momento! ¿Y como sé cuanto es un metro cúbico de agua que pasa por mi tubería?

Muy fácil. Cuenta el número de goteros de tu instalación y su caudal. Si por ejemplo dispones de 250 goteros de 4 L/h, estaríamos hablando de 1 metro cúbico cada hora de riego. Por lo cuál, tendrías que añadir al inyector entre 3 y 6 L.

Limpieza de materia orgánica
Aunque con el ácido nítrico se consigue mucha mejoría en el sistema de riego, también hay otros productos específicos, según la naturaleza del atasco. Por ejemplo, para obturaciones procedentes de cúmulos de materia orgánica se puede añadir hipoclorito sódico, lo que todo el mundo conocemos como lejía. Eso sí, habrá que tener mucho cuidado con la concentración y la cantidad para evitar fitotoxicidades en los cultivos.

Además, el hipoclorito sódico se puede emplear, a mayores dosis, para combatir un problema emergente de nematodos. Se suele aplicar a razón de 1 litro por cada 1.000 metros cuadrados, teniendo en cuenta siempre el número de goteros que disponemos para evitar fitotoxicidades.

Precauciones a tener en cuenta
Por último, debéis tener en cuenta las muchas precauciones que hay que tener cuando se manejan productos de esta naturaleza. Tanto el ácido nítrico como el hipoclorito resultan peligrosos y corrosivos, y desprenden gases tóxicos. Para su manipulación es obligatorio el uso de guantes protectores, trajes impermeables, botas, gafas, etc.

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Las botellas de agua de plástico se han convertido en el emblema de nuestra moderna crisis de contaminación. El símbolo de los residuos plásticos se renueva. Ya está aquí la primera botella de agua biodegradable.

Creada por la empresa californiana Cove, es la primera botella de agua totalmente biodegradable del mercado, lo que significa que, en el mejor de los casos, el envase se descompondrá en el compostador. En el peor de los casos, la botella se descompondrá en cualquier entorno natural (incluso en el océano, donde acaban aproximadamente 8 millones de trozos de plástico al día).

Estas botellas únicas están hechas de una sustancia llamada PHA que parece y se siente como plástico. Pero, en realidad, el material se fabrica mediante fermentación.

Para crear las botellas, Cove alimenta a los microbios con diversos productos, como aceite vegetal, azúcar y alimentos. Estos microbios transforman los alimentos en un polímero en sus células, que puede extraerse y convertirse en PHA.

Durante el compostaje, el PHA se expone a otros microbios, lo que permite que se descomponga rápidamente.

Este uso del PHA podría ser un gran paso en la dirección correcta para combatir los residuos plásticos. Actualmente, sólo en Estados Unidos se tiran a la basura unos 40 millones de toneladas de residuos plásticos al año, y las botellas de agua tardan 450 años en descomponerse en la naturaleza.

Pero el PHA no es el santo grial de la biodegradabilidad. Debido a las innumerables variaciones del PHA, no está claro cuánto tarda exactamente en descomponerse. Además, la humedad, la temperatura y el clima influyen en el tiempo que tarda un producto en biodegradarse. Cove calcula que cada botella tardará entre 1,5 y 4,5 años en descomponerse.

No hay dos entornos iguales… En general, la idea es obtener una estimación que nos dé un límite superior y un límite inferior de lo que tardará.

Ben Kogan, responsable de sostenibilidad y política de Cove.
Cove lanzó oficialmente sus primeras botellas en las tiendas de Erewhon, un supermercado ecológico de California, a principios de diciembre.

Las botellas de agua de plástico se han convertido en el emblema de nuestra moderna crisis de contaminación. Al ofrecer una alternativa verdaderamente biodegradable al plástico a los clientes y al sector en su conjunto, podemos empezar a reducir los residuos plásticos en nuestras comunidades.

Alex Totterman, fundador y consejero delegado de Cove

Vía www.prnewswire.com

Fuente: cove.co

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Que el agua es vida lo sabemos mejor que nadie, ya se trate de plantas o animales. Sin agua no hay nada que hacer. Para una gallina ponedora, la disponibilidad de agua tiene que ser total ya que de ello, y de su alimentación de forma conjunta depende la calidad y cantidad de huevos que va a poner. ¿Ponemos un platito o recipiente con agua y ya? No es tan sencillo. ¿Cuanto bebe una gallina? Lo resolvemos ahora. Los bebederos para gallinas tienen más ciencia de lo que parece.

La tecnología que orbita alrededor de los bebederos para gallinas pudiera parecer sencilla pero tiene un largo recorrido hasta llegar a los niveles de precisión y automatización de los bebederos profesionales como por ejemplo el sistema de bebederos para gallinas como el que fabrica SKA. Además de los niveles de automatización para abastecer a demanda hay que tener varias consideraciones de higiene, regulación de caudal, presión de circuito, recogida de sobrantes, posición del animal a la hora de beber. A fin de cuentas, son características que nos facilitan la vida a nosotros a la vez que mantienen una elevada comodidad en la gallina.

Recoger el sobrante de los bebederos para gallinas es crucial
Una gallina no bebe con cuidado. Simplemente bebe y calma su sed y no se plantea que el agua no hay que desperdiciarla. El avicultor, sin embargo sabe muy bien las consecuencias del desperdicio de agua, tanto económicas como sanitarias.

Económicas porque el agua no es gratis, y en producciones intensivas hay que ajustar los litros consumidos al milímetro.

No obstante, lo crucial de no desperdiciar agua no es tanto la parte económica como la parte sanitaria.

Derramar agua fuera del propio bebedero implica una serie de consecuencias nefastas derivadas de lo que se conoce como cama mojada. Una cama mojada provoca crecimiento de hongos, bacterias, parásitos que acabarán por generar enfermedades en las gallinas que se pueden resumir en:

Problemas en la piel. Pododermatitis en las patas al ser lo primero que toca el suelo y dermatitis en otras partes del cuerpo, especialmente el pecho al estar en posición de puesta tocando la cama húmeda.

Exceso de humedad genera enfermedades respiratorias que junto con los problemas de piel, baja la inmunidad de la gallina siendo más susceptible de ataque por parásitos, bacterias, virosis… Démonos cuenta que además es un círculo vicioso de malas condiciones ya que el exceso de humedad favorece justamente el crecimiento de microorganismos.

El exceso de humedad en la cama o lecho es el arranque de una rueda de malestar en el animal que acabará por mermar la producción gravemente.

El control de presión es fundamental para evitar derrames de agua.
Es necesario tener control de la presión. No por más presión, el animal va a beber más. Se han hecho barbaridades, creyendo que bebiendo más, la gallina come más, engorda más. No decimos que esto no pueda pasar, pero la consecuencia de excesos de derrames de agua puede afectar a todo lo anterior y por tanto genera una pérdida de animales por enfermedades, además de generar malestar animal.

Por ello, la presión debe estar muy ajustada al tipo de bebedero (también la boquilla del mismo) y al tamaño del pico del ave. Puede beber lo que puede beber, no más. Y el caudal (que depende de la presión del circuito) debe estar ajustado.

Y esto incluye cambios en la presión en los diferentes estados de crecimiento del ave. El ave crece, el pico crece, cambia incluso su curvatura y ello implica que la presión debe ser menor cuando son polluelos de pocos días, para ir incrementando la presión en función del crecimiento.

Las tazas de recogida del sobrante en los bebederos para gallinas
Por mucho que controlemos la presión y adecuemos la válvula al tamaño de pico, es inevitable un ligero derrame de agua. Para ello, los bobederos para gallinas y aves en general están fabricados con una tacilla colgante que recoge las gotas de agua que la gallina derrama. De esta forma, el agua se recupera y además es muy normal que las propias gallinas acaben bebiendo también de la propia taza. En la siguiente imagen tenéis el ejemplo.

Bebederos para gallinas. Cortesía de SKA
¿Cuánta agua bebe una gallina al día? Parámetros de calidad
El tamaño o peso (determinado por la fase de crecimiento) aunque lo que más influye en el consumo de agua es la temperatura ambiental. Para que nos hagamos una idea, el consumo normalizado de agua a 21ºC puede llegar a duplicarse si la temperatura se eleva a 35ºC y triplicarse si la temperatura alcanza los 40ºC. Es decir, los consumos de agua en invierno y verano son muy distintos.

Además de la cantidad que habrá que regular en función de la ventilación de la nave, temperaturas etc. la calidad del agua también es un factor fundamental en el crecimiento de la gallina. Controlar factores como el pH, la conductividad son esenciales para hacernos una idea del contenido en sales. Las aguas excesivamente salobres afectan negativamente al crecimiento de la gallina y a la puesta de huevos así como a la calidad de los mismos. Las características físicas mínimas para considerar un agua de consumo de calidad según el RD 140/2003 son:

pH: 6,5 – 9,5. Lo ideal es que esté cerca de la neutralidad.
Conductividad: < 2500 µs/cm a 20ºC Turbidez: 1-5 UFN Cloro libre residual: 1 ppm (mg/l) Referencias: Koelkebeck, K. W., McKee, J. S., Harrison, P. C., Parsons, C. M., & Zimmerman, R. A. (1999). Performance of laying hens provided water from two sources. Journal of Applied Poultry Research, 8(3), 374-379. Wilson, W. O. (1948). Some effects of increasing environmental temperatures on pullets. Poultry Science, 27(6), 813-817. Yeomans, M.R. (1987). Control of drinking in domestic fowls. Unpublished PhD thesis, University of Edinburgh, UK.

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El suelo está compuesto por minerales, materia orgánica, diminutos organismos vegetales y animales, aire y agua. Es una capa delgada que se ha formado muy lentamente, a través de los siglos, con la desintegración de las rocas superficiales por la acción del agua, los cambios de temperatura y el viento.

el suelo

Los plantas y animales que crecen y mueren dentro y sobre el suelo son descompuestos por los microorganismos, transformados en materia orgánica y mezclados con el suelo.

Los minerales provienen de la roca madre, que se deshace lentamente. También pueden ser aportados por el viento y el agua, que los arrastran desde otras zonas erosionadas.

La materia orgánica es el producto de la descomposición de vegetales y animales muertos. Puede almacenar gran cantidad de agua y es rica en minerales.

Los microorganismos o pequeños organismos son de dos tipos: los que despedazan la materia orgánica (insectos y lombrices) y los que la descomponen liberando los nutrientes (hongos, bacterias). Viven dentro del suelo y, además de intervenir para que la materia orgánica sea nuevamente utilizada por las plantas, ayudan a pulverizar las rocas. Lombrices e insectos forman poros que permiten la aireación, el almacenaje del agua y el crecimiento de las raíces.

La importancia del agua y el aire en el suelo
Agua y aire ocupan los poros, espacios entre las partículas de suelo que se producen por las irregularidades de su forma y tamaño. La distribución y tamaño de los poros es importante. Una excesiva cantidad de poros pequeños origina suelos compactos, pesados, húmedos y un pobre crecimiento de las raíces. Demasiados poros grandes forman suelos sueltos que se secan rápidamente. Cuando más pequeño es el poro, más difícil es para la planta absorber agua de él.

Los organismos del suelo y las plantas necesitan agua para vivir. Las plantas la utilizan para mantener sus tejidos, transportar nutrientes y realizar la respiración y nutrición. El agua del suelo es absorbida por las raíces y utilizada en el proceso de fotosíntesis. La disolución de minerales y materia orgánica en el agua facilita que sean captados por las plantas.

Cuando el agua del suelo escasea, se detiene el crecimiento de las plantas, que llegan a marchitarse y morir. Un exceso de agua desplaza el aire del suelo. Este es importante porque aporta oxígeno para la respiración de las raíces. Además es la fuente del nitrógeno que transforman las bacterias, haciéndolo aprovechable por las plantas.

Formas de vida
En el suelo se multiplican miles de formas de vida, la mayoría invisibles para nuestros ojos. Una hectárea de tierra fértil puede contener más de 300 millones de pequeños invertebrados: insectos, arañas, lombrices y otros animales diminutos.

La tierra que cabe en una cuchara puede encerrar un millón de bacterias, además de cientos de miles de células de levaduras y pequeños hongos.

Todos las sustancias que forman el suelo son importantes por sí mismas, pero lo fundamental es el equilibrio adecuado entre los diferentes constituyentes.

La materia orgánica y los microorganismos aportan y liberan los nutrientes y unen las partículas minerales entre sí. De esta manera, crean las condiciones para que las plantas respiren, absorban agua y nutrientes y desarrollen sus raíces.

Lombrices, bacterias y hongos también producen humus, que es una forma estable de materia orgánica. El humus retiene agua y nutrientes y ayuda a prevenir la erosión.

el suelo

En resumen, el manejo sostenible del suelo debe estimular la actividad de los microorganismos, manteniendo o aportando una cantidad adecuada de materia orgánica.

¿Cómo se forma el suelo?
La formación del suelo es un proceso muy lento: se precisan cientos de años para que el suelo alcance el espesor mínimo necesario para la mayoría de los cultivos.

Al principio, los cambios de temperatura y el agua comienzan a romper las rocas: el calor del sol las agrieta, el agua se filtra entre las grietas y con el frío de la noche se congela. Sabemos que el hielo ocupa más lugar que el agua, y esto hace que las rocas reciban más presión y se quiebren. Poco a poco se pulverizan y son arrastradas por las lluvias y el viento. Cuando la superficie es en pendiente, este sedimento se deposita en las zonas bajas.

Luego aparecen las pequeñas plantas y musgos que crecen metiendo sus raíces entre las grietas. Cuando mueren y se pudren incorporan al suelo materia orgánica que es algo ácida y ayuda a corroer las piedras.

Se multiplican los pequeños organismos (lombrices, insectos, hongos, bacterias) que despedazan y transforman la vegetación y los animales que mueren, recuperando minerales que enriquecen el suelo. Este suelo, así enriquecido, tiene mejor estructura y mayor porosidad. Permite que crezcan plantas más grandes, que producen sombra y dan protección y alimento a una variedad mayor aún de plantas y animales.

¿Cuáles son sus características?
Las características de cada suelo dependen de varios factores. Los más importantes son el tipo de roca que los originó, su antigüedad, el relieve, el clima, la vegetación y los animales que viven en él, además de las modificaciones causadas por la actividad humana.

El tamaño de las partículas minerales que forman el suelo determina sus propiedades físicas: textura, estructura, capacidad de drenaje del agua, aireación.

Los gránulos son más grandes en los suelos arenosos. Estos son sueltos y se trabajan con facilidad, pero los surcos se desmoronan y el agua se infiltra rápidamente. Tienen pocas reservas de nutrientes aprovechables por las plantas.

Los suelos limosos tienen gránulos de tamaño intermedio, son pesados y con pocos nutrientes.

Los suelos arcillosos están formados por partículas muy pequeñas. Son pesados, no drenan ni se desecan fácilmente y contienen buenas reserva de nutrientes. Al secarse se endurecen y forman terrones. Son fértiles, pero difíciles de trabajar cuando están muy secos.
Los suelos francos
Los suelos francos son mezclas de arena, limo y arcilla. Son fértiles y al secarse forman pequeños terrones que se deshacen. Un suelo con una composición equilibrada de cada mineral es un suelo agrícola fácil de trabajar y con buenas reservas de nutrientes. Mantiene la humedad a pesar de drenar libremente.

Cuando los poros entre las partículas de suelo son muy pequeños, se favorece la retención de agua y el encharcamiento. La presencia de materia orgánica permite que el agua se impregne e infiltre lentamente, logrando así que las raíces la aprovechen mejor. A su vez, la presencia de materia orgánica permite limitar la pérdida de nutrientes y facilita que sean captados por las plantas.

el suelo

Los suelos no tienen una estructura uniforme: están constituidos por capas que se diferencian por el tamaño y composición de las partículas. La capa superficial es más compacta, se seca con rapidez y está poblada por pocos organismos, especialmente lombrices. Por debajo de ella, está el humus, donde se acumulan microorganismos y nutrientes.

Las propiedades químicas del suelo dependen de la proporción de los distintos minerales y sustancias orgánicas que lo componen. El contenido de nitrógeno, fósforo, potasio, calcio y magnesio debe ser abundante y equilibrado. La materia orgánica siempre contiene carbono, oxígeno e hidrógeno, además de otros elementos. Al despedazar y descomponer las plantas y animales muertos, los microorganismos liberan los nutrientes permitiendo que puedan ser utilizados nuevamente.

Las propiedades físicas y químicas del suelo, unidas a los factores climáticos, determinan los vegetales y animales que pueden desarrollarse y la forma en que se debe cultivar la tierra.

La fertilidad en el suelo
Sabemos que para crecer las plantas precisan agua y determinados minerales. Los absorben del suelo por medio de sus raíces. Un suelo es fértil cuando tiene los nutrientes necesarios, es decir, las sustancias indispensables para que las plantas se desarrollen bien.

Las plantas consiguen del aire y del agua algunos elementos que necesitan, como el carbono, el hidrógeno y el oxígeno. Otros nutrientes esenciales están en el suelo: aquellos que los vegetales requieren en grandes cantidades se llaman nutrientes principales.

Son el nitrógeno, el fósforo, el potasio, el calcio y el magnesio. Proceden de las rocas que dieron origen al suelo y de la materia orgánica descompuesta por los microorganismos. Los nutrientes deben estar siempre presentes en las cantidades y proporciones adecuadas.

Un suelo es fértil cuando:
Su consistencia y profundidad permiten un buen desarrollo y fijación de las raíces.

Contiene los nutrientes que la vegetación necesita.

Es capaz de absorber y retener el agua, conservándola disponible para que las plantas la utilicen.

Está suficientemente aireado.

No contiene sustancias tóxicas.

Los suelos naturalmente cubiertos de vegetación conservan su fertilidad. Un ejemplo es el bosque: las raíces de los árboles sujetan la tierra, el follaje de las copas suaviza el impacto de la lluvia y la fuerza del viento. Las hojas secas que caen (hojarasca), junto con los animales muertos y sus excrementos, se pudren y son descompuestas por los microorganismos, formando humus.

El humus es un abono orgánico que enriquece el suelo, aumenta la porosidad superficial, absorbe el agua lentamente y la retiene. Así, el suelo permanece húmedo por más tiempo, el agua no se escurre por su superficie y no se produce arrastre de tierra.

La sombra de los árboles permite el desarrollo de otras especies vegetales que no pueden crecer a pleno sol, como los helechos, orquídeas, musgos y líquenes. Diversos insectos y pájaros se alimentan de sus frutos y ayudan a la multiplicación de las plantas colaborando en la polinización de las flores y en la diseminación de las semillas.

el suelo

Cubiertas vegetales
También protegen el suelo las praderas de pastos bajos y tupidos: las gotas de lluvia y los vientos llegan al suelo a través de las hojas que atenúan su impacto y la tierra se mantiene entre sus raíces entrelazadas. El suelo es rico en humus debido al constante aporte de materia orgánica.

Los terrenos cultivados gastan lentamente sus nutrientes y están más expuestos a la pérdida de suelo. El suelo arado opone menos resistencia a ser arrastrado por el agua y el viento. La erosión se intensifica en terrenos en pendiente y no protegidos por cortinas rompevientos y setos vivos, formados por árboles y arbustos.

Además, el producto de la cosecha se usa como alimento o como materia prima para algunas industrias y no regresa al suelo para enriquecerlo. Si no actuamos para reponer la fertilidad perdida, después de varios años de cultivo continuo la tierra se agota. Por eso debemos cuidar el suelo que cultivamos, incorporando abono y materia orgánica.

Si queremos sostener nuestro productividad, base de nuestro desarrollo, debemos proteger el suelo. Su degradación tiene numerosas causas, pero las que agotan rápidamente la tierra son la erosión, la contaminación, la sobreexplotación de los pastos y la destrucción de los bosques.

La erosión en el suelo
El suelo que utilizamos para la agricultura es una capa delgada que descansa sobre una base de rocas. Esta capa necesitó muchos siglos para formarse, pero puede ser destruida en pocos años si no se la usa con cuidado. Los suelos que se originan a partir de la roca madre crecen un centímetro en un período que puede durar varios cientos de años. Sin embargo, los terrenos pueden degradarse con rapidez, volviéndose estériles.

Además, sólo el 12% de la superficie de la tierra es fácilmente cultivable. Son más abundantes las zonas difíciles de trabajar. Los obstáculos posibles son varios: sequía por falta de lluvia, temperaturas muy bajas, suelos no fértiles por carencia de nutrientes minerales o por contener exceso de sal, terrenos siempre cubiertos de nieve o hielo o con pendiente muy acentuada.

Varios peligros amenazan el suelo: la pérdida de fertilidad, la contaminación y la desaparición del suelo mismo debido a la erosión. Muchas veces la pérdida de fertilidad o la contaminación acaban con la vegetación y el suelo desprotegido se erosiona rápidamente. Así, estos efectos se producen en la misma zona, uno después de otro.

La pérdida de fertilidad en el suelo
La pérdida de fertilidad y la contaminación se deben a cambios en la composición del suelo. Sabemos que para crecer la vegetación necesita nutrientes de los que se alimenta. Y que existen sustancias que son tóxicas para las plantas, que actúan como verdaderos venenos.

Las plantas absorben por las raíces determinados elementos, imprescindibles para su desarrollo, especialmente nitrógeno, fósforo, potasio, magnesio y calcio. Estos minerales se reducen con los cultivos. Si no son reemplazados con el agregado de abono y materia orgánica, la fertilidad del suelo disminuye hasta agotarse.

La contaminación es otra forma de deterioro del suelo debida a sustancias químicas dañinas para la vegetación, los animales o para la salud humana. Puede estar causada por el agua de riego contaminada por letrinas y pozos negros o por desechos mineros o industriales. También contaminan ciertos insecticidas y herbicidas, que destruyen especies no nocivas e incluso perjudican la salud de las personas.

Más sobre la erosión del suelo
Se llama erosión al desgaste, arrastre y pérdida de partículas de suelo. Se produce por acción del agua y del viento sobre zonas no protegidas:

Las gotas de lluvia caen con fuerza sobre el suelo deshaciendo progresivamente su estructura. El agua, al escurrirse, quita partículas y nutrientes al suelo y los transporta a las zonas bajas. Los arroyos y ríos arrancan la tierra de las riberas. El material arrastrado se sedimenta y rellena cauces y embalses, aumentando la probabilidad de inundaciones.

El viento también arrastra partículas de tierra fértil, especialmente cuando está recién removida o en los períodos de sequía, produciendo en algunos lugares verdaderas tormentas de polvo.

el suelo

El suelo se mantiene debido a la capa de vegetación que lo cubre. Las hojas atenúan el impacto de la lluvia, del calor del sol y de los vientos fuertes sobre el suelo y las raíces ayudan a sostenerlo. El follaje que cae forma una capa de protección, y contribuye a la formación del humus.

Al disminuir la vegetación, disminuye el aporte de materia orgánica y la densidad de las raíces que ayudan a sujetar el suelo. Desciende la actividad de los microorganismos y el suelo pierde fertilidad. Asimismo, pierde porosidad y estructura, haciéndose más erosionable.

En resumen, cuando el suelo se empobrece y se reduce la vegetación que crece en él y ayuda a fijarlo, aumenta la erosión causada por la lluvia y el viento.

Otras causas que aceleran la erosión son la destrucción de los bosques, la labranza inapropiada y el pisoteo excesivo del ganado sobre un suelo limitado (sobrepastoreo).

La capa fértil
El arrastre de la capa fértil es mayor con las lluvias intensas y en las laderas no protegidas. El agua no alcanza a infiltrarse y fluye por la superficie cargada de partículas de tierra. Luego se concentra en chorros que cavan surcos de pocos centímetros de profundidad, en los que el líquido corre a mayor velocidad. En esta etapa la erosión ya causa graves daños, pero puede ser detenida con barreras de piedras, cultivando en andenes perpendiculares a la pendiente, sembrando pastos que cubran el suelo y construyendo zanjas de escurrimiento.

Si no se toman medidas adecuadas, los regueros se unen, aumenta su caudal y cavan barrancos que se desmoronan.

La tierra es arrastrada y se forman socavones o cárcavas. La situación es muy grave y no sólo hay que detener el agua en la parte superior, sino que es necesario proteger el suelo que todavía queda en los bordes del barranco, sembrando hierbas, arbustos y árboles para que sujeten el terreno con sus raíces.

Cuando la erosión avanza, el terreno queda surcado por cárcavas y desaparece la capa fértil. En las zonas bajas aumentan las inundaciones. La tierra transportada es lavada de sus nutrientes y mezclada con pequeñas piedras. Este sedimento recubre con una capa estéril las tierras de los valles, perjudicando los cultivos.

¿Qué debemos hacer para conservar el suelo y mantener su fertilidad?
La cantidad de tierra que disponemos para cultivar es escasa y debe ser usada cuidadosamente y aplicando medidas de conservación apropiadas.

Un adecuado manejo del suelo ayuda a mantenerlo, restaurarlo y a mejorar su calidad. Para asegurarnos buenas cosechas durante muchos años, es importante que sepamos qué es y cómo se produce la erosión. Además, debemos conocer y utilizar técnicas de cultivo que eviten la pérdida de suelo y conserven su fertilidad.

Los métodos usados para prevenir la erosión ayudan a sujetar el suelo, reduciendo el impacto del agua y del viento para evitar que lo arrastre. La pérdida de la fertilidad se combate reponiendo en el suelo los nutrientes y la materia orgánica que los cultivos y la misma erosión se llevan.

La pérdida de suelo es más intensa en zonas en pendiente porque en ellas el agua corre con más fuerza.
Para impedir que el agua y el viento se lleven partículas de tierra, podemos usar algunas técnicas que son muy eficaces a pesar de su sencillez. Se trata de prácticas para conservar el suelo y el agua.

Cuando cultivamos suelos de laderas, hay que realizar las operaciones de cultivo en sentido perpendicular a la pendiente o en curvas de nivel. De esta manera, cada surco actúa como una barrera que frena el movimiento del agua. Al disminuir la escorrentía superficial, la capa fértil no es arrastrada. Además, lograremos un mayor aprovechamiento del agua que aumenta su penetración al correr más lentamente.

La cobertura vegetal (pastos tupidos, residuos de cosecha), además de enriquecer el suelo, ayuda a protegerlo contra la erosión, especialmente en la época de lluvias. En la época de sequía, evita que el suelo se reseque, al disminuir la pérdida de agua por evaporación. Es posible sembrar cultivos de cobertura entre un ciclo agrícola y otro.

Asimismo, la utilización del rastrojo como cobertura ayuda a controlar las malezas y aumenta la materia orgánica y la fertilidad.

El viento y la lluvia
Para defender al suelo de la erosión provocada por el viento y la lluvia es necesario usar barreras. Pueden ser barreras vivas, formadas por franjas de árboles y arbustos de hojas perennes y crecimiento denso, transversales a la dirección del viento y a la pendiente del terreno.

También es útil construir barreras hechas con piedras para evitar que el agua se escurra rápidamente y arrastre partículas de suelo. La tierra retenida se acumula y es excelente para agregarla a los cultivos.

Las zanjas y acequias permiten capturar el agua de escorrentía, que puede ser acumulada allí (surcos de infiltración), o puede ser llevada fuera del terreno (zanjas de drenaje y canales de desviación) hacia tanques para almacenarla.

Las terrazas
Las terrazas o andenes: hay terrenos de pendiente muy acentuada, y en ellos la construcción de terrazas ayuda a que el agua se absorba, evitando que arrastre el suelo y lo erosione. Además se obtienen superficies planas y más profundas, lo que permite sembrar diversos cultivos. Pueden construirse pequeñas terrazas individuales y circulares, en las que se planta, generalmente, un frutal.

La labranza mínima limita la roturación del suelo a los surcos donde se va a sembrar. El resto del terreno queda sin tocar. Este tipo de labranza permite mantener la estructura del suelo, disminuyendo el arrastre ocasionado por la lluvia y el viento.

El control de cárcavas: las cárcavas son zanjas causadas por el agua, que socava el suelo y se lo lleva. Dificultan la agricultura y tienden a agrandarse, aumentando la erosión y los desmoronamientos de tierra. Para controlarlas, hay que detener el flujo de agua que las forma.

Después hay que intentar su recuperación, construyendo muros de piedras dentro de la cárcava para que se acumule tierra. También se pueden sembrar barreras vivas, por ejemplo, pastos. Para fijar sus bordes, se plantan árboles.

Es importante evitar el sobrepastoreo. Cuando se concentra el ganado, el pisoteo constante compacta el suelo. Al alimentarse selectivamente de los pastos que prefieren, estos desaparecen poco a poco.

el suelo

Conservación de la fertilidad
La conservación de la fertilidad se consigue reponiendo en el suelo los nutrientes y la materia orgánica que los cultivos y la erosión se llevan.

Prácticas que ayudan a conservar la fertilidad son la rotación de cultivos y los cultivos asociados.Rotar los cultivos es sembrar diferentes cultivos en un mismo terreno, durante años sucesivos. Cada especie utiliza con mayor intensidad nutrientes diversos y sus raíces llegan a distinta profundidad. Así, mientras un cultivo utiliza ciertos nutrientes, se están regenerando los nutrientes que tomó la cosecha anterior. Esta rotación ayuda también a disminuir las plagas, ya que al año siguiente no encuentran los vegetales que atacan específicamente.

La asociación de cultivos es la siembra de diferentes especies vegetales en un mismo año.Cada cultivo absorbe los nutrientes que necesita sin competir con los otros.

El maíz sirve de apoyo para que trepe el frijol.

La calabaza da sombra al suelo, conserva la humedad y evita que crezcan las hierbas.Si se siembra maíz, frijol y calabaza:

El frijol, que es una leguminosa, fija el nitrógeno, enriqueciendo el suelo.

La importancia de la materia orgánica
Reposición de materia orgánica. Esta reposición puede ser natural, cuando se deja descansar el suelo y se espera que crezca nuevamente la vegetación. Pero también es posible enriquecerlo usando composte, agregando estiércol de los animales o enterrando los restos de las cosechas. Otra posibilidad es usar abonos verdes, como el chocho o tarwi, cultivos que no se recogerán porque sirven para nutrir los suelos. Se entierran en la época de floración, que es cuando acumulan la mayor cantidad de nutrientes.

La materia orgánica del suelo no sólo lo enriquece de nutrientes, también lo hacen más esponjoso, lo que permite que retenga la humedad y esté mejor aireado.

Plantación de leguminosas: algunas plantas como el frijol, el garbanzo, las habas, la alfalfa, el trébol, la soya y las acacias tienen en sus raíces nódulos con bacterias que toman el nitrógeno del aire y lo fijan en el suelo. De esta manera, el nitrógeno es utilizado como nutriente por otras especies.

Los fertilizantes minerales pueden ser usados pero siempre con moderación y precaución al aplicarlos. Es necesario conocer previamente qué mineral falta en el suelo y agregarlo en las proporciones necesarias para las plantas que deseamos cultivar. Si se usan en exceso pueden dañar los cultivos y matar a los microorganismos del suelo.Debemos recordar que son compuestos químicos que tienen los nutrientes necesarios para las plantas, pero no mejoran la calidad del suelo porque no contienen materia orgánica, como los abonos verdes, el composte y el estiércol.

Otras soluciones
Cuando la erosión es muy avanzada es necesario encontrar soluciones que abarquen la cuenca en su totalidad. El agua debe ser detenida en las zonas donde cae, porque la pendiente contribuye a que aumente su fuerza y velocidad y destruya las obras de protección.

Fuente: fao.org

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La siembra en el aire permite una mayor producción y un menor consumo de agua y fertilizantes

Las patatas ya no necesitan tierra para crecer

Siembra en el aire: La tierra ya no es necesaria para el cultivo de patatas. Al menos, para el cultivo de patatas de siembra. Newco –Sociedad para la Transferencia de Tecnología en Patata–, en colaboración con el Instituto Vasco de Investigación y Desarrollo Agrario, Neiker-Tecnalia, está llevando a cabo un proyecto para la producción de tubérculos en el aire, mediante un novedoso sistema conocido como aeroponía.

Esta técnica consigue aumentar la productividad, ya que se pueden obtener unos 20 tubérculos por planta en lugar de los 3 ó 4 que se consiguen por los métodos convencionales. Además, evita la incidencia de las enfermedades que existen en el suelo y supone un gran ahorro de agua y fertilizantes. Se trata de la primera experiencia en España de producción a gran escala de la primera generación de patata de siembra mediante el sistema aeropónico.

siembra en el aireSiembra en el aire o aeroponía
El sistema de cultivo aeropónico para la producción de la primera generación de patata de siembra se desarrolla en invernaderos y consiste, básicamente, en mantener las raíces de la planta al aire y en condiciones de total oscuridad. Para que la planta y los tubérculos puedan desarrollarse, se aplican nutrientes en las raíces mediante un sistema de nebulización; que pulveriza de forma periódica agua enriquecida con nutrientes.

El hecho de que los tubérculos se desarrollen al aire, permite una gran aireación de las raíces, y que no estén afectados por los patógenos existentes en la tierra, por lo que se aumenta considerablemente la producción por planta. Este incremento abarata sustancialmente el precio del tubérculo.

La novedosa forma de cultivo permite reducir considerablemente la cantidad de agua y fertilizantes necesaria para la producción. Además, la aeroponía permite aportar de forma precisa la cantidad de ambos elementos que necesita la planta en cada fase de su desarrollo; con lo que se consigue una producción más sostenible desde el punto de vista medioambiental.

siembra en el aire

Detalles de la siembra en el aire de papas (patatas)
Un aspecto muy destacable de este sistema es que se puede controlar en cada momento el desarrollo del tubérculo; lo que permite recogerlos en su momento de crecimiento óptimo. En el caso de los tubérculos de primera generación para siembra se considera que el tamaño más apropiado es de entre 20 y 25 milímetros de diámetro. De este modo, puede conseguirse una producción homogénea, algo que no puede lograrse con el cultivo tradicional, ya que con éste se recogen de la tierra todos los tubérculos al mismo tiempo pero no todos presentan el mismo desarrollo y tamaño.

El método convencional de producción de la primera generación de patata para siembra se basa en plantaciones a elevada densidad en bancadas con sustrato-turba y en invernadero. Este tipo de producción es muy laborioso y tiene un coste de producción muy elevado debido al bajo número de tubérculos producidos por planta, entre tres y cuatro tubérculos-semilla.

El proyecto de Newco y Neiker-Tecnalia tiene como finalidad última la implantación del sistema aeropónico para la producción a gran escala de la primera generación de patata de siembra. Esta manera de producción es pionera en España; si bien a nivel internacional se va optando por los sistemas de producción sin suelo (aeroponía e hidroponía); ya que son más sostenibles y presentan mayores rendimientos.

siembra en el aire

Ciclo completo del proceso productivo
Estas investigaciones de Newco y Neiker-Tecnalia están encaminadas a desarrollar la producción de semilla de patata en todo su proceso. Esta producción sigue un desarrollo específico cuyo inicio es la multiplicación ‘in vitro’ de plantas libres de enfermedades. Posteriormente, se cultivan estas plantas para la obtención de tubérculos-semilla o minitubérculos; los cuales presentan una elevada calidad sanitaria y constituyen la primera generación de semilla.

Estos minitubérculos obtenidos, bien mediante el sistema convencional o bien mediante aeroponía, son el material de partida para obtener la semilla base; categorías Super Elite y Elite. A partir de la semilla base se puede obtener la semilla Certificada A, que es la empleada habitualmente para producir la patata de consumo.
La producción de minitubérculos es un proceso que requiere una alta capacitación tecnológica.

Actualmente, la producción en España de minitubérculos es casi nula, por lo que no existe prácticamente producción de semilla base de patata. Esto implica que los productores de patata de siembra españoles deban importarla de países como Francia, Holanda y Escocia, principalmente.

Interempresas.net

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El hidrogel para plantas es la mejor forma de regar tus plantas cuando te vas fuera de casa porque tienes vacaciones o te han puesto un viaje de negocios. Sin emabrgo, para que tus plantas mantengan la humedad durante todo ese tiempo, es vital utilizar hidrogel u otros métodos alternativos para el riego.

hidrogelActualmente, hay remedios caseros y sistemas por goteo que facilitan la tarea de hidratar tu planta. Incluso, en algunos de estos casos se pueden utilizar programadores que puedes activar desde tu móvil.

No obstante, estos sistemas suelen tener un precio de venta elevado, por lo que, en este artículo, te vamos a enseñar a regar tus plantas con hidrogel, ya que es un método mucho más económico e igual de efectivo.

Seguro que ahora te estarás preguntando en qué consiste el hidrogel para plantas y cómo aplicarlo en tus plantas. Por este motivo, hemos elaborado una guía con toda la información que necesitas sobre estas fabulosas bolitas de hidrogel.

En definitiva, debes saber que el hidrogel para plantas actúa como una especie de goteo artificial para tus plantas. De hecho, permite que tus plantas tomen la dosis justa de humedad de manera progresiva y sin encharcamientos.

¿Sabías que con el hidrogel ahorras consumo de agua de tu hogar?

No obstante, si aún no sabes que es este fabuloso invento, no te preocupes, porque a continuación te hablamos del hidrogel detalladamente.

¿Qué es el hidrogel para plantas?

Cuando hablamos de hidrogel, nos estamos refiriendo a unas bolitas diminutas de gel que hay que poner en remojo para que se hinchen y acumulen una gran parte de agua en su interior.

De hecho, el hidrogel para plantas puede aumentar 250 veces su tamaño y llegar a durar 8 años si se utiliza cuidadosamente.

Hoy en día, hay bolitas de hidrogel disponibles en varios colores. Por lo que además de regar tus plantas, podrás dar un toque de estilo a tu hogar. ¿Te imaginas tener macetas que vayan a juego con la decoración de tu despacho o cocina?

Además, el hidrogel es el aliado perfecto para las plantas de tu hogar porque llega a absorber hasta el 90% de su capacidad con agua.

«Te recomendamos que, si no quieres que el sol acabe destruyendo tus bolas de gel, deberás enterrarlas en la maceta cuando estén llenas de agua.»

Esta característica hace que el hidrogel se haya puesto de moda durante los últimos años y si a eso, le añadimos que es un producto ecológico y biodegradable.

Se convierte en el mejor aliado para tus plantas.

hidrogel para las plantas
Consejos de uso del hidrogel para plantas
Para utilizar correctamente el hidrogel para plantas, es necesario que lo introduzcas en un recipiente con agua durante unas horas.

Sabrás que las bolas están listas cuando se hayan hinchado por completo y posean un tacto blandito.

Por otro lado, debes saber que las bolas de gel no pudren las raíces de las plantas, porque solo proporcionan la cantidad justa de agua que la propia planta va necesitando.

De hecho, como hay plantas que necesitan más agua que otras, puede que te encuentres con macetas que apenas han gastado gel y otras, que ya se lo han consumido por completo.

¿Sabías que en un solo gramo de bolas de hidrogel puedes llegar a almacenar 80 mililitros de agua?

Por otro lado, hay personas que utilizan las bolas de hidrogel para airear y hacer tu suelo más impermeable.

Dosis y frecuencia de uso
Con la adquisición de tu hidrogel, te habrán dado un papel donde indique las medidas y las cantidades que se deben utilizar para que la planta tenga un riego adecuado. En ocasiones, ese papel viene pegado o introducido en los mismos paquetes donde se encuentra el hidrogel.

No obstante, ten en cuenta que esas indicaciones son orientativas y tu planta será quien determine realmente la cantidad de hidrogel que necesita.

Generalmente la dosis que se utiliza es de 30 gramos de hidrogel por cada taza y media de agua. Después, solo tendrás que colocar unos 4 gramos de hidrogel por cada litro de tierra.

Sin embargo, hay personas que no miden la cantidad de hidrogel que utilizan y lo que hacen es colocarlo en seco sobre la maceta y regar sobre está, para que tanto la tierra como las bolitas se hidraten al mismo tiempo.

De hecho, cada vez son más las personas que han decidido utilizar el hidrogel para plantas en su huerta. Este hecho, está demostrado que puede llegar a mejorar las cosechas en un 30%. ¿No es asombroso?

Finalmente, hay que destacar que la frecuencia de uso es muy prolongada, pues llega a reducir hasta en un 50% el riego convencional de tus plantas. De esta manera, podrás irte de vacaciones sabiendo que tus plantas quedarán igual de hermosas que el primer día.

¿Cuántos días mantiene hidrogel hidratada una planta?
Con el hidrogel para plantas lo que se consigue es ir abasteciendo de una manera progresiva a la tierra con agua, según las necesidades que vaya teniendo.

Los principales fabricantes declaran que se puede mantener hidratada una planta entre 15 y 30 días.

Sin embargo, lo ideal es hacer una prueba 1 mes antes de irnos de vacaciones. De esta forma, te asegurarás de saber los días exactos que dura el hidrogel en tus plantas y podrás añadir más bolas de hidrogel, en caso de que te hayas quedado corto.

A continuación, te indicamos cómo debes regar tus plantas con hidrogel de forma correcta:

– Comprueba la variedad de planta que posees para determinar si sus necesidades de riego son mayores o menores.

– Después, adquiere las bolas de gel y mételas en un recipiente con agua para que empiecen a almacenar agua en su interior y se hinchen por completo.

– Cuando tengas las bolas hinchadas, es el momento de colocarlas en la base de tu planta. Asegúrate de enterrar las bolas en la capa superficial de la maceta. Más o menos, a un centímetro de profundidad para que cuando riegues puedan volver a almacenar agua.

– Lo importante es asegurarse de que las plantas quedan hidratadas. Por lo que, cuando las bolas de hidrogel se hayan vaciado, deberás hincharlas de nuevo en un recipiente con agua.

Fuente: agromatica.es

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Un colector de agua de rocío para climas áridos

 

Un colector de agua de rocío puede ayudar a los agricultores de climas áridos a cultivar vegetales frescos, incluso durante las épocas de sequía. Dedicado a la creación de un sistema de granjas autosuficientes en Etiopía, este invernadero ayuda a recoger el rocío que de otro modo se evaporaría a la atmósfera. Con este colector, los agricultores pueden producir agua potable, para riego y para consumo humano.

colector de agua de rocío

Con el colector de agua de rocío, los agricultores pueden producir agua potable, para riego y para consumo humano.

El invernadero hace que cuando las temperaturas aumentan con el sol del mediodía, el agua se evapore y suba.

Al caer la noche, la parte superior del invernadero que se abre, tirando de las cuerdas atadas a un pestillo, exponiendo las gotas recogidas al aire frío.

Cómo funciona el colector de agua de rocío

 

colector de agua de rocío
Esas gotitas se enfrían y se condensan, cayendo a una cisterna de almacenamiento. El agua recogida se puede utilizar para regar las plantas, o como agua potable para consumo humano.

 

Este sistema se puede repetir cada día, permitiendo que las plantas crezcan, mientras que el exceso de humedad se captura y se guarda para su uso futuro. También se incorpora al sistema un colector de agua de lluvia, la idea del sistema es aprovechar todos los recursos hídricos a su alcance.

 

Roots Up planea lanzar su primera serie de invernaderos colectores de rocío en el norte de Etiopía, en colaboración con la Universidad de Gondar.

 

Fuente: ecoinventos

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Determinación del coeficiente de uniformidad de caudal en sistemas de riego localizado

Coeficiente de uniformidad de caudal: Comúnmente, la programación del riego se realiza con el caudal nominal de cada emisor, definida por el fabricante. Sin embargo, el caudal puede variar por efectos de la presión, temperatura, obturaciones (físicas, biológicas o químicas) y por fallas en el diseño de los sistemas de riego, por lo que normalmente el caudal real, difiere del caudal nominal.

La desuniformidad en el caudal de los emisores implicara que algunas plantas reciban menos agua de la que realmente necesitan, mientras que otras están recibiendo más, con la respectiva pérdida de productividad asociada. Es por esto por lo que debe realizarse un chequeo continuo del sistema, midiendo el volumen de descarga de los emisores.

Con ello podremos comprobar si el sistema de riego presurizado se encuentra funcionando de la manera adecuada, lo que se verifica determinando el Coeficiente de Uniformidad de caudales (CU).

Metodología de Evaluación

Para calcular el Coeficiente de Uniformidad de caudales, se debe proceder de la siguiente forma: m Seleccionar una subunidad o subsector representativo de todo el sistema de riego, según topografía, tipo de suelo, condición de las plantas, etc. Un subsector corresponde a aquella unidad cuyas líneas laterales o emisores son abastecidos por la misma tubería terciaria o múltiple, con regulación de válvula manual o eléctrica.

En este subsector se elegir un número determinado de emisores, distribuidos uniformemente dentro de la subunidad o subsector de riego, según se indica en la Figura 1. Se recomienda seleccionar 16 emisores para calcular el Coeficiente de Uniformidad.

Los laterales para medir el coeficiente de uniformidad de caudal

Para ello, se elige el lateral más cercano y el más lejano del inicio de la subunidad. Entre ambas laterales se eligen otras 2 laterales intermedias, ubicadas a 1/3 ya 2/3 de la longitud de la terciaria. En cada lateral se seleccionan 4 emisores, siguiendo el mismo criterio; es decir, el más cercano y el más lejano del inicio de cada lateral y dos emisores intermedios.

Figura 1. Esquema de distribución de las unidades a muestrear.

Para realizar la evaluación del Coeficiente de Uniformidad en un sistema de riego por cinta, se necesita una canaleta de PVC de un metro de largo, una probeta (para medir volumen) y un reloj.

Cuadro 1. Planilla de registro de datos de campo (caudales).

Foto 1. Instrumentos utilizados en la medición.

Foto 2. Canaleta para medir el caudal de descarga de la cinta de riego.

Los datos de descarga recogidos en terreno se traspasan a una planilla, como la que se muestra en el Cuadro 1. El caudal (g) es el volumen de agua que entra en la canaleta de un metro de largo, durante 1 minuto. Para expresar el Caudal en litros por hora (V/h) se utiliza la siguiente ecuación:

Con los datos expresados en V/h se calculará el Coeficiente de Uniformidad de caudales (CU) de la siguiente manera: a) Ordenar los datos de mayor a menor caudal. b) Calcular el promedio de los 4 emisores de menor caudal. c) Calcular el promedio de todos los emisores. d) Dividir el valor del punto b por el punto c y multiplicar por 100, según la siguiente ecuación:

Los resultados se pueden evaluar con el siguiente cuadro:

Comentario final El contar con herramientas simples y de bajo costo para el monitoreo del riego, permite obtener información relevante y dar cuenta de cómo se esta regando, lo que ayudara al productor a ser eficiente en el uso del recurso hídrico a nivel intrapredial.

Fuente: www.inia.cl

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Los científicos han desarrollado la fotosíntesis artificial como medio para producir alimentos sin necesidad de la fotosíntesis orgánica.

 Fotosíntesis artificialFotosíntesis artificial

 

El proceso convierte el agua, la energía y el dióxido de carbono en acetato a lo largo de dos pasos electrocatalíticos.

Después, en la oscuridad, los organismos que producen alimentos utilizan el acetato. La conversión de la luz solar en alimento podría ser hasta 18 veces más eficiente con el sistema híbrido orgánico-inorgánico.

Durante millones de años, la fotosíntesis se ha desarrollado en las plantas para convertir el agua, el dióxido de carbono y la energía solar en biomasa vegetal y en los alimentos que consumen los humanos.

Sin embargo, este mecanismo es increíblemente ineficiente, ya que sólo el 1% de la energía de la luz solar llega realmente a la planta.

Al adoptar la fotosíntesis artificial, los investigadores de las universidades de Delaware y Riverside han descubierto un medio para producir alimentos sin el requisito de la fotosíntesis biológica.

Proceso electrocatalítico

 

El estudio utilizó un proceso electrocatalítico de dos pasos para transformar el CO2, la energía y el agua en acetato, que es la forma química del ingrediente principal del vinagre.

Luego, en la oscuridad, los organismos que producen alimentos utilizan el acetato. Este sistema híbrido orgánico-inorgánico podría mejorar la eficiencia de la conversión de la luz solar en alimentos, hasta 18 veces más eficiente para algunos cultivos, cuando se combina con paneles solares para crear la electricidad que alimenta la electrocatálisis.

Con nuestro enfoque esperábamos descubrir un medio novedoso de fabricar alimentos que pudiera romper las restricciones impuestas por la fotosíntesis biológica, Robert Jinkerson, profesor adjunto de Ingeniería Química y Medioambiental de la Universidad de California en Riverside.

La salida del electrolizador se ajustó para ayudar al crecimiento de los organismos productores de alimentos con el fin de unir todas las partes del sistema.

 Fotosíntesis artificial

Electrolizadores

 

Los electrolizadores son máquinas que utilizan la electricidad para transformar sustancias químicas y productos inutilizables, como el CO2, en recursos básicos. Las mayores cantidades de acetato generadas en un electrolizador hasta la fecha se consiguieron aumentando la cantidad de acetato producido y reduciendo la cantidad de sal utilizada.

Fuimos capaces de obtener una alta selectividad hacia el acetato que no se puede alcanzar con las vías tradicionales de electrólisis de CO2 utilizando un montaje de electrólisis de CO2 en tándem de última generación construido en nuestro laboratorio, Feng Jiao, Universidad de Delaware.

Los experimentos revelaron que una variedad de especies productoras de alimentos, incluidas las algas verdes, la levadura y el micelio de hongos que produce setas, pueden cultivarse en la oscuridad directamente en la salida del electrolizador rica en acetato.

Con este método, la producción de algas es unas cuatro veces más eficiente desde el punto de vista energético que su cultivo por fotosíntesis. Cuando se utiliza el azúcar del maíz en lugar de los métodos de cultivo tradicionales, la producción de levadura es unas 18 veces más eficiente desde el punto de vista energético.

 Fotosíntesis artificial

Fotosíntesis biológica

Sin ninguna ayuda de la fotosíntesis biológica, hemos sido capaces de desarrollar criaturas que producen alimentos. Estas criaturas suelen crecer con azúcares vegetales o ingredientes derivados del petróleo, que son subproductos de la fotosíntesis biológica que se produjo hace millones de años.

En comparación con la producción de alimentos que depende de la fotosíntesis biológica, esta técnica es una forma más eficaz de convertir la energía solar en alimentos, Elizabeth Hann, estudiante de doctorado del laboratorio Jinkerson.

También se estudió si esta técnica podría utilizarse para cultivar. Cuando se cultivaron en la oscuridad, el caupí, el tomate, el tabaco, el arroz; la colza y el guisante verde fueron capaces de utilizar el carbono del acetato.

Descubrimos que diversos cultivos eran capaces de convertir el acetato que les dábamos en los componentes moleculares esenciales que un organismo necesita para desarrollarse y prosperar. Ahora estamos trabajando en técnicas de cultivo e ingeniería que podrían permitirnos cultivar con acetato como fuente de energía adicional para aumentar el rendimiento agrícola, Marcus Harland-Dunaway, estudiante de doctorado en el laboratorio Jinkerson.

Producción de alimentos con fotosíntesis artificial

 

La fotosíntesis artificial permite cultivar alimentos en las condiciones más complicadas; que ha traído el cambio climático humano al liberar a la agricultura de su total dependencia de la luz.

Si los cultivos para las personas y los animales crecieran en condiciones reguladas y menos intensivas en recursos, la sequía; las inundaciones y la menor disponibilidad de tierras serían un peligro menor para la seguridad alimentaria mundial.

Además, se podrían cultivar en zonas urbanas y otras regiones que ahora no son aptas para la agricultura; e incluso alimentar a los futuros viajeros espaciales.

El uso de técnicas de fotosíntesis artificial podría suponer un cambio de paradigma en la forma de alimentar a la población. A medida que la producción de alimentos sea más eficiente, se necesitará menos tierra, lo que reducirá el efecto medioambiental de la agricultura.

Además, la mejora de la eficiencia energética podría ayudar a alimentar a más miembros de la tripulación; al tiempo que se utilizan menos recursos para la agricultura en zonas no tradicionales, como el espacio, Robert Jinkerson.

Este método de producción de alimentos se presentó al Deep Space Food Challenge de la NASA y ganó la fase I.

Fuente: ecoinventos

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