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Con la poda se persiguen distintos objetivos en el árbol, cuyos resultados se mostrarán tanto a corto como a medio-largo plazo. En el naranjo, la poda es importante, debido al crecimiento desordenado de muchas de sus variedades, consiguiendo una estructura equilibrada. Vamos a tratar los tipos, frecuencia de poda y sobre todo cuándo y cómo podar.

Poda del naranjo. Interesante práctica para que tus cítricos rindan
Con la poda de naranjos vamos a conseguir una serie de ventajas:

Mayor luz, insolación y aireación en el interior del área foliar.
Los nutrientes se distribuirán y aprovecharán de manera más eficaz.
Y con este mayor aprovechamiento, un aumento del tamaño y calidad del fruto

Menor susceptibilidad al ataque de plagas y enfermedades, al presentar mayor vigorosidad y mayor aireación en el árbol.

Reducción del gasto en fitosanitarios, al existir menor follaje o ramaje, y por lo tanto menor necesidad de nutrientes.

¿Cuándo podar?
La acción de la poda dependerá de la edad del árbol. Naranjos jóvenes, la poda se puede realizar en cualquier época del año, evitándolo siempre en épocas de frío, por riesgo a heladas. En el caso de poda de ramas importantes, se ha de realizar cuando menor actividad vegetativa presente

En el caso de naranjos adultos, la poda se realiza después de la época de helada (puesto que después de una tala, el árbol es más susceptible al descenso de temperaturas.

¿Con qué frecuencia podar?
La frecuencia de poda no está establecida y puede variar. Se puede realizar la poda entre varios años de diferencia (con lo cuál, las ramas serán mas vigorosas) o se puede realizar una poda anual (con ramas más finas).

La elección de poda es tuya. Personalmente opino que una poda anual reduce el daño al cítrico, las heridas serán más pequeñas y la poda al siguiente año será menos intensa.

¿Cuánto podar?
La poda se gradúa según el objetivo de crecimiento marcado para el naranjo. Existen varias intensidad es de poda:

Poda ligera: se elimina un 10% del material vegetal.
Poda normal o genérica: se elimina un 20% del material vegetal.
Poda fuerte o intensa: se elimina el 30% de l material vegetal.
Poda muy fuerte o muy intensa: se elimina el 50% del material vegetal.
Estas podas se harán según los siguientes objetivos

En el caso de la poda ligera, se regula la producción, se sanea el árbol y se renueva el material vegetal. Recomendable realizar todos los años.

En la poda normal o genérica, se mantiene el árbol equilibrado renovando material vegetal.

En la poda de naranjos fuerte o intensa, se facilita la entrada de luz en el interior del área foliar, se renueva fuertemente el material vegetal y se regula la producción en años de abundante floración.

En el caso de la poda muy fuerte o muy intensa, se renueva la copa (con cambio o no de variedad).

Poda de formación
La poda de formación, al ejecutarse en épocas juveniles, presenta gran diversidad de actuación. Vamos a comentar algunas podas de formación en la poda de naranjos:

Sistema de formación a tres ramas: consiste en dejar 3 ramas (separadas en ángulo de 120º) 3 ramas, las más vigorosas, por las que se formará el resto de árbol. Se trata de la estructura o esqueleto principal del futuro árbol adulto.

Sistema dicotómico: con la poda dicotómica se persigue el objetivo de dejar el tronco lo más enano posible, para facilitar las operaciones futuras del árbol (poda, recogida de frutos, tratamientos fitosanitarios foliares, etc.).

Sistema de formación libre: únicamente se controla las ramas que en un futura vayan a dificultuar la aireación del árbol por su follaje, ramas cruzadas, etc.

Podas de regeneración
Si tus cítricos son de edad avanzada, con ramas vigorosas y de gran longitud, y se encuentra agotado, se puede realizar una poda de regeneración, consistente en la eliminación mediante una poda fuerte o intensa de ramas, acortándolas y alterando la disposición del ramaje en el árbol. La poda de regeneración se hará más profunda cuanto más agotado se encuentre el árbol.

Fuente: agromatica.es

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Introducción injertos de yema dormida

El injerto es un método de multiplicación que consiste en unir dos porciones de una planta para formar un solo individuo. En un injerto se pueden distinguir dos partes: la primera es el portainjerto o patrón que provee la raíz y parte del tronco; y la segunda parte esta formada por el injerto o púa, la cual es responsable de formar la copa del árbol (Imagen 1). En este informativo veremos  cómo realizar de manera eficaz los injertos de yema dormida en árboles frutales.

injertos de yema dormida

La base de un buen injerto radica en los siguientes puntos: la yema de un injerto debe estar bien desarrollada y debe corresponder a una yema vegetativa.

El patrón debe poseer una raíz con reservas y en buenas condiciones, es decir, debe estar libre de plagas y enfermedades.

Debe haber una compatibilidad del patrón y del injerto, siendo exitosa cuando la unión se realiza dentro de una misma especie (manzano sobre manzano) y/o en algunos casos fuera de la misma especie (ej. manzano sobre peral, peral europeo sobre membrillo).

Sin embargo, mientras más alejadas sean las especies (ej. durazno-ciruelo), menor será la unión patrón-injerto, aumentando así el riesgo de desprendimiento.

Otro factor a tener en cuenta es la unión exacta entre la corteza del patrón y la corteza del injerto; esto con el fin de promover una rápida cicatrización de la misma.

injertos de yema dormida

Razones para realizar injertos de yema dormida

 

La finalidad de esta técnica de multiplicación es poder otorgar ciertas características, por ejemplo:

– Mayor adaptación edafoclimática: algunos patrones otorgan al injerto una mayor resistencia a condiciones de sequía, suelos anegados, o a particularidades físicas y químicas del suelo.

– Aumentar el número de árboles por hectárea y adelantar su entrada en producción: un ejemplo de ello es utilizar patrones de menor vigor (9 mm) que puedan producir árboles más pequeños que entren en producción mucho antes.

– Mayor resistencia al ataque de plagas y enfermedades: esto sucede si se utilizan patrones resistentes a determinados insectos o patógenos.

– Sustituir la copa por un factor económico: sucede si se cambia una variedad por otra con una mejor comercialización.

– Re-injertación: para introducir un polinizante en un huerto que se estableció sin él.

Clasificación de los injertos

 

Esta técnica de multiplicación se puede subdividir en tres grupos: de aproximación, injertos de yema y de púa. Los injertos de aproximación son todos aquellos en donde la púa y el injerto se separan de la planta madre después de haberse producido la unión.

Se pueden producir en forma natural o uniendo artificialmente dos ramas (al extraer de ambas iguales porciones de corteza para promover la fusión). La finalidad de este tipo de injerto es de cooperación de ambos árboles, pero además tiene también una finalidad visual.

Injertos de yema dormida o en T

 

Para que este injerto tenga buenos resultados la yema a injertar debe estar bien desarrollada y el patrón debe estar en actividad cambial, lo cual originará que su corteza pueda desprenderse. Si utilizamos las fases lunares, el mejor momento para desprender la corteza de la madera sería durante luna llena.

Una característica de los injertos de yema dormida es su fácil realización, ya que presenta una rápida unión patrón-injerto, es firme y además es menos propenso al quiebre. La forma de llevar a cabo este injerto es la siguiente:

1. Primero se procede a recolectar brotes del año, ya que estos poseen solo formación de yemas vegetativas (formación de hojas) y serán quienes formarán el futuro árbol. Un punto importante es que el árbol haya pasado la etapa de juvenilidad o se encuentre en plena producción frutícola (Imagen 1).

2. Después de haber elegido los brotes, se procede a seleccionar de cada uno de ellos, las mejores yemas (más desarrolladas y de mejor tamaño) y se realiza un corte perpendicular aproximadamente a 1 cm sobre la yema de crecimiento. Este corte es superficial y actúa como punto límite para luego poder extraer la yema que se va a injertar (Imagen 2).

El corte en los injertos de yema dormida

 

3. Luego se comienza a realizar un corte desde abajo de la yema (aproximadamente a 1 cm) hacia arriba (Imagen 2). Se debe evitar utilizar el cortaplumas como un serrucho ya que debe ser un corte limpio (Imagen 3).

4. Se procede a quitar la madera de la corteza, dejando solo la yema que se va a injertar. Esta labor se realiza desprendiendo desde la parte inferior de la yema (desde el punto donde se empezó a realizar el corte para extraer la yema original) hasta el corte horizontal. Se podrá observar que se comienza a quitar como si se abrieran las hojas de un libro (Imagen 4).

5. La madera debe ser extraída completamente de la corteza (no debe quedar vestigio de madera en la corteza). Para saber si la extracción fue exitosa, se podrán observar 2 orificios que entran hacia la yema, que son el xilema y el floema (Imagen 5).

6. Respecto a la preparación del patrón, en primer lugar, los cortes que se van a realizar deben ser en una zona lisa y sin yemas, quedando el corte entre una yema superior y otra inferior. Después se procede a realizar un corte horizontal y otro corte vertical que va desde el corte horizontal hacia abajo, formando una T. Este corte en T debe ser del tamaño aproximado de la yema a injertar (Imagen 6).

injertos de yema dormida

Injertos de yema dormida: El proceso

 

7. A continuación, tomamos la yema a injertar, y la introducimos entre los dos labios de la corteza del patrón previamente separados, empujando la yema hacia abajo.

Es importante observar que al momento de colocar la yema, esta quede en la posición correcta, es decir, que la yema quede mirando hacia arriba, ya que si queda hacia abajo se producirá un crecimiento anormal en el árbol y la subsiguiente perdida del injerto (Imagen 7).

injertos de yema dormida

8. Una vez introducida la yema, debe encajar perfectamente en la abertura del patrón, procurando que el corte horizontal del patrón se una con la parte superior del injerto de yema (que también posee un corte horizontal) para que una vez colocado el injerto exista una buena cicatrización en la unión (Imagen 8).

9. Después que las cortezas del patrón-injerto quedaron perfectamente unidas, se comienza a embarrilar desde abajo hacia arriba. Primero se da una primera vuelta por debajo de una punta del elástico y luego una segunda vuelta por arriba de esta punta. Esta punta debe quedar libre para lo cual podrán utilizarla para amarrar al final el injerto (Imagen 9).

Finalización de los injertos de yema dormida o en T

 

10. Una vez terminado el embarrilamiento, con temperaturas sobre los 15 °C la cicatrización quedará lista en un período de 15 días. Se puede ir observando cada cierto tiempo la cicatrización. Si aún no está totalmente lista, se puede volver a embarrilar para evitar que entre humedad por las heridas y así evitar la muerte de la unión (Imagen 10).

 

11. Finalmente, cuando comienza a brotar las yemas o se reinicia el crecimiento vegetativo (primavera), se procede a podar el nuevo árbol sobre la yema injertada (pintando la herida con una pasta poda). La finalidad es que esta yema posea la dominancia apical, es decir, que comience a formar la copa del árbol a partir de del injerto realizado (Imagen 11).

Fuente: inia.cl

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