En el mundo del compost, aunque pueda parecer que es todo muy similar, hay diferentes formas de hacer, composiciones, materias primas que aportan sutiles modificaciones al producto final. Estas modificaciones son importantes según para qué momentos y una de ellas es en la delicada siembra. Es también adecuado en cultivo en macetas.
Un breve repaso
Ya hemos hablado en Agromática mucho sobre el compost y no vamos a extendernos demasiado. Una forma rápida y breve de definirlo es «materia orgánica descompuesta en mayor o menor medida». Como todos sabemos, hay matices que se deben puntualizar sobre qué tipo de materia orgánica, o el grado de descomposición de la misma. Estos dos aspectos (materia prima y tiempo de descomposición) son los que nos van a definir el tipo de compost y por tanto, su aplicación posterior. A nadie se le ocurre añadir estiércol fresco en un semillero, pero sí en un abonado de fondo meses antes de la plantación del cultivo. Es materia orgánica en los dos casos, pero el grado de descomposición afecta mucho a la fase fisiológica de la planta. Aquí tienes algo más de información sobre el compostaje.
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El caso de la siembra. Compost para semilleros
Cuando compostamos, asistimos a un proceso de descomposición más o menos largo en el que la materia prima que vamos añadiendo, se va transformando. Las condiciones (más o menos óptimas) definen el tiempo del proceso completo (desde materia orgánica fresca a lo que llamamos compost muy maduro o mantillo). Pongámonos a pensar un poco qué necesita una semilla y una planta en sus primeras fases de desarrollo.
Es un momento delicado. Muchas veces necesita de unas condiciones ambientales y sustrato específicos y un control de los mismos para proporcionar una buena germinación así que el sustrato debe acompañar a este proceso. Características generales del compost de siembra:
No podemos usar únicamente compost. Este debe estar mezclado con sustratos en diferentes proporciones.
Tiene que ser muy viejo. De más de un año, cuya materia orgánica está en proceso de mineralización.
Tiene que ser equilibrado. Normalmente el compost muy maduro es equilibrado (Relación C/N).
Problemas del compost muy maduro
Si únicamente utilizaramos este tipo de compost o en una proporción muy alta para la siembra, sufriremos de una compactación excesiva, ahogando las raíces y no dejando oxígeno ni drenaje suficientes. Esto provoca una asfixia radicular y la planta puede llegar a germinar pero se pudrirá pronto. Debemos mezclarlo con fibras vegetales que aligeran y aumentan el volumen del sustrato consiguiendo mejor drenaje y aireación.
Proporciones medias adecuadas:
40 ± 10% de compost muy maduro (más de un año)
30 ± 10% de hojas secas compostadas. Este lo puedes empezar a hacer desde ya! (otoño). Le confiere la parte fibrosa que le aportará el drenaje y aireación mencionados. Se puede utilizar fibra de coco también.
20 ± 10% de compost maduro (no hace falta que sea tan viejo como el anterior).
10% de vermiculita. Este material ligero tiene mucha capacidad de retención de agua y mantiene un nivel de humedad muy constante.
Los porcentajes son aproximados y nunca fijos. Como véis se pueden variar en torno a un 10% o algo más por elemento sin diferencias notables. Son unos porcentajes orientativos.