Compartir:

El proyecto, bautizado como North Sea Farm 1, se ubicará en un parque eólico frente a la costa de los Países Bajos. Su objetivo es probar y mejorar los métodos de secuestro de carbono mediante algas marinas. Al situar la granja en un espacio hasta ahora vacío entre turbinas, el proyecto puede ampliar el cultivo de algas en el Mar del Norte, que de otro modo estaría muy explotado.

El proyecto está dirigido por la organización sin ánimo de lucro North Sea Farmers (NSF) y se espera que entre en funcionamiento a finales de este año. Además, está gestionado por un consorcio de investigadores científicos y socios de la industria de las algas marinas.

Amazon concede 1,5 millones de euros para crear esta granja de algas y llevar a cabo un año de investigación científica sobre la reducción del carbono mediante el cultivo de algas. La financiación procede de su fondo mundial Right Now Climate Fund de 100 millones de dólares, el compromiso de Amazon de apoyar soluciones basadas en la naturaleza, que se suma a la labor que la empresa está realizando para descarbonizar su negocio.

North Sea Farm 1
Consistirá en una granja de algas de 10 hectáreas, que se espera produzca al menos 6.000 kg de algas frescas en su primer año.

La reciente financiación también ayudará a North Sea Farmers a analizar y mejorar la capacidad de producción de la granja.

Al mismo tiempo, los investigadores estudiarán el potencial de las granjas de algas marinas para eliminar carbono de la atmósfera, modelando las repercusiones del cultivo de algas a gran escala.

Las algas podrían ser una herramienta clave para eliminar el dióxido de carbono de la atmósfera, pero actualmente se cultivan a una escala relativamente pequeña en Europa. Estamos encantados de financiar este proyecto para ayudarnos a alcanzar una mayor comprensión de su capacidad para ayudar a combatir el cambio climático.

Zak Watts, Director de Sostenibilidad de la UE en Amazon.
Las algas tienen un gran potencial para ayudar a combatir el cambio climático absorbiendo CO2 a medida que crecen, y podrían mejorar la biodiversidad. La ubicación de granjas de algas entre las turbinas eólicas marinas aprovecha un espacio sin explotar para capturar carbono.

Si se amplía, el sector europeo de cultivo de algas puede reducir el CO2 en millones de toneladas anuales de aquí a 2040.

Las algas también pueden utilizarse para fabricar envases, alimentos y ropa.

Fuente: ecoinventos.com

Compartir:
Compartir:

Una científica turca ha conseguido eliminar las placas que provocan la enfermedad ELA con extracto de apio. Neslihan Taşlı, investigadora del Departamento de Genética y Bioingeniería de la Universidad de Yeditepe, ha realizado estudios sobre el uso del extracto de apio en el tratamiento de enfermedades neurodegenerativas como la ELA, el páarkinson y el alzhéimer.

Taşlı: «Lo que estamos produciendo es un sistema que permite a la célula tirar su propia basura, y lo hemos conseguido con el apio».

Aunque al principio trabajó en sistemas de tejidos e ingeniería tisular, en los últimos cuatro años se ha centrado sobre todo en el «exosoma», que describió como las «redes sociales de las células», pequeñas vesículas que proporcionan mensajería entre células. Partiendo de la idea de que las plantas tienen la capacidad de percibir estos mensajes, Taşlı y su equipo analizaron algunas verduras y frutas en el laboratorio.

«Uno de mis estudiantes trabajaba entonces en enfermedades neurodegenerativas, así que partimos de ese punto. Primero empezamos con la ELA», señala Taşlı. «En la enfermedad de ELA, realizamos estudios con verduras y frutas para destruir las placas acumuladas en el interior de la célula mediante el uso de exosomas. De las muchas frutas y verduras que revisamos, encontramos que el apio era la más eficaz».

«Iniciamos un proyecto al respecto y lo solicitamos a la Academia Turca de Ciencias [TÜBA]», añade.

Sin embargo, estas enfermedades no pueden curarse solo consumiendo apio, explica Taşlı. «Es importante filtrar el extracto de apio y administrarlo en la dosis adecuada, de forma que quede desprovisto de otras sustancias. El apio es una verdura saludable, pero por mucho que se coma, no puede mostrar el efecto que obtenemos en el laboratorio con solo consumirlo».

Fuente: hurriyetdailynews.com

Compartir:
Compartir:

Identificar y cuantificar los micro(nano)plásticos en los campos de fresas y evaluar los impactos de los microplásticos en las propiedades del suelo y el rendimiento de las plantas para explorar el efecto del tipo y la dosis de microplásticos presentes en los suelos y su combinación con otros contaminantes, son algunos de los objetivos que se ha propuesto el académico del Departamento de Suelos y Recursos Naturales, de la Facultad de Agronomía, de la Universidad de Concepción, Dr. Mauricio Schoebitz Cid, quien recientemente se adjudicó recursos Fondecyt Regular, por un monto de 228 millones de pesos.

 

Académico del Departamento de Suelos y Recursos Naturales, de la Facultad de Agronomía, de UdeC, Dr. Mauricio Schoebitz Cid.

 

La investigación se extenderá por 4 años, ya que tal como lo explicó el experto, el proyecto estudiará el efecto de los microplásticos sobre la microbiota del suelo y el impacto sobre el crecimiento y acumulación de sustancias bioactivas en plantas de frutillas.

“En los agroecosistemas, los microplásticos (MPs) pueden ingresar al medio ambiente del suelo directamente (lodos de alcantarillado, aguas residuales, deposición atmosférica) o indirectamente a través de la degradación in situ de fragmentos de plástico (cubiertas de plástico, tuberías de agua, cubiertas de invernaderos, macetas de vivero y bolsas de ensilaje).

Las cubiertas o “mulch” plásticos son una práctica mundial en los últimos años en la agricultura, porque las cubiertas plásticas generan efectos supresores sobre las malezas, modifican la temperatura del suelo, la humedad y promueven un mayor rendimiento y calidad de la fruta. Sin embargo, estas prácticas producen una gran contaminación del suelo que, en consecuencia, afecta el crecimiento de las plantas”, explicó el Dr. Schoebitz.

De acuerdo a lo mencionado por el experto, el uso excesivo de plásticos en la agricultura ha provocado que muchos suelos estén contaminados con grandes cantidades de residuos plásticos. “Estamos hablando de (63-430.000 toneladas en Europa y 44-300.000 toneladas en Norteamérica) e incluso concentraciones tan altas como el 7% del peso de los MPs se han reportado en suelos superiores altamente contaminados. Varios estudios, en el campo de la agricultura, han demostrado que los MPs pueden tener efectos adversos en el suelo, la fauna, los microorganismos del suelo y pueden actuar como vector de otros contaminantes, como patógenos humanos, contaminantes orgánicos persistentes y metales pesados”.

En este sentido, sostuvo que dentro de las primeras tareas se considera en los campos de frutillas extraer e identificar los MPs, mediante microscopía infrarroja transformada de Fourier (FTIR) y se cuantificarán mediante espectroscopía visible del infrarrojo cercano para monitorear los MPs en los suelos con el fin de evaluar los efectos físicos y químicos del suelo.

En la investigación participarán como coinvestigadores, los académicos: Nelson Zapata, María Dolores López, ambos de la Facultad de Agronomía, Juan Araya de la Facultad de Farmacia de la UdeC, Milko Jorquera de Ingeniería, Ciencia y Administración de la Universidad de la Frontera y el profesor, Antonio Roldán del CEBAS-CSIC de España.

Además, el investigador principal, Dr. Mauricio Schoebitz contará con la colaboración de los estudiantes que pertenecen al Laboratorio de Microbiología de Suelos, Gustavo Riveros (estudiante doctorado Programa en Ciencias de la Agronomía), Andrés Pinto (estudiante magíster Programa en Ciencias Agronómicas), Vanessa Flores (estudiante pregrado Agronomía) y Cristóbal Sáez (estudiante pregrado Agronomía).

Compartir:
Compartir:

Nian Wang, profesor del Instituto de Ciencias Alimentarias y Agrícolas de la Universidad de Florida (UF/IFAS), participó una investigación que reveló como en detalle cómo el HLB provoca daños en los árboles cítricos y presenta el caso de que el HLB es una enfermedad inmune desencadenada por un patógeno. Una enfermedad inmune desencadenada por un patógeno resulta de la activación de las células inmunitarias de un organismo que luchan contra un patógeno

Esta es la primera vez que esta explicación de los síntomas del HLB como respuesta inmune desencadenada por un patógeno se ha presentado y defendido. Las enfermedades inmunes desencadenadas por un patógeno no se han documentado en el mundo vegetal, pero son comunes en humanos.

Wang ha demostrado que la infección por HLB estimula las respuestas inmunes sistémicas y crónicas en el tejido floemático, en especial la sobreproducción de especies reactivas de oxígeno (ROS), que forman parte de la respuesta inmune de la planta. La producción crónica y excesiva de ROS es responsable de la muerte celular sistémica de los tejidos floemáticos, lo que, a su vez, provoca los síntomas del HLB. Esto respalda la hipótesis de que el HLB es una enfermedad inmunomediada.

Compartir:
Compartir:

Algunas de las formas más innovadoras de mejorar las prácticas agrícolas están relacionadas con la tecnología y la energía nuclear en la agricultura. El empleo de isótopos o técnicas de radiación en la agricultura puede controlar las plagas y enfermedades, aumentar la producción de los cultivos, proteger los recursos de tierras y aguas y garantizar la inocuidad de los alimentos.

 La FAO y el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) han venido ampliando sus conocimientos y potenciando la capacidad en este ámbito durante más de 50 años y, recientemente, han reforzado esta asociación creando el Centro Conjunto FAO/OIEA (Técnicas Nucleares en la Alimentación y la Agricultura).

A continuación se señalan cinco ejemplos de cómo la FAO y el OIEA están mejorando la agricultura y la seguridad alimentaria:

1. Sanidad animal

Las tecnologías nucleares han supuesto una gran diferencia en la detección, el control y la prevención de enfermedades animales y zoonóticas transfronterizas.

En Belice, los funcionarios veterinarios solían enviar muestras a laboratorios extranjeros para detectar brotes de enfermedades. Sin embargo, la Autoridad de Sanidad Agrícola de Belice se asoció con el Centro Conjunto FAO/OIEA para establecer su propio laboratorio de diagnóstico molecular de enfermedades animales.

Con el equipo y la capacitación adecuados; los técnicos de laboratorio realizaban pruebas de reacción en cadena de la polimerasa en tiempo real, una técnica nuclear molecular, para detectar enfermedades rápidamente.

Con estos diagnósticos rápidos y precisos; informaban a los trabajadores sobre el terreno para que pudieran adoptar las medidas oportunas para controlar con prontitud la enfermedad.

Actualmente, las pruebas de reacción en cadena de la polimerasa se utilizan de forma generalizada para detectar enfermedades animales en menos de un día. Debido a esta competencia, las autoridades sanitarias de Belice pidieron recientemente a este laboratorio que les ayudara a realizar pruebas de reacción en cadena de la polimerasa para la enfermedad por coronavirus (COVID-19) en humanos; un buen ejemplo de que ocuparse de las amenazas a la sanidad animal también puede contribuir a mejorar la salud de las personas.

Esto forma parte del enfoque “Una salud” de la FAO, que reconoce que la salud de los animales, las personas, las plantas y el medio ambiente están interrelacionadas y que las soluciones pueden ser transversales.

la energía nuclear en la agricultura

2. Mejora de la gestión del suelo y el agua

Aunque sea difícil de imaginar, los residuos nucleares generados en el pasado están ayudando a los científicos. En lo que respecta a la medición y la evaluación de la erosión del suelo, los nucleidos radiactivos que se generan a raíz de actividades nucleares pueden ayudar a los científicos a determinar el estado de salud y la velocidad de la erosión de los suelos.

Esta técnica se aplicó al cultivo de soja, que en el pasado se había considerado un cultivo secundario en Benin. Los científicos de la Universidad de Abomey-Calavi y el Instituto Nacional de Agronomía de Benin, trabajando con el Centro Conjunto FAO/OIEA, introdujeron un isótopo nuclear en el suelo para medir la calidad del mismo y hacer el seguimiento.

Determinaron las bacterias específicas necesarias para mejorar las condiciones del suelo para el cultivo de soja en Benin y recomendaron que se añadiera al suelo un fertilizante marcado con isótopos estables de nitrógeno-15 y que se hiciera un seguimiento de la absorción del fertilizante y la salud del suelo.

De esta forma; se puede determinar la eficiencia con que los cultivos utilizan el biofertilizante y la cantidad de nitrógeno que capturan de la atmósfera; y ajustar la cantidad necesaria de fertilizante. Los agricultores de Benin vieron aumentar la producción de soja de 57 000 toneladas en 2009 a 220 000 toneladas en 2019.

la energía nuclear en la agricultura

3. La gestión de plagas de insectos

La técnica del insecto estéril, derivada de la tecnología nuclear; es un método respetuoso con el medio ambiente que se emplea para gestionar las plagas de insectos. Consiste en criar grandes cantidades de insectos, esterilizarlos con radiaciones ionizantes y liberarlos en zonas infestadas por plagas.

La técnica reduce la reproducción y elimina o erradica las plagas de insectos establecidas. Asimismo, puede evitar la proliferación de especies invasivas y es mucho más inocua para el medio ambiente y la salud de las personas que aplicar insecticidas convencionales.

El Ecuador utilizó la técnica del insecto estéril para erradicar la mosca de la fruta, una de las plagas agrícolas más dañinas del mundo, de las zonas de cultivo de tres especies de frutas. Con objeto de exportar estos productos, los productores deben demostrar que esta mosca no está presente en sus explotaciones.

Cada semana, con el apoyo del Centro Conjunto FAO/OIEA, el Ecuador importa tres millones de moscas de la fruta estériles y las libera en zonas seleccionadas para que se apareen con las hembras silvestres. Con esta técnica de gran eficacia, el Ecuador ha seguido exportando estas especies de frutas a los Estados Unidos de América; por un valor que solo en 2019 fue de 22 millones de USD.

4. Inocuidad y control de los alimentos

Las técnicas nucleares pueden mejorar el control de la inocuidad y la calidad de los alimentos gracias a la detección o eliminación de residuos y contaminantes nocivos presentes en los productos alimentarios.

La radiación ionizante aplicada a los alimentos, por ejemplo, puede matar los microbios potencialmente dañinos y evitar así enfermedades transmitidas por alimentos. La irradiación de alimentos también impide la propagación de plagas de insectos y se emplea para garantizar el comercio de frutas y hortalizas a través de las fronteras que exigen una ; una aplicación comercial en rápido crecimiento.

Con el apoyo de la FAO y la OIEA, un grupo de expertos en Viet Nam empezó a estudiar la irradiación de alimentos a finales de la década de 1990; actualmente, el país acoge 11 centros dedicados a este fin. La radiación gamma es más más utilizada y permite tratar alrededor de una tonelada de fruta por hora. El año pasado; en Viet Nam se irradiaron 200 toneladas de media de frutas frescas a la semana para la exportación utilizando rayos gamma y rayos X.

la energía nuclear en la agricultura

5. Fitomejoramiento y fitogenética

La tecnología nuclear empleada en el mejoramiento de cultivos puede ayudar a obtener variedades de cultivos mejoradas que se adapten mejor al cambio climático y ayuden a los países vulnerables a garantizar su seguridad alimentaria y nutricional.

Las semillas se pueden irradiar con rayos gamma, rayos X y haces de iones o electrones para inducir cambios genéticos. Este aumento de diversidad permite elegir entre un mayor número de técnicas de mejoramiento. Las variedades de cultivos resultantes pueden tener mejor rendimiento y calidad; mayor tolerancia a la sequía, el calor o las inundaciones; mejor resistencia a las plagas y enfermedades, o ciclos de crecimiento más cortos.

Aplicación en Sudán

En el Sudán, el Corporación de Investigación Agrícola del país, respaldada por el Centro Conjunto FAO/OIEA, obtuvo una variedad de maní resistente a la sequía. Este maní puede crecer con tan solo 250 milímetros de lluvia al año, a diferencia de las variedades tradicionales, que necesitan 350 milímetros.

Su rendimiento es un 27 % superior al de las variedades tradicionales; lo que allana el camino para que el Sudán vuelva a ser el principal productor de maní; y pueda mejorar la seguridad alimentaria en el país y ayudar a la economía.

Las tecnologías innovadoras elaboradas y aplicadas a través del Centro Conjunto FAO/OIEA están conllevando una nutrición, una producción, un medio ambiente y una vida mejores. Las tecnologías nucleares tienen muchas probabilidades de ayudarnos a hacer frente a los desafíos mundiales presentes y futuros.

Fuente: fao.org

Compartir: