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Cuando vamos al supermercado a comprar mandarinas y naranjas seguramente no notemos un detalle que suele pasar desapercibido. Es que estas frutas suelen estar envueltas en bolsas con mallas rojas, las cuales tienen un propósito. Y ante este misterio, hoy te revelaremos todo lo que hay detrás de esta particular forma de vender las frutas.

Seguramente al asistir al supermercado notaremos que las mandarinas y naranjas se suelen vender en un peculiar envoltorio que pasa desapercibido la mayor parte del tiempo. Esta malla de color rojo es una elección, ya que este empaque no es casualidad. Aunque no lo creas, no hay nada librado al azar y existe un buen motivo para su preferencia y aquí te contamos el por qué.

Es que debemos pensar, en primera instancia, que en los supermercados nada está de manera casual ni librado al azar: la intensidad y tipo de luz, la disposición de los estantes y pasillos, la posición de los artículos, los carteles e incluso la música tienen un propósito de marketing muy específico. Es que la estrategia es incentivar a los consumidores a que compren la mayor cantidad de productos posibles y, en este caso, el ojo estará puesto sobre las mandarinas y naranjas.

¿Por qué las mandarinas y naranjas tienen mallas rojas?

Con la malla de color rojo que sirve como envoltorio de frutas, los dueños de las tiendas buscan lograr un objetivo. Se emplean mallas rojas debido a que este color es capaz de intensificar la coloración naranja de estos frutos, lo que a su vez permite que en nuestros cerebros esto se perciba como un signo de que los alimentos se encuentran frescos y que son de gran calidad.

Este juego de colores que se produce con las mallas rojas de mandarinas y naranjas incrementará la venta de las frutas de una manera significativa a diferencia de si estos estuvieran simplemente apilados o en un envoltorio de otro color o incluso en bolsas transparentes.

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Nian Wang, profesor del Instituto de Ciencias Alimentarias y Agrícolas de la Universidad de Florida (UF/IFAS), participó una investigación que reveló como en detalle cómo el HLB provoca daños en los árboles cítricos y presenta el caso de que el HLB es una enfermedad inmune desencadenada por un patógeno. Una enfermedad inmune desencadenada por un patógeno resulta de la activación de las células inmunitarias de un organismo que luchan contra un patógeno

Esta es la primera vez que esta explicación de los síntomas del HLB como respuesta inmune desencadenada por un patógeno se ha presentado y defendido. Las enfermedades inmunes desencadenadas por un patógeno no se han documentado en el mundo vegetal, pero son comunes en humanos.

Wang ha demostrado que la infección por HLB estimula las respuestas inmunes sistémicas y crónicas en el tejido floemático, en especial la sobreproducción de especies reactivas de oxígeno (ROS), que forman parte de la respuesta inmune de la planta. La producción crónica y excesiva de ROS es responsable de la muerte celular sistémica de los tejidos floemáticos, lo que, a su vez, provoca los síntomas del HLB. Esto respalda la hipótesis de que el HLB es una enfermedad inmunomediada.

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