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Cuatro años de trabajo, y más de una década después de que se encargara su construcción, la torre Tao Zhu Yin Yuan (también conocida como Agora Garden Tower) de Vincent Callebaut en Taipei, Taiwán, está por fin a punto de ser completada, y parece que la espera ha merecido la pena.

El proyecto residencial de gran altura tiene forma inspirada en el ADN, incorpora miles de plantas en su fachada y multitud de rasgos que potencian su sostenibilidad, como la energía solar, recogida de agua de lluvia, etc.

Con una altura de 93,2 metros, la Tao Zhu Yin Yuan tiene 21 plantas (más cuatro sótanos) y se caracteriza por un inusual diseño inspirado en la doble hélice del ADN. Veinte de las plantas se retuercen 4,5 grados por planta a medida que el edificio se eleva, con un total de 90 grados de abajo a arriba.

Aunque el aspecto no es tan verde como se sugería en los primeros renders, es comprensible, ya que los 23.000 árboles, arbustos y plantas que se han plantado en el jardín de la planta baja, los balcones y las terrazas, aún tienen que crecer.

SWA se encarga de las tareas de paisajismo y Vincent Callebaut Architectures (VCA) afirma que todas esas plantas eliminarán cada año un gran cantidad de CO2 de la atmósfera local.

La absorción anual de carbono alcanza unas 130 toneladas con una cobertura verde del 246%, que es casi cinco veces superior a la normativa local, lo que lo convierte en un vistoso parque forestal urbano en todas las estaciones. Para aumentar el volumen de absorción de carbono, los botánicos especializados plantan múltiples especies de árboles con mejor volumen de absorción de carbono para contribuir a proteger la calidad del aire.

El proyecto está previsto que se clasifique como LEED Gold. Entre los elementos sostenibles más destacados están el uso de la energía solar y eólica para reducir el consumo de la red eléctrica (aunque todavía no disponemos de cifras concretas sobre el consumo de energía), el reciclaje del agua de lluvia, la ventilación natural y los sistemas de control de la energía. También se han instalado ascensores regenerativos, calefacción eficiente y grifería de bajo consumo.

Además, los terremotos y los fuertes vientos son una preocupación real en esa parte del mundo, por lo que VCA ha empleado lo que denomina una protección sísmica de «grado de planta nuclear» en forma de un diseño estructural que, según la empresa, supera la normativa sísmica.

El diseño estructural se inspiró en la estructura corporal del esquiador. El núcleo central de la torre es el cuerpo humano. La estructura de celosía de 5 m por encima de la 21F son los dos brazos. Las megacolumnas de los dos lados son los bastones de esquí. Un sistema estructural suspendido y un sistema de cerchas Vierendeel (un conjunto de vigas por cada dos pisos) transfieren todo el peso a través de los brazos (vigas) al cuerpo (núcleo central) y luego a los cimientos. El resultado es un diseño estructural único que combina la ciencia de la mecánica y el arte de la estética.

El exterior del Tao Zhu Yin Yuan parece casi terminado, y ahora se está trabajando para acabar su interior, cuya finalización oficial está prevista para finales de 2021.

Fuente:vincent.callebaut.org

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La biodiversidad de nuestro planeta está enfrentando una crisis de proporciones sin precedentes. La urbanización, el desarrollo industrial y, como consecuencia, la contaminación están causando daños irreparables. Hay regiones en la Tierra caracterizadas por una gran diversidad ecológica. La preservación del segundo tipo de territorio es una de las tareas más importantes de la humanidad, ya que la diversidad natural de especies es una garantía de estabilidad ambiental. En este momento, muchas regiones de todo el mundo cumplen con los criterios inherentes a los puntos críticos ecológicos, que tienen el estatus oficial de «puntos críticos ecológicos«. Según la información proporcionada por Conservation International, cubren menos del 3% de la superficie terrestre, pero albergan más de la mitad de las especies de plantas endémicas del mundo y casi el 43% de las especies endémicas de aves, mamíferos, reptiles y anfibios. Por eso es tan importante concienciar, promover y discutir los puntos críticos ecológicos. El objetivo principal de esta publicación es popularizar temas ambientales en puntos críticos naturales y promover un sentido de uso responsable de los recursos naturales en la sociedad.

¿Qué es un punto crítico ambiental?

Desde bosques exuberantes y verdes hasta montañas magníficas, algunas regiones de la Tierra son irreemplazables. Muchas de estas regiones son puntos críticos ecológicos, áreas rebosantes de vida, pero también en alto riesgo de colapso. De hecho, estas áreas comprenden alrededor del 60% de las especies de aves, mamíferos, reptiles y anfibios del mundo, muchas de las cuales solo se pueden encontrar en estas áreas. En otras palabras, los puntos críticos ecológicos son a menudo sinónimo de crisis de conservación.

«¿Qué áreas son las más importantes para la conservación ecológica a escala mundial?» Norman Myers planteó esta pregunta en sus dos artículos publicados en 1988 y 1990 en The Environmentalist, donde se acuñó el concepto de puntos críticos ecológicos por primera vez. Siguiendo sus ideas, para que una región sea considerada como un punto crítico ambiental, debe cumplir dos criterios estrictos:

¿Cuáles son los diferentes tipos de puntos críticos?

Aquí discutiremos los cuatro tipos básicos de puntos críticos ecológicos convencionalmente utilizados para clasificar los puntos críticos de biodiversidad.

Puntos críticos en ambientes acuáticos. Estos abarcan regiones de océanos, mares, lagos, aguas subterráneas y otros cuerpos de agua que están experimentando una grave crisis de conservación. Estas áreas albergan una variedad de especies animales acuáticas amenazadas, como especies de peces marinos y de agua dulce, que enfrentan cada vez más la degradación ambiental en sus hábitats.

Puntos críticos relacionados con el aire. En tales áreas, las emisiones de gases, los contaminantes físicos y químicos en el aire y el agravamiento del efecto invernadero son de preocupación primordial.
Puntos críticos ecológicos. Estas son áreas que están en grave peligro de perder su biodiversidad única. Según la Lista Roja de Especies Amenazadas publicada por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza y los Recursos Naturales (UICN), estos puntos críticos albergan más del 79% de los anfibios en peligro de extinción, el 63% de las aves en peligro de extinción y el 60% de los mamíferos en peligro de extinción.

Puntos críticos, ecológicos antropogénicos. En todo el mundo, podemos ver un número sustancial de personas que viven cerca o en áreas de puntos críticos ecológicos. Esto incluye a algunas de las poblaciones más pobres, muchas de las cuales dependen de ecosistemas saludables para su sustento y bienestar. La sostenibilidad de estos ecosistemas es fundamental para que esas poblaciones sobrevivan, proporcionando agua limpia y regulando el clima. A menudo, estos puntos críticos ecológicos tienen una de las densidades de población más altas del mundo, aunque esto no significa que la relación entre los humanos y la diversidad natural sea simplemente que más personas causan más impactos ecológicos. En este caso, es la actividad antropogénica sobre el medio ambiente la que desempeña un papel decisivo. Tales actividades suelen ser la deforestación debido a la sobreexplotación de bosques valiosos, el uso intensivo de productos químicos en el suelo y la eliminación de residuos humanos no tratados.

punto caliente ambiental

¿Cuál es un ejemplo de un punto caliente ambiental?
Existen una gran cantidad de puntos calientes de biodiversidad reconocidos en el mundo. Además, algunas regiones no están oficialmente en la lista de puntos calientes ecológicos, pero los problemas ambientales allí también han alcanzado un punto crítico. Aquí hay algunos ejemplos de ubicaciones de puntos críticos ambientales en el mundo.

En Asia, el verdadero punto caliente ambiental es la capital de India, Nueva Delhi. La razón es el smog tóxico que ha envuelto la capital, convirtiéndola en la capital más contaminada del mundo durante varios años. Las razones de la mala calidad del aire son la contaminación industrial y las emisiones de vehículos durante todo el año. La contaminación del aire también alcanza su punto máximo debido a la quema de cultivos. Los incendios de madera, la quema de estiércol de vaca, los incendios en tierras de cultivo, los gases de escape de generadores diésel, el polvo en el sitio de construcción y la quema de basura contribuyen a la crítica contaminación del aire en la ciudad. Hablando de la contaminación del aire, también deberíamos mencionar a El Cairo en Egipto. Allí, los niveles de material particulado fino PM10, y PM2,5, que representan el mayor riesgo para la salud humana, son varias veces más altos que los niveles recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS). El Ministerio de Salud egipcio informa que aproximadamente dos millones de personas en el país buscan atención médica anualmente por problemas respiratorios relacionados con la mala calidad del aire.

Otro punto caliente ambiental es Japón, donde hay una matanza masiva de ballenas y delfines, en contra de las regulaciones de la CBI. Aunque el gobierno japonés afirma apoyar fuertemente la protección de especies en peligro de extinción, y la caza científica de ballenas es necesaria para recopilar información sobre el estado de varias poblaciones, la Corte Internacional de Justicia dictaminó en 2014 que Japón debe detener su caza de ballenas en la Antártida.

En Europa, el verdadero punto caliente ambiental es Ucrania, donde la lucha está destruyendo la tierra. La naturaleza tarda 10.000 años en formar tierra negra. Una explosión de misiles en el mismo lugar tarda un instante en destruirla. Ya se han destruido 90.000 toneladas de suelo por explosiones en el este de Ucrania.

¿Dónde puedo agregar información sobre puntos críticos ambientales?
La biodiversidad mundial está experimentando una catastrófica crisis ecológica. Varios factores naturales y antropogénicos están destruyendo la diversidad natural del medio ambiente: urbanización, contaminación del agua, del suelo y del aire, y enfermedades. Las especies están desapareciendo más rápido que nunca. Para evitar la catástrofe, es importante proteger los hábitats de la diversidad natural.

Por lo tanto, cualquier persona informada sobre los puntos críticos ecológicos debería poder compartir y brindar acceso a esta información. Se han creado portales especiales en Internet con este propósito. En particular, para conocer los puntos críticos ambientales en el mundo, se puede encontrar información en el recurso EcoHubMap. Además, si hay información actualizada sobre puntos críticos ambientales en el mundo, se puede agregar un punto crítico ambiental aquí.

Fuente: ecoinventos.com

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El cambio climático ha ocurrido durante toda la historia del planeta. A partir de los primeros miles de millones de años de formación, dichas modificaciones se han presentado por causas naturales que incluyen: cambios en la órbita terrestre, alteraciones en la excentricidad del planeta, actividad volcánica intensa e impactos de meteoritos.

El uso del fuego en la quema de rastrojos es una práctica tradicional de la agricultura chilena, que se emplea por su bajo costo y rápida eliminación de residuos. Sin embargo, no es favorable, debido a la muerte de organismos y microorganismos encargados de la descomposición de la materia orgánica, aireación del suelo y liberación de nutrientes disponibles para las plantas.

Así mismo, produce una pérdida importante de nutrientes, principalmente nitrógeno amoniacal, reduciendo con ello la fertilidad natural de los suelos agrícolas y aumentando la probabilidad de erosión.

La quema de rastrojos representa también un problema, por la contaminación ambiental que genera la liberación de monóxido de carbono (CO), compuestos nitrogenados (NO2), hidrocarburos y material particulado fino, que es la fracción de mayor impacto en la salud de la población.

Cambio climático y sus efectos en la agricultura
El cambio climático ha ocurrido durante toda la historia del planeta. A partir de los primeros miles de millones de años de formación, dichas modificaciones se han presentado por causas naturales que incluyen: cambios en la órbita terrestre, alteraciones en la excentricidad del planeta, actividad volcánica intensa e impactos de meteoritos (Rivera, 1999).

Desde hace 10.000 años el planeta ha experimentado una relativa estabilidad climática, sin embargo, hoy existe un amplio consenso científico en que el actual fenómeno del cambio climático es un hecho inequívoco, causado principalmente por la acción de la humanidad. “Desde la década de 1950, muchos de los cambios observados no han tenido precedentes en los últimos decenios a milenios.

La atmósfera y el océano se han calentado, los volúmenes de nieve y hielo han disminuido, el nivel del mar se ha elevado y las concentraciones de gases de efecto invernadero han aumentado”. Estimaciones de las emisiones globales de gases de efecto invernadero indican que para el año 2030 la temperatura de la tierra aumentará 1,5°C con respecto a los niveles preindustriales (IPCC, 2019).

El cambio climático y la convención de la Naciones Unidas
De acuerdo con la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático (UNFCCC), se entiende por cambio climático a “un cambio de clima atribuido directa o indirectamente a la actividad humana que altera la composición de la atmósfera y que se suma a la variabilidad natural del clima observada durante períodos de tiempo comparables”.

Por otra parte, el calentamiento global se refiere al aumento sostenido de la temperatura media de la atmósfera y los océanos en las últimas décadas, atribuido a las actividades humanas y, por tanto, a la generación de Gases La evidencia científica advierte que tenemos unos cinco años por delante para evitar el peligroso cambio climático, que se generaría si la temperatura global promedio aumenta más de 2°C sobre los niveles preindustriales.

Chile será una de las regiones más afectadas si superamos dicha barrera. Así, las proyecciones regionales indican que es probable que suba la frecuencia e intensidad de los incendios forestales (lo ocurrido en el verano de 2017; con más de 600.000 hectáreas quemadas, confirma dichas proyecciones); que disminuyan las precipitaciones (excepto en la zona austral), y se produzca un aumento de la incidencia de la sequía y de las temperaturas extremas.

El cambio climático y la agricultura
En este contexto, la agricultura juega un papel fundamental, pero dual; ya que no sólo es responsable de una parte importante de las emisiones de Gases con Efecto Invernadero a la atmósfera (50% del metano y 70% del óxido nitroso); sino que también puede contribuir a su mitigación; a través del secuestro del carbono atmosférico y su retención como carbono orgánico de los suelos (COS).

Una segunda razón es porque la capacidad de producir alimentos para nuestra población y de exportar en un contexto de cambio climático; dependerá fundamentalmente de nuestra capacidad de mantener o incrementar la productividad primaria de los suelos.

El manejo sostenible de éstos; incorporando prácticas agronómicas que preserven o incrementen el contenido de materia orgánica es esencial para la adaptación al cambio climático y; por ende, para la viabilidad de la agricultura chilena. Los efectos adversos del cambio climático son considerados como amenazas cuyos impactos pueden poner en riesgo el desarrollo de los países y la integridad ecosistémica a nivel mundial.

Especies vegetales cuya quema influye en el cambio climático
Numerosas especies vegetales y animales debilitadas actualmente por la contaminación y la pérdida de hábitat, no sobrevivirán los próximos años. Los análisis científicos también señalan una tendencia creciente en la frecuencia e intensidad de los eventos meteorológicos extremos en los últimos cincuenta años y se considera probable que las altas temperaturas; olas de calor, graves sequías, fuertes precipitaciones y grandes inundaciones; continuarán siendo más frecuentes en el futuro, lo que puede ser desastroso para la humanidad (IPCC, 2013).

Una práctica generalizada en la agricultura nacional y prácticamente obsoleta en países de Unión Europea; es la eliminación de los residuos vegetales de los cultivos, mediante el uso del fuego directo en el campo. Es lo que se conoce como la quema in-situ; para diferenciarla de la quema de residuos que pueda ocurrir fuera del campo (quema off-situ); generalmente para generación de calor a nivel de casas de campo.

Los cultivos que más contribuyen a las emisiones de gases invernadero, por quema de residuos; son los cereales; los residuos de los restantes cultivos tienden a no ser quemados en el campo; siendo mayoritariamente enterrados en los suelos o empleados para alimentación animal, ya sea por consumo directo como a través de forraje conservado.

La quema de rastrojos y el cambio climático
Respecto a las quemas de rastrojos se emiten altas cantidades de CO2 al ambiente, considerando los rendimientos típicos chilenos; se emite el equivalente a 400 kg CO2/ ha/año en la quema de cereales, y 800 kg CO2/ha/año con quema de rastrojos de maíz; (Ovalle, C. et al., 2020).

También es un hecho muy bien reportado en Chile y el mundo; que la conversión de ecosistemas naturales a sistemas agrícolas ha disminuido el carbono orgánico del suelo (COS), aumentando las concentraciones de CO2 en el ambiente. Por tanto; la aplicación de medidas para disminuir las emisiones debe orientarse a mantener prácticas que promuevan la protección del suelo y aumenten los niveles de materia orgánica.

La adopción de prácticas de manejo como la cero labranza, el establecimiento de praderas permanentes; la incorporación de materia orgánica estabilizada (compost); la supresión de las quemas agrícolas, entre otras, promueven la mantención y acumulación del carbono orgánico del suelo (COS).

Fuente: www.inia.cl

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¿Qué es la permacultura?

Como su propio nombre lo indica, la permacultura surge de la fusión de las palabras anglosajonas permanent y culture, refiriéndose inicialmente al concepto de agricultura permanente y posteriormente ampliado a cultura permanente.

permaculturaEste “sistema de principios” surgió en los años 70 cuando los investigadores australianos Bill Mollison David Holmgren analizaban las distintas posibilidades para la creación de sistemas agrícolas permanentes: respetuosos con el medio ambiente, independiente de elementos externos y que no agotaran los recursos naturales, manteniendo un perfecto equilibrio entre los sistemas productivos estables y comprometidos con los ecosistemas locales.

Aunque es uno de los pilares de la agricultura ecológica, la permacultura no se aplica exclusivamente a las técnicas de cultivo de alimentos, sino que repercute en los más distintos ámbitos de la sociedad: la economía, arquitectura, procesos productivos, bienestar físico y emocional, educación y cultura, etc.

En palabras de uno de los padres de este movimiento, Bill Mollison, la permacultura es una filosofía para la creación de ambiente humanos sostenible y productivos, en equilibrio y armonía con la naturaleza.

Permacultura: un enfoque integral

Según los principios de la permacultura, un hábitat debe ser diseñado como un sistema que combina la vida de los seres humanos, animales y plantas de forma respetuosa, asegurando las necesidades de todos de una manera adecuada. Ese concepto de biología profunda no solo se refiere a los elementos individuales, sino a la relación de entre esos componentes para garantizar el uso ideal y la creación de sistemas productivos perfectos.

En este sentido, para la permacultura es tan importante planear como implementar y mantener ese diseño de sostenibilidad ecológica, teniendo en cuenta las necesidades actuales y futuras. En resumen, la permacultura se instaura como una visión holística del mundo, en armonía con la naturaleza, combinando la aplicación de las diferentes técnicas que permiten su puesta en marcha.

Sus 3 principios éticos

Desde su nacimiento en los años 70, los principios de la permacultura han ido desarrollándose y perfeccionándose de forma progresiva, pero sin perder de vista la ética, uno de los puntos más importantes que une los pilares básicos de ese sistema de principios.

Independientemente de cómo tengas pensando poner en práctica un estilo de vida basado en los fundamentos de la permacultura, estos son los 3 principios básicos que siempre debes tener en cuenta.

1. Cuidar la tierra

La tierra es la base para que todos los sistemas de vida perduren y se multipliquen. Por ello, este principio primero refuerza la importancia de una tierra saludable, sin la cual los seres humanos no pueden desarrollar sus demás cualidades.

2. Cuidar las personas

Este componente social de los principios básicos de la permacultura se basa en el derecho de todas las personas de acceder a los recursos necesarios para su existencia y no solo en términos materiales sino también que amplia este ‘cuidado’ al reparto igualitario de recursos y conocimientos, indispensables para que los ciudadanos puedan emprender el cambio un rol pasivo hacia ciudadanos comprometidos, responsables y productivos.

3. Compartir los excedentes

El reparto justo hace referencia a la necesidad de utilizar los recursos de una forma racional, sin tomar más de lo que se necesita y teniendo en cuenta las necesidades presentes y futuras, tanto de los humanos como de las demás especies. Una vez más, los principios de la permacultura hacen mención no solo a los recursos materiales excedentes, sino que vuelve a incluir la importancia de compartir el conocimiento.

Los 12 principios básicos de la permacultura

Ya hemos mencionado como, en la actualidad, la permacultura se ha convertido en un sistema interdisciplinar que comprende muchas otras técnicas además de la agricultura, tales como arquitectura, diseño o ecología.

En todos esos campos, la actuación de la permacultura se podría resumir como el empleo de técnicas y conocimientos a favor de la naturaleza y siempre en la búsqueda constante de entornos sostenibles, donde todos (seres humanos y demás especies) puedan convivir en paz con la naturaleza.

Estos son los 12 principios básicos de la permacultura, definidos por David Holmgren:

1. Examinar e interactuar. A través de la observación cuidadosa de la naturaleza y todos sus procesos es posible alcanzar la consciencia sobre sus elementos y aprender de su sistema, diseñando y adaptando soluciones con mínima interferencia en el medio.

2. Captar y almacenar energía. Teniendo como base las culturas preindustriales y sus técnicas de aprovisionamiento esenciales para la sobrevivencia. El uso y redescubrimiento de los procesos que permiten recolectar recursos cuando esos son abundantes para posteriormente utilizarlos en momentos de necesidad. Por ejemplo: agua o semillas.

3. Obtener un rendimiento. Sin perder de vista las necesidades futuras, se satisfacen las necesidades de ahora. Se trata de balancear el rendimiento, ingresos y beneficios para conseguir una recompensa inmediata del trabajo realizado.

4. Aplicar la autorregulación y aceptar la retroalimentación. Previniendo la sobreexplotación a través de procesos eficaces de autorregulación, integrados en el desarrollo de culturas y entendiendo las señales de la naturaleza para evitar las actividades inapropiadas.

5. Usar y valorar los recursos y servicios renovables. De forma cautelosa y aprovechando la abundancia de los recursos de la naturaleza (viento, biomasa, sol, etc.). Primar el uso de recursos renovables sobre los recursos fósiles.

6. Producir sin desechos. Valorando los recursos y empleando la cascada de ‘erres’ para evitar los desperdicios: rechazar, reducir, reutilizar, reparar y reciclar.

Otros principios de permacultura

7. Diseñar desde patrones hacia los detalles. Lograr un diseño de éxito pasa por entender los modelos ‘superiores’ de la naturaleza. Los patrones de la permacultura se desarrollan a través de la observación de los elementos naturales exitosos.

8. Integrar más que segregar. Favorecer la integración de los elementos en lugar de eliminar o fomentar la competencia entre ellos.

9. Utilizar soluciones lentas y pequeñas. Respetar los tiempos naturales y apostar por cambios en pequeña escala una vez que requieren menos recursos y son más productivos a largo plazo. Evitar la inmediatez de los resultados para proteger los recursos y ahorrar energía.

10. Utilizar y valorar la diversidad. La naturaleza única del entorno ofrece una oportunidad perfecta para fomentar la conservación y ampliación de la diversidad de los sistemas favoreciendo su autorregulación a largo plazo.

11. Usar los bordes y valorar lo marginal. Comprender el funcionamiento de los límites entre los sistemas y emplear los aprendizajes de una manera productiva.

12. Usar y responder creativamente al cambio. Observar y comprender los ciclos para aceptar y reaccionar adecuadamente ante los sucesos naturales.

Áreas de acción o “la flor de la permacultura”

Pero ¿Dónde realmente se aplica la permacultura? ¿Cómo exactamente se materializa esta forma ideal de entender el mundo de una manera armoniosa, respetuosa y sostenible? Si te has quedado con ganas de poner en práctica los principios de la permacultura, es fundamental ahondar en sus áreas de acción, también conocidas como “la flor de la permacultura”.

Esos son los ámbitos que nos enseñan cómo trasformar nuestro alrededor con el objetivo de poner en marcha una cultura sostenible:

Manipulación de la tierra y la naturaleza

Esta es una de las áreas más relacionadas con la agricultura ecológica, ya que se refiere al empleo del cultivo orgánico de alimentos para conservar, regenerar y manipular los espacios silvestres de forma sostenible, asegurando la conservación de la biodiversidad.

Edificación

Para la permacultura, los ambientes construidos deben estar en sintonía con la naturaleza a través, por ejemplo, del uso de materiales naturales y locales, la construcción bioclimática o el uso de técnicas de ecoconstrucción.

Herramientas y tecnología

El uso de instrumentos y la aplicación de conocimientos que hacen posible interactuar con el medio ambiente de forma sostenible tales como la utilización de energías renovablesecotécnicas o la captación de aguas fluviales, entre otras.

Educación y cultura

En sus principios, la permacultura destaca la importancia del conocimiento, puesto que es la base de la educación ambiental, de educar hacia la paz o de promover la investigación activa.

Bienestar físico y espiritual

Este concepto relaciona la conexión del cuerpo, mente y espíritu con los demás elementos naturales, por lo que fomenta la práctica de actividades físicas ancestrales como el yoga o el uso de medicinas alternativas.

Economía y finanzas

A través de reorientación de la economía global hacia las inversiones biorregionales éticas, mercados de trueque, voluntariado y sistemas económicos justos.

Posesión de la tierra y gobierno comunitario

Mediante la instauración de ecoaldeas y cooperativas de producción y consumo.

En la actualidad, la permacultura cuenta con más de 10.000 adeptos en todo el mundo, sin contar la acción individual de personas que han decidido aplicar el concepto de permacultura en la vida diaria, de manera progresiva. Si todavía no lo has hecho, observa tus hábitos y piensa en cómo integrar y fomentar el diseño ecológico en el día a día. ¿Te animas?

Fuente: naturtable.es

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Por: Alejandro Tena

Están desapareciendo, pero a nadie parece importarle. Los insectos se están extinguiendo a un ritmo cada vez más elevado sin que organismos internacionales presten atención a este drama. Así lo entiende la Asociación de Entomología Española, que, con la bibliografía científica actual, estima que en los últimos años se han perdido el 70% de las poblaciones voladoras de Europa. La tasa de extinción de estos seres, los populares bichos, es hasta ocho veces superior que la de los animales vertebrados y las consecuencias podrían desencadenar problemas a múltiples niveles.

De acuerdo con  el medio Público»los insectos pasan desapercibidos y su desaparición también, a pesar de que tiene una importancia tremenda», dice José María Hernández, vicepresidente de la Asociación Española de Entomología, que considera que la pérdida de individuos es ya un problema de «escala global» por la funcionalidad biológica de estos seres. «No es que vayan a desaparecer todos los insectos, porque son un grupo hiperdiverso, pero sí constatamos ya una bajada en su riqueza y en su abundancia, lo que puede derivar perfectamente en una catástrofe ambiental, por mucho que no se hable de ello», expone.

Esa catástrofe tiene que ver con la utilidad de muchos de estos seres, cuyas poblaciones no hacen otra cosa que menguar como consecuencia de la crisis climática y de la presión del ser humano sobre los ecosistemas. Los polinizadores son la cara visible de cómo un problema de biodiversidad puede convertirse un problema económico y social global. Este tipo de fauna –abejas, mariposas o algunos tipos de moscas, entre otros– son esenciales para que los cultivos puedan tener un rendimiento adecuado y producir el fruto plantado.

Según datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el 75% de los cultivos dependen de alguna u otra manera de estos animales para la polinización. En términos productivos, el porcentaje es más bajo, y se estima que el 35% de los alimentos cosechados dependen de los insectos polinizadores, lo que sigue siendo un porcentaje preocupante en mitad de una coyunta de crisis climática donde las temperaturas podrían condicionar aún más el declive de estos seres vivos. Las poblaciones de mariposas y de abejorros, por ejemplo, ya han descendido un 25% desde 1991 en la mayor parte de los países europeos, según los datos de la Agencia Europea de Medio Ambiente.

«Esto tiene unas consecuencias importantes a nivel económico», indica Theo Oberhuber, portavoz de Ecologistas en Acción. Un informe de dicha organización publicado recientemente estima que por cada euro que produce un cultivo de manzana, 92 céntimos no serían posibles sin polinización. En el caso de los arándanos, la cifra se sitúa en los 80 céntimos; 78 céntimos en el kiwi; y 50 en la fresa. Los insectos polinizadores aportan 2.400 millones de euros de valor asociado agrícola en España. «A corto plazo ya estamos viendo los efectos de los cambios del uso del suelo y del uso desmesurado de pesticidas y biocidas», comenta el experto. «A largo plazo las consecuencias podrían ser peores por el cambio climático, que es un factor más que agravará la situación».

Pero el rendimiento agrario no es el único elemento perjudicado por el descenso de las poblaciones de insectos. Hernández señala el papel de algunas especies coprófagas o coleópteras, como los escarabajos, en la limpieza del campo. «Estos animales son descomponedores, lo que quiere decir que se alimentan de la materia fecal de los herbívoros. Son los responsables, en buena medida, de que los prados donde pasta el ganado extensivo esté limpio, sin ellos estarían saturados de excrementos y no serían sostenibles para la ganadería», advierte el entomólogo.

Están desapareciendo, pero a nadie parece importarle. Los insectos se están extinguiendo a un ritmo cada vez más elevado sin que organismos internacionales presten atención a este drama. Así lo entiende la Asociación de Entomología Española, que, con la bibliografía científica actual, estima que en los últimos años se han perdido el 70% de las poblaciones voladoras de Europa. La tasa de extinción de estos seres, los populares bichos, es hasta ocho veces superior que la de los animales vertebrados y las consecuencias podrían desencadenar problemas a múltiples niveles.

«Los insectos pasan desapercibidos y su desaparición también, a pesar de que tiene una importancia tremenda», dice José María Hernández, vicepresidente de la Asociación Española de Entomología, que considera que la pérdida de individuos es ya un problema de «escala global» por la funcionalidad biológica de estos seres. «No es que vayan a desaparecer todos los insectos, porque son un grupo hiperdiverso, pero sí constatamos ya una bajada en su riqueza y en su abundancia, lo que puede derivar perfectamente en una catástrofe ambiental, por mucho que no se hable de ello», expone.

Según datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el 75% de los cultivos dependen de alguna u otra manera de estos animales para la polinización. En términos productivos, el porcentaje es más bajo, y se estima que el 35% de los alimentos cosechados dependen de los insectos polinizadores, lo que sigue siendo un porcentaje preocupante en mitad de una coyunta de crisis climática donde las temperaturas podrían condicionar aún más el declive de estos seres vivos. Las poblaciones de mariposas y de abejorros, por ejemplo, ya han descendido un 25% desde 1991 en la mayor parte de los países europeos, según los datos de la Agencia Europea de Medio Ambiente.

«Esto tiene unas consecuencias importantes a nivel económico», indica Theo Oberhuber, portavoz de Ecologistas en Acción. Un informe de dicha organización publicado recientemente estima que por cada euro que produce un cultivo de manzana, 92 céntimos no serían posibles sin polinización. En el caso de los arándanos, la cifra se sitúa en los 80 céntimos; 78 céntimos en el kiwi; y 50 en la fresa. Los insectos polinizadores aportan 2.400 millones de euros de valor asociado agrícola en España. «A corto plazo ya estamos viendo los efectos de los cambios del uso del suelo y del uso desmesurado de pesticidas y biocidas», comenta el experto. «A largo plazo las consecuencias podrían ser peores por el cambio climático, que es un factor más que agravará la situación».

Pero el rendimiento agrario no es el único elemento perjudicado por el descenso de las poblaciones de insectos. Hernández señala el papel de algunas especies coprófagas o coleópteras, como los escarabajos, en la limpieza del campo. «Estos animales son descomponedores, lo que quiere decir que se alimentan de la materia fecal de los herbívoros. Son los responsables, en buena medida, de que los prados donde pasta el ganado extensivo esté limpio, sin ellos estarían saturados de excrementos y no serían sostenibles para la ganadería», advierte el entomólogo.

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