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La rotación de cultivos la forma de planificar los cultivos de nuestro huerto de forma sucesiva para sacar el máximo rendimiento. Diferenciábamos entre una rotación de cultivos y una alternativa de cultivos y os dimos un ejemplo con una rotación por familias.

Como prometimos el otro día, vamos a daros otro tipo de rotación de cultivos que podéis seguir en vuestro huerto. La rotación por exigencias de nutrientes. Allá vamos.

Lo prometido es deuda. Y aquí va la rotación de cultivos por exigencias. Lo primero que hay que saber es a qué nos referimos con exigencia de una planta y cuáles son las más y menos exigentes.

Consideramos planta exigente aquella que requiere de una cantidad de nutrientes del suelo importante.

Poniéndonos drásticos, se comen las reservas del suelo y para conseguir unos buenos resultados debemos dárselas.

Y en el lado contrario tenemos las poco exigentes. Creo que no hace falta mayor explicación. Veamos cuáles son:

Rotación de cultivos con alta exigencia
Estas son las que hemos comentado que «se comen» literalmente el suelo. Necesitan mucho aporte de estiércol o compost así que si no os queda ya os lo podéis agenciar porque os lo van a pedir.

De todas formas también aceptan fases de compost menos descompuestas que otros cultivos, así que tenéis un poco de margen para estar tranquilos.

En esta categoría englobamos sobre todo solanáceas (tomate, pimiento, berenjena, patata) y cucurbitáceas (melón, sandía, calabaza, calabacines), pero también tenemos casos como el maíz, la coliflor o las coles. Para que lo recordéis, en general son las plantas de las cuales aprovechamos su fruto.

Rotación de cultivos con media exigencia
Consideramos estas aquellas que dan buenos resultados plantándolas después de un cultivo de exigentes sin aporte de compost adicional. En este saco podemos meter las lechugas en general, las escarolas, las acelgas y los puerros.

Para algunos cultivos considerados de exigencia media podemos añadir partes de compost muy descompuestas (mantillo o humus de lombriz) para conseguir los mejores resultados aunque no añadiendo nada todavía se pueden dar. En este grupo entran la zanahoria, rabanitos y remolacha.

distintas rotaciones de cultivos en huerto
+ Cultivo de zanahoria

+ Cultivo de remolacha

+ Cultivo de rabanitos

Rotación de cultivos con baja exigencia
Creemos que no requieres presentación. Está claro, ¿no?. Nos van a dar alegrías sin que tengamos que añadir absolutamente nada de compost. Es más, ¡incluso podemos perjudicarlas si hay demasiado!.

Así que ya sabéis. Nada, nada de nada, que ellas se conforman con poco.

Normalmente en este grupo tenemos los cultivos de los cuales nos comemos las raíces. Cebolla y ajo por ejemplo. Y en el grupo más agradecido tenemos las leguminosas que no solo no piden, sino que dan.

Así es, sintetizan el nitrógeno atmosférico, apostándolo a la tierra. Así que imaginaos la cantidad de compost necesaria. ¡Ninguna!

Rotación de cultivos con mínima exigencia
Estas ya son lo más. Podríamos incluir a las leguminosas pero es que estas se llevan la palma. Aportan al suelo mucho más de lo que requieren. Son las que denominamos abonos verdes. Hablaremos de ellos otro día.

Hoy solo los enumeramos. Trébol, vezas, esparcetas, habas forrajeras y algunas gramíneas como cebada, avena y centeno.

Una vez clasificados los cultivos más comunes por su nivel de exigencia vamos a planificar nuestra rotación de cultivos.

Supongamos que dividimos nuestra huerta en 4 partes. Pues la distribución de nuestra rotación de cultivos por exigencias sería:

Parcela 1: Destinada a las más exigentes
Solanáceas
Cucurbitáceas
Parcela 2: Destinada a las de exigencia media
Compuestas
Quenopodiáceas
Parcela 3: Destinada a otras de exigencia media (las que necesitan de un poco de aporte de compost muy descompuesto)
Liliáceas
Umbelíferas
Parcela 4: Destinada a las de baja exigencia
Crucíferas
Leguminosas

Lo que tenemos que hacer es ir rotando y pasando de más exigencia a menos exigencia de forma que que los cultivos de la parcela 2 pasen a la parcela 1, los de la parcela 3 a la parcela 2, los de la 4 a la 3, y los de la 1 a la 4.
Según lo voy escribiendo me doy cuenta de que mejor sería una imagen. Ahí os va un ejemplo que propone Mariano Bueno, en su libro Manual práctico del huerto ecológico.

Rotación de cultivos
Recordad que los cultivos plurianuales estarán fuera de esta rotación. Se propone una quinta parcela para plantar por ejemplo, fresa, alcachofa y espárrago.

Fuente: agromatica.com

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Cuando se trata del huerto, lo ideal es cultivar a partir de semillas. Suele ser más barato, ofrece más variedad y tiene un mayor índice de éxito que las plantas que se trasplantan de un lugar a otro. Pero puede ser un proceso difícil para los jardineros impacientes o principiantes que buscan satisfacción rápida.

Por suerte, hay una serie de verduras de crecimiento rápido que maduran en dos meses o menos. Así que, tanto si llegas tarde a la siembra de verano como si buscas llenar los huecos de tu jardín mientras cosechas otros cultivos, estas verduras son buenas para empezar.

Rábanos. Conocidos por su rápida producción, los rábanos pueden pasar de la semilla al plato en tan sólo tres semanas. Además, ocupan mucho espacio y no requieren mucho esfuerzo para crecer. Para obtener los mejores resultados, planta las semillas de rábano con una separación de unos dos centímetros en un lugar soleado de tu jardín. Prueba la crujiente variedad French Breakfast, que puedes cosechar en menos de 30 días. Tienen un sabor suave.

Bok Choy. Dependiendo de la variedad y del clima, el bok choy tarda entre 45 y 60 días en alcanzar la madurez. Las variedades pequeñas están listas incluso más rápido, en unos 30 días. No esperes a que toda la planta esté lista para cosechar para empezar a disfrutarla. Las plantas inmaduras proporcionan hojas y tallos más dulces y tiernos. Después de 21 días, puedes cortar unas cuantas hojas a la vez para mezclarlas en salteados o ensaladas.

Pepinos. Los pepinos pueden cosecharse en tan sólo 50 días después de su plantación, y a veces incluso antes si eliges una variedad mini como el pepino Green Light, una planta de alto rendimiento que producirá pepinos (y encurtidos, si decides hacerlos) durante todo el verano. Como les encanta trepar y expandirse, pon tu planta de pepino cerca de un enrejado o dale al menos dos metros de espacio abierto para que se extienda por el suelo. Consulta esta guía para cultivar pepinos.

Espinacas. Rápidas y sencillas de cultivar, puedes cosechar tu primera tanda de espinacas unas 4-6 semanas después de plantarlas. No dejes que las hojas verdes crezcan demasiado antes de recortarlas para usarlas en batidos, ensaladas, pastas o risottos. Cuando se trata de espinacas, lo mejor es cosechar poco y a menudo.
Brassica juncea. Las verduras como la col rizada y la berza tienen ciclos de crecimiento rápidos, pero si quieres algo diferente, prueba con las mostaza castaña. Esta planta con sabor a pimienta pasa de ser una semilla a una pequeña planta verde en tan sólo 25 días. Las plantas están listas para ser cosechadas entre 45 y 60 días.

Fuente: ecoinventos.com

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Las frutas y verduras son alimentos muy beneficiosos que debemos añadir en nuestra dieta diaria. Según la dieta mediterránea, es recomendable comer cinco piezas de frutas y/o verduras al día. Estos alimentos contienen nutrientes esenciales para el organismo y son una fuente de fibra, vitaminas, minerales, agua y sustancias antioxidantes, además de contener pocas calorías y poco colesterol. Además, favorecen a la salud cardiovascular, ayudan a depurar el organismo y también contribuyen a prevenir algunas enfermedades, como un resfriado.

Estos beneficios están de sobras comprobados, pero a ellos también se le tiene que añadir uno más: puede llegar a alargar la vida tres años. Esta es la conclusión a la que llegó un estudio realizado por científicos del Instituto Karolinska de Estocolmo.

Tres años más de vida
Para este estudio, el centro contó con la participación de más de 71.000 ciudadanos suecos, a las que se le hizo un seguimiento durante trece años. Los participantes eran hombres y mujeres de entre 45 y 83 años de edad, y durante todo el tiempo que duró el estudio, murieron 11.439 personas.

Los resultados que obtuvieron fueron que las personas que no consumían nunca ni fruta ni verdura, vivieron tres años menos y tuvieron una tasa de mortalidad mayor en un 53%, en comparación a aquellas personas que ingieran cinco piezas de frutas y/o verduras al día.

En cuanto a las personas que solo consumían una pieza de fruta, consiguieron vivir 19 meses más que aquellos que no comían ninguna a diario. Y en referencia a las verduras, aquellos participantes que consumieron 3 verduras al día consiguieron vivir 32 meses más que los que nunca comían verdura.

Por lo tanto, la incidencia del consumo de frutas y verduras en la salud y en la longevidad es clara después de comprobar los datos de este estudio.

Relación de la fruta y verdura con el estrés
Pero la ingesta de frutas y verduras no afecta tan solo en la longevidad, si no también en los niveles de estrés. Según una investigación de la Universidad Edith Cowan, en Australia, ingerir frutas y verduras a diario se asocia a un menor nivel de estrés.

Este estudio contó con la participación de 8.600 australianos, con edades entre 25 y 91 años, que formaban parte del estudio Australian Diabetes, Obesity and Lifestyle del Baker Heart and Diabetes Institute.

Los resultados que obtuvo el estudio fueron que los participantes que comieron un mínimo de 470 gramos de fruta y verdura a diario, tenían un 10% menos de estrés que aquellos que consumían menos de 230 gramos. El estrés prolongado puede provocar la aparición de enfermedades mentales, como la ansiedad y la depresión. Estos datos coinciden con la recomendación de la Organización Mundial de la Salud (OMS), ya que aconsejan que se ingiera 400 gramos de fruta y verdura al día.

Por lo tanto, las frutas y verduras son un elemento esencial en nuestra salud, ya que que permiten vivir más años y ayudan a vivirlos de una forma más feliz, ya que incide directamente en los niveles de estrés y, en consecuencia, en el bienestar de las personas. / Mundo Deportivo

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Incluir frutas y verduras en la dieta es algo saludable e indispensable para gozar de buena salud. Por ello, es claro que este tipo de alimentos tienen muchas propiedades que benefician nuestro organismo, mejoran nuestras defensas y nos previenen de muchas enfermedades. Sin embargo, antes de llevarlos a casa, ambos alimentos son susceptibles de contaminarse con muchos patógenos que afectan nuestra salud, no sólo por el hecho de estar expuestos directamente a los agentes de nuestro entorno, sino que también en el proceso de siembra y cultivo, donde son sometidos a fumigaciones con pesticidas altamente contaminantes.

Por lo general las frutas y verduras se consumen crudas y esto implica un mayor riesgo para la salud, es por eso que resulta muy importante aprender a lavar y desinfectar muy bien este tipo de alimentos, con el fin de disminuir notablemente el riesgo de sus diferentes contaminantes, que pueden estar presentes por la suciedad, el proceso de almacenaje, el transporte y, como decíamos anteriormente, el uso de químicos y pesticidas con los que son cultivados. ¿Quieres aprender a lavar correctamente las verduras y frutas? 

  1. En primer lugar debes tener en cuenta que lo mejor que puedes hacer para lavar tus frutas y verduras, es hacerlo antes de partirlas o pelarlas. Cuando lavas la fruta o verdura entera, evitas que los patógenos que hay sobre la corteza, se trasladen hasta el interior del alimento. Esto lo puedes hacer independientemente de que la vayas a consumir o no, con cáscara.
  2. También debes asear muy bien tus manos antes de manipular cualquier tipo de verduras y frutas. La higiene personal también jugará un papel muy importante en la no contaminación de este tipo de alimentos.
  3. Al seleccionar las frutas y verduras que vas a lavar, las debes poner al menos dos minutos bajo el grifo, o bien, puedes ponerlas en un recipiente con agua para ahorrar agua. Si tienen muchos excesos de suciedad, puedes ayudarte utilizando un cepillo o esponja limpia y libre de jabones.
  4. Es recomendado eliminar las hojas externas de algunas frutas y verduras, ya que pueden estar contaminados.
  5. Para desinfectar las frutas y verduras, hay varios trucos caseros que puedes tener en cuenta, ya que utilizan productos antibacteriales, capaces de combatir las bacterias en estos productos y disminuyendo el riesgo que tienen sus patógenos contaminantes.
  6. Después de seguir estos pasos, es importante también limpiar muy bien los utensilios de cocina a utilizar, para evitar que el alimento se contamine mientras se manipula en la cocina.

¿Cómo desinfectar las verduras y frutas?

Cuando ya hayas lavado tus frutas y verduras, y preferiblemente antes de cortarlas, lo ideal es desinfectarlas completamente, con algunos tips caseros muy efectivos.

Bicarbonato de sodio

Este producto es muy económico, fácil de encontrar y, por lo general, lo incluimos en la canasta familiar, ya sea con fines culinarios o para uno que otro problema de salud. Otra de sus virtudes es limpiar y desinfectar efectivamente, es por eso que lo podemos utilizar para darle una correcta limpieza a las frutas y verduras.

¿Cómo hacerlo?

Diluir una cucharada sopera de bicarbonato de sodio en un litro de agua, poner las verduras y/o frutas en remojo por 10 minutos y listo.

Vinagre

El vinagre es otro de los desinfectantes naturales más poderosos que podemos encontrar, pues elimina todo tipo de bacterias al ser antimicrobiano. Al igual que el bicarbonato, es un producto muy económico y que encontramos en la canasta familiar. Lo mejor de todo es que es bueno para la salud y no tiene componentes tóxicos.

¿Cómo hacerlo?

Diluir un vaso de vinagre en un litro de agua, posteriormente remojar las frutas durante 10 minutos u optar por rociar la mezcla con un spray antes de usar el alimento en las preparaciones de la cocina.

Limón

El limón es un alimento conocido por sus propiedades desinfectantes y antibacteriales, que se deben principalmente al ácido cítrico. Este alimento combinado con un poco de vinagre, hace un desinfectante natural, ideal para eliminar cualquier patógeno de tus frutas y verduras.

¿Cómo hacerlo?

En un recipiente mezcla muy bien partes iguales de agua, limón y vinagre. Posteriormente coloca a remojar las frutas y/o verduras a utilizar, dejando actuar por 10 minutos, para luego enjuagar, secar con una toalla limpia y posteriormente utilizar.

Evita una contaminación de E.coli y Salmonella en tus cultivos de lechuga y espinaca

Espinacas y lechugas son cultivos sujetos a contaminación periódica de E. coli y Salmonella. A continuación, expertos de la Universidad de California comparten su experiencia y lecciones aprendidas al examinar la ecología y la biología de estos peligrosos patógenos bajo ambientes de producción.

P1: Si hay agua o materia orgánica contaminada con bacterias en el campo de cultivo durante la siembra, las plántulas que están germinando ¿se infestarán? ¿Terminarán las bacterias en los productos cosechados?

En una prueba de campo, cepas de E. coli aplicadas en forma de aerosol base agua (para simular servicios de riego), así como cepas que se mezclaron con arena y fueron colocadas en bolsas de malla (simulando fuentes de contaminación), no sobrevivieron en suelo durante largos periodos de tiempo en condiciones de cultivo comercial. No se recuperó el inóculo del aerosol ni el de las bolsas mediante cultivo directo en cajas Petri; trabajamos con plantas de lechuga y espinaca que crecían en suelo inoculado, o cerca del inóculo en las bolsas.

P2: Las bacterias patógenas que afectan al ser humano ¿se “internan” en cultivos hortícolas de hoja grande que crecen bajo condiciones reales de campo?

“Internalización” es el fenómeno mediante el cual las raíces de las plantas absorben microorganismos y los transportan hacia las hojas y tallos aéreos.

Algunos estudios realizados en laboratorio y cámaras de crecimiento indican que las hortalizas de hoja grande pueden absorber E. coli de esta manera, contaminando hojas que podrían llegar a ser consumidas por el ser humano.

Establecimos pruebas en una operación comercial para investigar la internalización bajo condiciones de campo. Cuando se inocularon varias cepas genéricas de E. coli en las raíces de espinacas utilizando el sistema de cintilla riego por goteo, el follaje sobre la superficie del suelo no arrojó resultados positivos a E. coli con métodos de siembra directa.

La esterilización superficial de las plantas con cloruro de mercurio seguida por el cultivo enriquecido, dio como resultado una de cada 80 plantas con resultados positivos para las cepas genéricas de E. coli. Con base en este experimento, creemos que E. coli no se interna en las hortalizas de hoja larga que se cultivan bajo condiciones de campo.

P3: Dado que las bacterias pueden sobrevivir en los residuos de cultivos, ¿qué se puede hacer en el campo para mejorar la degradación y reducir el número de bacterias?

Se realizaron otros estudios para determinar si las prácticas de producción podían incrementar la muerte y reducir el número de los patógenos que vivían en los residuos de cultivos de lechuga y espinaca.

Simulamos la contaminación de la lechuga al inocular cultivos maduros de operaciones comerciales con cepas genéricas de E. coli y Salmonella. Las parcelas con lechuga fueron tratadas de manera diferenciada por medio del uso de la podadora, el rodillo de anillos, o al no tocar los cultivos contaminados.

Después de un periodo de retención, los cultivos contaminados fueron mezclados en el suelo por medio del disco. Un conjunto de parcelas que incluían todos los tratamientos de suelo recibió un tratamiento de riego durante una semana después del discado.

La supervivencia de E. coli y Salmonella fue monitoreada al muestrear el suelo y los residuos de cultivos desde el día de la incorporación y luego a los 1, 6, 11, 20 y 48 días después de la incorporación.

Después de 21 días, se plantó un segundo cultivo de lechugas en las parcelas originales y las plantas fueron muestreadas en la etapa de entresacado (27 días después de la emergencia), a fin de evaluar la transferencia de las cepas inoculadas a este cultivo que se había vuelto a sembrar.

Después de la incorporación del primer cultivo, las bacterias objetivo fueron cuantificables sólo en unas cuantas parcelas, durante la primera fecha de muestreo; sin embargo, fueron recuperadas en las pruebas tomadas en fechas posteriores a los 48 días después de la inoculación.

Ninguna planta de lechuga del cultivo secundario en ninguna de las parcelas arrojó resultados positivos a E. coli.

Fuente: mejorconsalud.com

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Apoyados con 250.000 libras de financiación, los médicos de cabecera de los distritos londinenses han empezado a recetar frutas y verduras a sus pacientes.

Las autoridades locales de Tower Hamlets y Lambeth y una organización benéfica local, que aportan los fondos, evaluarán si esta iniciativa piloto ayuda a combatir las enfermedades relacionadas con la dieta y la inseguridad alimentaria.

A los participantes (122 residentes) en el proyecto piloto se les recetarán, a lo largo de un año, vales de entre 6 y 8 libras a la semana, añadiendo 2 libras más a la semana para que cada miembro de la familia los gaste en comercios locales.

Si el proyecto piloto se considera un éxito, podría extenderse a todo el Reino Unido, siempre en función de la financiación disponible.

Fuente: www.pulsetoday.co.uk

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