Compartir:

Pedernales es el principal vestigio que se tiene hasta el momento con la mayor concentración de lo que hoy se denominan “tierras raras” en República Dominicana. Sin embargo, estas no son aprovechadas en ninguna forma a nivel local, más bien son “regaladas” a una empresa que, a su vez, las exportan hacia China “a cambio de nada”, aseguran expertos en la materia.

¿Qué son las tierras raras? ¿Qué importancia tienen? ¿Cuál es el contexto actual del país? Estos son 17 elementos de la tabla periódica agrupados en el bloque F y que pertenecen a la familia de los Lantánidos, los cuales tienen en común ser “excelentes” conductores de electricidad y tener propiedades magnéticas. En efecto, son vitales para la producción de energía limpia, el mundo aeronáutico, equipos médicos, armamentísticos y tecnológicos.

La demanda de tierras raras a nivel global para este año es de 62,230 toneladas métricas (TM). En 2024 aumentará un 2.2%, ya que se proyectan cerca de 63,610 TM y en 2025 alrededor de 4.5%, debido a que se estima que alcance las 65,040 TM, según Statista.

Para el 2040 se espera que las cifras aumenten de manera significativa, ya que se visualiza nada más en los vehículos eléctricos (usan un 25% de tierras raras), un parque vehicular del 50%. Estas son materias primas fundamentales para los principales sectores que mueven la economía mundial, aseguran los expertos, quienes indican que es la razón principal por qué las grandes potencias luchan por el control de estos minerales y países como China lo utilizan como estrategia geopolítica.

Realidad en República Dominicana

Para el catedrático y encargado de la Sección Ambiental del Laboratorio Científico de la Dirección General de Aduanas (DGA), Arismendis Gómez Pérez, el país tiene un alto potencial de yacimientos de tierras raras.

Asegura que estudios previos y el realizado por esa entidad confirman las expectativas, las cuales, de ser aprovechables y dependiendo la cantidad, uniría al país junto a Brasil, México, Venezuela, Chile y Bolivia a nivel regional. Pero, también, colocaría la mina criolla en los “ojos” de los mercados internacionales, ya que las grandes economías querrán adquirir el “codiciado mineral”. De acuerdo a los datos que elDinero tuvo acceso, en la mina Las Mercedes, provincia de Pedernales, se tiene presencia de al menos 13 de los 17 elementos de tierras raras.

En conjunto, su abundancia en la corteza terrestre se estima en 364 ppm (parte por millón), de los cuales, el samario (Sm) tiene la mayor preponderancia con el 71.4% al reportar 260 ppm. El Praseodimio (Pr) le continúa con el 9%, que equivale a 33 ppm, seguido del Itrio (Y) que reflejó el 5.4% con 20 ppm.

El Lantano (La) y Neodimio (Nd) reportaron el 4.4%, debido a que acumularon 16 ppm, respectivamente. Los demás (Escandio, Cerio, Prometio, Europio, Gadolinio, Terbio, Disprosio, Holmio, Erbio, Tulio, Iterbio y Lutecio), elementos con menor presencia, se reportaron por debajo de los cuatro ppm, según los estudios.

A enero 2023, el precio de estos elementos en el mercado chino varía según la demanda y el tipo de elemento. Van desde €14 por kilogramos (Kg), que es el más bajo como es el caso del Iterbio, hasta €1,880 / Kg que presenta el Terbio. Asimismo, de €1,185 por metro (Mt) que vale el Cerio a €106,613 / Mt, el cual refleja el Neodimio, de acuerdo al Instituto de Tierras Raras y Metales Estratégicos de Alemania (ISE, en alemán).

Gómez Pérez, investigador y egresado de Química de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), explica que el programa SYSMIN II del Servicio Geológico Nacional reportó alrededor de 1,723 ppm en las muestras recabadas a más profundidades en estos 13 elementos. En tanto, las revisadas por la Universidad de Barcelona arrojaron cerca de 1,250 ppm y el Laboratorio de la DGA registró 775 ppm, lo que indican datos positivos para ser explotados.

“Todo ese volumen y proporción de tierras raras se van en las exportaciones hacia China. El Estado tiene que hacer un alto con respecto a la explotación de la bauxita de Pedernales nuevamente, debido a que junto a este material están estos elementos, los cuales no se contemplan, no se cuantifican ni se recibe ningún tipo de ganancia o aprovechamiento para el país. El Estado está perdiendo en este contrato de venta que, por demás, está vencido”, sostiene Gómez.

Estudios concretos

Enmanuel Echavarría Lluberes, también investigador y profesor de Química de la UASD, concuerda sobre el potencial que tiene el país. Considera que aparte de Pedernales otras zonas que pudiera tener grandes concentraciones son Bonao y Monte Plata. En menor grado señala Cotuí, Independencia, Bahoruco y Hato Mayor. No obstante, “la única forma de estar seguro de lo que tenemos es mediante exploración minera, proceso que no ha encontrado voluntad política aquí”.

Fuente: eldinero.com.do

 

Compartir:
Compartir:

El limón es uno de los frutos más reconocidos debido a su versatilidad y propiedades medicinales. Se destaca por su alto contenido de vitamina C y minerales como calcio, hierro, magnesio, potasio y fibra.

Estos productos son una fuente de compuestos vegetales llamados flavonoides, que tienen efectos antioxidantes y antiinflamatorios. Según el portal Medical News Today, los antioxidantes ayudan a proteger las células del cuerpo del daño causado por factores adversos como los radicales libres, compuestos que generan el estrés oxidativo de las células.

Cáscara de limón
¿Cómo se toma el limón para desintoxicar el organismo y alcalinizar la sangre?
“Al reducir el daño celular, los antioxidantes también disminuyen el riesgo de muchas condiciones médicas, como enfermedades cardiovasculares, diabetes, obesidad y cáncer”, precisa la citada fuente.

Limón y corazón
Los limones son ricos en potasio y son aliados de la salud del corazón.
Además de las propiedades antioxidantes, según información del portal Nutrición y Farmacia, de España, al limón se le atribuyen otras bondades como las inmunoprotectoras. Esto debido a que es fuente de vitamina A, por lo que ayuda a aumentar la cantidad de anticuerpos, esenciales para proteger la salud.

Aliado de la sangre
Además, se dice que es beneficioso para conservar la sangre en buena condición. La mencionada fuente asegura que tiene efectos coagulantes, gracias a que con el calcio que ofrece al organismo, consigue mejorar la densidad de la sangre y mantenerla en los niveles adecuados. De igual forma, como es fuente de hierro, ayuda a aumentar la cantidad de hemoglobina en el organismo, facilitando que el oxígeno llegue a todo el cuerpo.

La cáscara de limón se puede aprovechar de múltiples formas

¿Qué personas no deben comer limón?
Un artículo publicado en el diario El Universal, de México, refiere un estudio publicado en The Journal of Clinical Endocrinology and Metabolism, en el que se concluye que los cítricos contienen una sustancia antioxidante llamada hesperidina. Este compuesto estimula la producción de óxido nítrico, un vasodilatador que relaja las paredes de las arterias, facilitando la circulación de la sangre.

El agua de limón ayuda a fortalecer el sistema inmune y a limpiar el organismo de impurezas.

Asimismo, el mencionado componente disminuye la inflamación y la rigidez de los vasos sanguíneos en personas con síndrome metabólico. Ambos factores están ligados a un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares, asegura la Sociedad Chilena de Obesidad, por lo que con su consumo regular se reduce la posibilidad de enfrentar este tipo de afecciones.

Un beneficio más relacionado con la sangre es que gracias a sus antioxidantes, este fruto cítrico ayuda a purificarla. “Gracias a esto, se facilita la eliminación de desechos y sustancias tóxicas presentes en el torrente sanguíneo, previniendo enfermedades relacionadas con el sistema circulatorio y cardiovascular”, precisa una publicación de la revista Mejor con Salud, escrito por Carolina Betancourth.

Una de las combinaciones líquidas más populares.
Beneficios de tomar agua tibia con limón antes de dormir
Mejora la circulación

De acuerdo con un estudio publicado en The Journal of Clinical Endocrinology and Metabolism, los cítricos contienen una sustancia antioxidante llamada hesperidina. Este compuesto estimula la producción de óxido nítrico, un vasodilatador que relaja las paredes de las arterias, facilitando la circulación de la sangre.

Asimismo, la hesperidina del limón disminuye la inflamación y la rigidez de los vasos sanguíneos en personas con síndrome metabólico. Ambos factores están ligados a un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares, asegura la Sociedad Chilena de Obesidad.

Circulación / Sangre
Los cítricos contienen una sustancia antioxidante llamada hesperidina.
Disminuye el colesterol

El buen funcionamiento de los vasos sanguíneos también depende de la cantidad de lípidos en la sangre. Cuando hay un exceso de grasas como los triglicéridos o el colesterol LDL (malo), se acumulan y se adhieren a las paredes de las arterias.

Con el paso del tiempo, este depósito de grasas, conocido como placa, se endurece, estrecha los vasos sanguíneos y limita el flujo de sangre rica en oxígeno hacia los órganos. A esta condición se le denomina aterosclerosis, indica el Instituto Nacional del Corazón, Pulmón y la Sangre de los Estados Unidos.

Para evitar este tipo de padecimientos, es importante mejorar los hábitos de alimentación e incluir más limón en las comidas. Un artículo de Cardiovascular Drug Reviews encontró que la naringenina del limón previene la acumulación de placa en las arterias.

Colesterol
El buen funcionamiento de los vasos sanguíneos también depende de la cantidad de lípidos en la sangre.

Reduce la presión arterial
Una investigación publicada en Journal of Nutrition and Metabolism demostró que la ingesta de limón disminuye la presión arterial sistólica, especialmente si se combina con actividad física; por ejemplo, tomando agua de limón después de una caminata diaria.

Este efecto se produce gracias al aumento de las concentraciones de ácido cítrico en la sangre y la micción frecuente por estimulación del metabolismo. La Clínica Mayo menciona que las propiedades diuréticas del limón eliminan el exceso de sodio del torrente sanguíneo y, por lo tanto, bajan la presión arterial.

Presión arterial alta
La ingesta de limón disminuye la presión arterial sistólica.
Evita la formación de coágulos

Un artículo de Pakistan Journal of Pharmaceutical Sciences concluyó que el jugo de limón tiene efectos anticoagulantes que podrían utilizarse para la prevención de la trombosis. Esta enfermedad ocurre cuando hay coágulos que bloquean los vasos sanguíneos e impiden el paso de la sangre, explica la Escuela de Medicina de la Universidad Johns Hopkins.

Algunas causas comunes de este padecimiento son la edad, el sobrepeso, el tabaquismo, el embarazo, las píldoras anticonceptivas, el reposo prolongado debido a hospitalizaciones o por estar sentado demasiado tiempo como en los viajes largos en auto o avión.

Investigadores de la Universidad Tokai Gakuen de Japón descubrieron que el jugo de limón previene la formación de coágulos en pasajeros de vuelos extensos, mejorando la circulación de la sangre en un 20 %. Esto se debe a su alto contenido en ácido cítrico y polifenoles.

creativa
El jugo de limón tiene efectos anticoagulantes que podrían utilizarse para la prevención de la trombosis. –

Previene la anemia
La anemia por deficiencia de hierro es un padecimiento frecuente en niños, informa el Instituto Nacional de Salud Pública. En México, por ejemplo, el 23, 3 % de los menores de cinco años sufren esta condición; del mismo modo, el 10 % de los niños de cinco a 11 años presenta una cantidad insuficiente de este mineral en la sangre.

La Clínica Mayo, por su lado, advierte que la anemia causa fatiga, debilidad, taquicardia, dificultad respiratoria, dolores de cabeza, mareos, aturdimiento, piel pálida y mayor riesgo de infecciones. Sin embargo, ello puede prevenirse con alimentos ricos en vitamina C como el limón. The British Journal of Nutrition probó que este cítrico ayuda a la absorción de hierro en el torrente sanguíneo.

Anemia
La anemia por deficiencia de hierro es un padecimiento frecuente en niños
Otras bondades

Una de las formas más comunes de aprovechar las propiedades del limón es consumiendo agua preparada con el zumo de este fruto. Según Medical News Today, uno de los beneficios de esta bebida es que ayudaría a bajar de peso, debido a que los limones contienen un tipo de fibra llamada pectina, que puede ayudar a reducir el apetito y la ingesta de calorías.

El toronjil sirve para tratar síntomas como dolor de estómago y el insomnio.
Consumir limón de manera regular le aporta diversos beneficios al organismo.
El jugo de limón es naturalmente bajo en calorías. Por esta razón, sustituir los refrescos azucarados con agua fresca con limón es una forma saludable de reducir la ingesta de calorías, un paso positivo si se quieren perder unos kilos. Sin embargo, sus resultados se darán si esta bebida se consume en el marco de una dieta saludable.

De igual forma, por su alto contenido de antioxidantes, vitaminas y minerales, esta fruta es un alimento diurético. Por ello, ayuda a eliminar líquidos y sustancias tóxicas retenidas en el organismo. Gracias a este beneficio, se considera indicado para limpiar el cuerpo y prevenir el desarrollo de algunas enfermedades.

Por último, gracias a su contenido de vitamina C y sus propiedades antibióticas y antivirales, el limón también es aliado de la salud respiratoria. Esta fruta ayuda a limpiar las vías respiratorias y fortalece el sistema inmunológico, lo que puede resultar positivo para hacerle frente a enfermedades como el asma, la bronquitis y otros problemas respiratorios, asegura Mejor con Salud.

Baja la fiebre
El consumo de agua caliente con limón es ideal para controlar la fiebre en casos de gripe. Así, este remedio ayuda a aumentar las defensas y reducir la temperatura corporal, porque aumenta la transpiración.

Fiebre
La fiebre normalmente es causada por una infección.
Reduce los problemas respiratorios

Por su alto contenido de vitamina C y sus propiedades antibióticas y antivirales, el limón también es uno de los mejores aliados de la salud respiratoria. Esta fruta ayuda a limpiar las vías respiratorias y también fortalece el sistema inmunológico, lo que puede resultar positivo para hacerle frente a enfermedades como el asma, la bronquitis y otros problemas respiratorios.

Getty Creativo
El limón también es uno de los mejores aliados de la salud respiratoria.
Aporta al cuidado dental
El jugo de limón puede funcionar para reducir el dolor de muelas cuando se aplica directamente en la zona dolorida. También es útil en casos de encías sangrantes, además de ser un gran aliado para blanquear los dientes y combatir el mal aliento.

Pero como todo, no se debe abusar de su uso directo para evitar correr riesgos, ya que el ácido a largo plazo podría afectar el esmalte de los dientes.

Dientes amarillos

El jugo de limón puede funcionar para reducir el dolor de muelas cuando se aplica directamente en la zona dolorida.

Contribuye con una piel saludable

El consumo diario de limón contribuye a tener una piel más saludable, radiante y joven. Así, puede utilizarse de manera tópica para tratar infecciones cutáneas, acné, exceso de grasa en la piel, cicatrices y manchas.

En todos estos casos, se debe aplicar en horas de la noche, ya que, si se expone al sol, podría tener efectos contrarios.

Piel sana gracias al uso de áloe vera
El consumo diario de limón contribuye a tener una piel más saludable, radiante y joven.
Elimina cálculos renales

Otro beneficio que se le atribuye al limón es el de acelerar la eliminación de los cálculos renales. Estos suelen formarse cuando se concentran niveles muy altos de minerales, con frecuencia como consecuencia de un desbalance en la alimentación.

Expertos aconsejan llevar una dieta baja en sal y tomar líquidos para prevenir los cálculos renales.

La ingestión de jugo de limón parece disipar el efecto de un gran número de citratos, que a su vez aumentan la excreción de oxalatos

Según este estudio publicado en los Archivos Españoles de Urología, “La ingestión de jugo de limón parece disipar el efecto de un gran número de citratos, que a su vez aumentan la excreción de oxalatos”. Razón por la cual el consumo de este cítrico resultaría efectivo.

Fuente: revistasemana.com

Compartir:
Compartir:

En el mercado podemos encontrar una gran cartera de abonos y fertilizantes para aplicar mediante riego o por vía foliar. Sin embargo, no nos debemos olvidar que estamos «jugando» con productos químicos y, por tanto, existen ciertas incompatibilidades.

fertilizantes

Cogemos un poco de ácido nítrico, lo mezclamos con urea, algo de calcio que le va bien a las plantas y, cómo no, un poquito de ácido fosfórico que también le irá bien. Lo mezclamos y nos encontramos con una precipitación de los líquidos que nos costará siglos quitar. Y, también, con una obstrucción de nuestros goteros que tendremos que solucionar manualmente o con estos métodos.

La importancia de saber qué fertilizantes añadimos al suelo

Aunque ya es un tema trillado en Agromática, no está de más volver a recordarlo. En los sacos de los abonos y fertilizantes que podemos comprar en almacenes agrícolas podemos ver números que no todo el mundo sabe interpretar.

Además, en el mercado podemos encontrar muchas formas de llegar al mismo sitio, pero por distintos caminos.

Pongamos por ejemplo que necesitamos aportar 100 U.F. (unidades fertilizantes) de nitrógeno a un cultivo, con lo cuál, podemos hacerlo de varias formas:

– Nitrato amónico

– N-32

– Sulfato amónico

– Ácido nítrico

Todas estas formas, con su distinta composición, son formas de aportar nitrógeno. Y eso que hemos puesto este ejemplo concreto, pues también lo podríamos haber realizado con fósforo y potasio, por ser los macronutrientes principales.

fertilizantes
Ahora bien, ¿qué diferencias puede existir entre uno y otro?
Con el nitrato amónico (33,5% – 34,5%), aportamos una parte como nitrógeno amoniacal y otra parte como nitrógeno nítrico. Es decir, el nítrico es la forma más simple y asimilable, y la que más rápido efecto va a hacer en el cultivo. El amoniacal necesita nitrificarse, es decir, oxidar el amonio a nitrito.

Tranquilo, eso no lo haremos nosotros, sino la temperatura, los microorganismos silenciosos, etc.

Con el sulfato amónico aportamos todo el contenido en nitrógeno (21%) en forma amoniacal, por lo que no actuará tan rápidamente en el cultivo. Además, aportaremos azufre (60%) al suelo, interesante para suelos alcalinos (¡pero no para suelos ácidos!).

Ya hemos podido distinguir entre dos abonos que aportan nitrógeno al suelo. Ahora bien, para llegar a las 100 U.F. de nitrógeno habrá que aportar diferentes kilos de estos abonos:

– Nitrato amónico (33,5%): 298 kg

– Sulfato amónico (21%): 476 kg

Las incompatibilidades entre los abonos
Ahora bien, el ejemplo anterior de saber distinguir y elegir entre distintos fertilizantes que aportan el mismo nutriente (nitrógeno en este caso) no termina aquí, pues ahora vamos a lo que queríamos hablar en el artículo: las incompatibilidades.

Pongamos el caso que queremos añadir a nuestra abonadora un NPK con el fin de poder aportar al cultivo los nutrientes principales que necesita.

En este caso, habría que estudiar qué fertilizantes son o no compatibles, para no tener problemas de mezclas.

Veamos la siguiente imagen

fertilizantes
Primero, aclarar una cosa:

I: incompatible.
X: compatibililidad limitada. Eso quiere decir que se pueden mezclar en el momento de abonar, pero no dejar mucho tiempo mezclados.

C: compatibles. ¡Todo Ok!

Si queremos abonar con sulfato amónico porque queremos descomponer la materia orgánica que tenemos y, además, aumentar el pH del suelo para liberar ciertos microelementos, debemos tener en cuenta que no podemos mezclarlo con nitrato cálcico (un abono muy común) ni con fosfato monoamónico. Este último, lo podríamos hacer con el nitrato amónico.

El calcio puede ser un fertilizante complicado
El calcio siempre ha sido muy puñetero. Hay veces que por mucho que aportemos Ca al suelo, nos salen problemas y deficiencias en el cultivo porque la planta no es capaz de movilizarlo. Incluso en los humanos pasa lo mismo y cuesta fijarlo, por lo que a menudo añaden vitaminas para ayudar en su asimilación. En la agricultura pasa lo mismo, solo que añaden elementos quelantes o citoquininas para facilitar su absorción radicular (o foliar).

Con el resto de fertilizantes también da problemas. Es muy puñetero. A menudo, obliga al agricultor a tener una segunda abonadora o bien, a abonar primero con una mezcla y luego otra sola para el calcio.

Como ves en la tabla, es incompatible casi con todo, exceptuando el ácido nítrico, el sulfato potásico y la urea, donde estos dos últimos hay que hacerlo en el momento de abonar.

Imagínate que mezclamos sulfato amónico con nitrato cálcico. ¿Qué obtenemos en nuestra cuba? ¡Yeso!

¡Y nada más! Sólo queríamos ofrecer esta tabla interesante que debe estar impresa en todo cabezal de riego.

Fuente: agromatica

Compartir:
Compartir:

El suelo está compuesto por minerales, materia orgánica, diminutos organismos vegetales y animales, aire y agua. Es una capa delgada que se ha formado muy lentamente, a través de los siglos, con la desintegración de las rocas superficiales por la acción del agua, los cambios de temperatura y el viento.

el suelo

Los plantas y animales que crecen y mueren dentro y sobre el suelo son descompuestos por los microorganismos, transformados en materia orgánica y mezclados con el suelo.

Los minerales provienen de la roca madre, que se deshace lentamente. También pueden ser aportados por el viento y el agua, que los arrastran desde otras zonas erosionadas.

La materia orgánica es el producto de la descomposición de vegetales y animales muertos. Puede almacenar gran cantidad de agua y es rica en minerales.

Los microorganismos o pequeños organismos son de dos tipos: los que despedazan la materia orgánica (insectos y lombrices) y los que la descomponen liberando los nutrientes (hongos, bacterias). Viven dentro del suelo y, además de intervenir para que la materia orgánica sea nuevamente utilizada por las plantas, ayudan a pulverizar las rocas. Lombrices e insectos forman poros que permiten la aireación, el almacenaje del agua y el crecimiento de las raíces.

La importancia del agua y el aire en el suelo
Agua y aire ocupan los poros, espacios entre las partículas de suelo que se producen por las irregularidades de su forma y tamaño. La distribución y tamaño de los poros es importante. Una excesiva cantidad de poros pequeños origina suelos compactos, pesados, húmedos y un pobre crecimiento de las raíces. Demasiados poros grandes forman suelos sueltos que se secan rápidamente. Cuando más pequeño es el poro, más difícil es para la planta absorber agua de él.

Los organismos del suelo y las plantas necesitan agua para vivir. Las plantas la utilizan para mantener sus tejidos, transportar nutrientes y realizar la respiración y nutrición. El agua del suelo es absorbida por las raíces y utilizada en el proceso de fotosíntesis. La disolución de minerales y materia orgánica en el agua facilita que sean captados por las plantas.

Cuando el agua del suelo escasea, se detiene el crecimiento de las plantas, que llegan a marchitarse y morir. Un exceso de agua desplaza el aire del suelo. Este es importante porque aporta oxígeno para la respiración de las raíces. Además es la fuente del nitrógeno que transforman las bacterias, haciéndolo aprovechable por las plantas.

Formas de vida
En el suelo se multiplican miles de formas de vida, la mayoría invisibles para nuestros ojos. Una hectárea de tierra fértil puede contener más de 300 millones de pequeños invertebrados: insectos, arañas, lombrices y otros animales diminutos.

La tierra que cabe en una cuchara puede encerrar un millón de bacterias, además de cientos de miles de células de levaduras y pequeños hongos.

Todos las sustancias que forman el suelo son importantes por sí mismas, pero lo fundamental es el equilibrio adecuado entre los diferentes constituyentes.

La materia orgánica y los microorganismos aportan y liberan los nutrientes y unen las partículas minerales entre sí. De esta manera, crean las condiciones para que las plantas respiren, absorban agua y nutrientes y desarrollen sus raíces.

Lombrices, bacterias y hongos también producen humus, que es una forma estable de materia orgánica. El humus retiene agua y nutrientes y ayuda a prevenir la erosión.

el suelo

En resumen, el manejo sostenible del suelo debe estimular la actividad de los microorganismos, manteniendo o aportando una cantidad adecuada de materia orgánica.

¿Cómo se forma el suelo?
La formación del suelo es un proceso muy lento: se precisan cientos de años para que el suelo alcance el espesor mínimo necesario para la mayoría de los cultivos.

Al principio, los cambios de temperatura y el agua comienzan a romper las rocas: el calor del sol las agrieta, el agua se filtra entre las grietas y con el frío de la noche se congela. Sabemos que el hielo ocupa más lugar que el agua, y esto hace que las rocas reciban más presión y se quiebren. Poco a poco se pulverizan y son arrastradas por las lluvias y el viento. Cuando la superficie es en pendiente, este sedimento se deposita en las zonas bajas.

Luego aparecen las pequeñas plantas y musgos que crecen metiendo sus raíces entre las grietas. Cuando mueren y se pudren incorporan al suelo materia orgánica que es algo ácida y ayuda a corroer las piedras.

Se multiplican los pequeños organismos (lombrices, insectos, hongos, bacterias) que despedazan y transforman la vegetación y los animales que mueren, recuperando minerales que enriquecen el suelo. Este suelo, así enriquecido, tiene mejor estructura y mayor porosidad. Permite que crezcan plantas más grandes, que producen sombra y dan protección y alimento a una variedad mayor aún de plantas y animales.

¿Cuáles son sus características?
Las características de cada suelo dependen de varios factores. Los más importantes son el tipo de roca que los originó, su antigüedad, el relieve, el clima, la vegetación y los animales que viven en él, además de las modificaciones causadas por la actividad humana.

El tamaño de las partículas minerales que forman el suelo determina sus propiedades físicas: textura, estructura, capacidad de drenaje del agua, aireación.

Los gránulos son más grandes en los suelos arenosos. Estos son sueltos y se trabajan con facilidad, pero los surcos se desmoronan y el agua se infiltra rápidamente. Tienen pocas reservas de nutrientes aprovechables por las plantas.

Los suelos limosos tienen gránulos de tamaño intermedio, son pesados y con pocos nutrientes.

Los suelos arcillosos están formados por partículas muy pequeñas. Son pesados, no drenan ni se desecan fácilmente y contienen buenas reserva de nutrientes. Al secarse se endurecen y forman terrones. Son fértiles, pero difíciles de trabajar cuando están muy secos.
Los suelos francos
Los suelos francos son mezclas de arena, limo y arcilla. Son fértiles y al secarse forman pequeños terrones que se deshacen. Un suelo con una composición equilibrada de cada mineral es un suelo agrícola fácil de trabajar y con buenas reservas de nutrientes. Mantiene la humedad a pesar de drenar libremente.

Cuando los poros entre las partículas de suelo son muy pequeños, se favorece la retención de agua y el encharcamiento. La presencia de materia orgánica permite que el agua se impregne e infiltre lentamente, logrando así que las raíces la aprovechen mejor. A su vez, la presencia de materia orgánica permite limitar la pérdida de nutrientes y facilita que sean captados por las plantas.

el suelo

Los suelos no tienen una estructura uniforme: están constituidos por capas que se diferencian por el tamaño y composición de las partículas. La capa superficial es más compacta, se seca con rapidez y está poblada por pocos organismos, especialmente lombrices. Por debajo de ella, está el humus, donde se acumulan microorganismos y nutrientes.

Las propiedades químicas del suelo dependen de la proporción de los distintos minerales y sustancias orgánicas que lo componen. El contenido de nitrógeno, fósforo, potasio, calcio y magnesio debe ser abundante y equilibrado. La materia orgánica siempre contiene carbono, oxígeno e hidrógeno, además de otros elementos. Al despedazar y descomponer las plantas y animales muertos, los microorganismos liberan los nutrientes permitiendo que puedan ser utilizados nuevamente.

Las propiedades físicas y químicas del suelo, unidas a los factores climáticos, determinan los vegetales y animales que pueden desarrollarse y la forma en que se debe cultivar la tierra.

La fertilidad en el suelo
Sabemos que para crecer las plantas precisan agua y determinados minerales. Los absorben del suelo por medio de sus raíces. Un suelo es fértil cuando tiene los nutrientes necesarios, es decir, las sustancias indispensables para que las plantas se desarrollen bien.

Las plantas consiguen del aire y del agua algunos elementos que necesitan, como el carbono, el hidrógeno y el oxígeno. Otros nutrientes esenciales están en el suelo: aquellos que los vegetales requieren en grandes cantidades se llaman nutrientes principales.

Son el nitrógeno, el fósforo, el potasio, el calcio y el magnesio. Proceden de las rocas que dieron origen al suelo y de la materia orgánica descompuesta por los microorganismos. Los nutrientes deben estar siempre presentes en las cantidades y proporciones adecuadas.

Un suelo es fértil cuando:
Su consistencia y profundidad permiten un buen desarrollo y fijación de las raíces.

Contiene los nutrientes que la vegetación necesita.

Es capaz de absorber y retener el agua, conservándola disponible para que las plantas la utilicen.

Está suficientemente aireado.

No contiene sustancias tóxicas.

Los suelos naturalmente cubiertos de vegetación conservan su fertilidad. Un ejemplo es el bosque: las raíces de los árboles sujetan la tierra, el follaje de las copas suaviza el impacto de la lluvia y la fuerza del viento. Las hojas secas que caen (hojarasca), junto con los animales muertos y sus excrementos, se pudren y son descompuestas por los microorganismos, formando humus.

El humus es un abono orgánico que enriquece el suelo, aumenta la porosidad superficial, absorbe el agua lentamente y la retiene. Así, el suelo permanece húmedo por más tiempo, el agua no se escurre por su superficie y no se produce arrastre de tierra.

La sombra de los árboles permite el desarrollo de otras especies vegetales que no pueden crecer a pleno sol, como los helechos, orquídeas, musgos y líquenes. Diversos insectos y pájaros se alimentan de sus frutos y ayudan a la multiplicación de las plantas colaborando en la polinización de las flores y en la diseminación de las semillas.

el suelo

Cubiertas vegetales
También protegen el suelo las praderas de pastos bajos y tupidos: las gotas de lluvia y los vientos llegan al suelo a través de las hojas que atenúan su impacto y la tierra se mantiene entre sus raíces entrelazadas. El suelo es rico en humus debido al constante aporte de materia orgánica.

Los terrenos cultivados gastan lentamente sus nutrientes y están más expuestos a la pérdida de suelo. El suelo arado opone menos resistencia a ser arrastrado por el agua y el viento. La erosión se intensifica en terrenos en pendiente y no protegidos por cortinas rompevientos y setos vivos, formados por árboles y arbustos.

Además, el producto de la cosecha se usa como alimento o como materia prima para algunas industrias y no regresa al suelo para enriquecerlo. Si no actuamos para reponer la fertilidad perdida, después de varios años de cultivo continuo la tierra se agota. Por eso debemos cuidar el suelo que cultivamos, incorporando abono y materia orgánica.

Si queremos sostener nuestro productividad, base de nuestro desarrollo, debemos proteger el suelo. Su degradación tiene numerosas causas, pero las que agotan rápidamente la tierra son la erosión, la contaminación, la sobreexplotación de los pastos y la destrucción de los bosques.

La erosión en el suelo
El suelo que utilizamos para la agricultura es una capa delgada que descansa sobre una base de rocas. Esta capa necesitó muchos siglos para formarse, pero puede ser destruida en pocos años si no se la usa con cuidado. Los suelos que se originan a partir de la roca madre crecen un centímetro en un período que puede durar varios cientos de años. Sin embargo, los terrenos pueden degradarse con rapidez, volviéndose estériles.

Además, sólo el 12% de la superficie de la tierra es fácilmente cultivable. Son más abundantes las zonas difíciles de trabajar. Los obstáculos posibles son varios: sequía por falta de lluvia, temperaturas muy bajas, suelos no fértiles por carencia de nutrientes minerales o por contener exceso de sal, terrenos siempre cubiertos de nieve o hielo o con pendiente muy acentuada.

Varios peligros amenazan el suelo: la pérdida de fertilidad, la contaminación y la desaparición del suelo mismo debido a la erosión. Muchas veces la pérdida de fertilidad o la contaminación acaban con la vegetación y el suelo desprotegido se erosiona rápidamente. Así, estos efectos se producen en la misma zona, uno después de otro.

La pérdida de fertilidad en el suelo
La pérdida de fertilidad y la contaminación se deben a cambios en la composición del suelo. Sabemos que para crecer la vegetación necesita nutrientes de los que se alimenta. Y que existen sustancias que son tóxicas para las plantas, que actúan como verdaderos venenos.

Las plantas absorben por las raíces determinados elementos, imprescindibles para su desarrollo, especialmente nitrógeno, fósforo, potasio, magnesio y calcio. Estos minerales se reducen con los cultivos. Si no son reemplazados con el agregado de abono y materia orgánica, la fertilidad del suelo disminuye hasta agotarse.

La contaminación es otra forma de deterioro del suelo debida a sustancias químicas dañinas para la vegetación, los animales o para la salud humana. Puede estar causada por el agua de riego contaminada por letrinas y pozos negros o por desechos mineros o industriales. También contaminan ciertos insecticidas y herbicidas, que destruyen especies no nocivas e incluso perjudican la salud de las personas.

Más sobre la erosión del suelo
Se llama erosión al desgaste, arrastre y pérdida de partículas de suelo. Se produce por acción del agua y del viento sobre zonas no protegidas:

Las gotas de lluvia caen con fuerza sobre el suelo deshaciendo progresivamente su estructura. El agua, al escurrirse, quita partículas y nutrientes al suelo y los transporta a las zonas bajas. Los arroyos y ríos arrancan la tierra de las riberas. El material arrastrado se sedimenta y rellena cauces y embalses, aumentando la probabilidad de inundaciones.

El viento también arrastra partículas de tierra fértil, especialmente cuando está recién removida o en los períodos de sequía, produciendo en algunos lugares verdaderas tormentas de polvo.

el suelo

El suelo se mantiene debido a la capa de vegetación que lo cubre. Las hojas atenúan el impacto de la lluvia, del calor del sol y de los vientos fuertes sobre el suelo y las raíces ayudan a sostenerlo. El follaje que cae forma una capa de protección, y contribuye a la formación del humus.

Al disminuir la vegetación, disminuye el aporte de materia orgánica y la densidad de las raíces que ayudan a sujetar el suelo. Desciende la actividad de los microorganismos y el suelo pierde fertilidad. Asimismo, pierde porosidad y estructura, haciéndose más erosionable.

En resumen, cuando el suelo se empobrece y se reduce la vegetación que crece en él y ayuda a fijarlo, aumenta la erosión causada por la lluvia y el viento.

Otras causas que aceleran la erosión son la destrucción de los bosques, la labranza inapropiada y el pisoteo excesivo del ganado sobre un suelo limitado (sobrepastoreo).

La capa fértil
El arrastre de la capa fértil es mayor con las lluvias intensas y en las laderas no protegidas. El agua no alcanza a infiltrarse y fluye por la superficie cargada de partículas de tierra. Luego se concentra en chorros que cavan surcos de pocos centímetros de profundidad, en los que el líquido corre a mayor velocidad. En esta etapa la erosión ya causa graves daños, pero puede ser detenida con barreras de piedras, cultivando en andenes perpendiculares a la pendiente, sembrando pastos que cubran el suelo y construyendo zanjas de escurrimiento.

Si no se toman medidas adecuadas, los regueros se unen, aumenta su caudal y cavan barrancos que se desmoronan.

La tierra es arrastrada y se forman socavones o cárcavas. La situación es muy grave y no sólo hay que detener el agua en la parte superior, sino que es necesario proteger el suelo que todavía queda en los bordes del barranco, sembrando hierbas, arbustos y árboles para que sujeten el terreno con sus raíces.

Cuando la erosión avanza, el terreno queda surcado por cárcavas y desaparece la capa fértil. En las zonas bajas aumentan las inundaciones. La tierra transportada es lavada de sus nutrientes y mezclada con pequeñas piedras. Este sedimento recubre con una capa estéril las tierras de los valles, perjudicando los cultivos.

¿Qué debemos hacer para conservar el suelo y mantener su fertilidad?
La cantidad de tierra que disponemos para cultivar es escasa y debe ser usada cuidadosamente y aplicando medidas de conservación apropiadas.

Un adecuado manejo del suelo ayuda a mantenerlo, restaurarlo y a mejorar su calidad. Para asegurarnos buenas cosechas durante muchos años, es importante que sepamos qué es y cómo se produce la erosión. Además, debemos conocer y utilizar técnicas de cultivo que eviten la pérdida de suelo y conserven su fertilidad.

Los métodos usados para prevenir la erosión ayudan a sujetar el suelo, reduciendo el impacto del agua y del viento para evitar que lo arrastre. La pérdida de la fertilidad se combate reponiendo en el suelo los nutrientes y la materia orgánica que los cultivos y la misma erosión se llevan.

La pérdida de suelo es más intensa en zonas en pendiente porque en ellas el agua corre con más fuerza.
Para impedir que el agua y el viento se lleven partículas de tierra, podemos usar algunas técnicas que son muy eficaces a pesar de su sencillez. Se trata de prácticas para conservar el suelo y el agua.

Cuando cultivamos suelos de laderas, hay que realizar las operaciones de cultivo en sentido perpendicular a la pendiente o en curvas de nivel. De esta manera, cada surco actúa como una barrera que frena el movimiento del agua. Al disminuir la escorrentía superficial, la capa fértil no es arrastrada. Además, lograremos un mayor aprovechamiento del agua que aumenta su penetración al correr más lentamente.

La cobertura vegetal (pastos tupidos, residuos de cosecha), además de enriquecer el suelo, ayuda a protegerlo contra la erosión, especialmente en la época de lluvias. En la época de sequía, evita que el suelo se reseque, al disminuir la pérdida de agua por evaporación. Es posible sembrar cultivos de cobertura entre un ciclo agrícola y otro.

Asimismo, la utilización del rastrojo como cobertura ayuda a controlar las malezas y aumenta la materia orgánica y la fertilidad.

El viento y la lluvia
Para defender al suelo de la erosión provocada por el viento y la lluvia es necesario usar barreras. Pueden ser barreras vivas, formadas por franjas de árboles y arbustos de hojas perennes y crecimiento denso, transversales a la dirección del viento y a la pendiente del terreno.

También es útil construir barreras hechas con piedras para evitar que el agua se escurra rápidamente y arrastre partículas de suelo. La tierra retenida se acumula y es excelente para agregarla a los cultivos.

Las zanjas y acequias permiten capturar el agua de escorrentía, que puede ser acumulada allí (surcos de infiltración), o puede ser llevada fuera del terreno (zanjas de drenaje y canales de desviación) hacia tanques para almacenarla.

Las terrazas
Las terrazas o andenes: hay terrenos de pendiente muy acentuada, y en ellos la construcción de terrazas ayuda a que el agua se absorba, evitando que arrastre el suelo y lo erosione. Además se obtienen superficies planas y más profundas, lo que permite sembrar diversos cultivos. Pueden construirse pequeñas terrazas individuales y circulares, en las que se planta, generalmente, un frutal.

La labranza mínima limita la roturación del suelo a los surcos donde se va a sembrar. El resto del terreno queda sin tocar. Este tipo de labranza permite mantener la estructura del suelo, disminuyendo el arrastre ocasionado por la lluvia y el viento.

El control de cárcavas: las cárcavas son zanjas causadas por el agua, que socava el suelo y se lo lleva. Dificultan la agricultura y tienden a agrandarse, aumentando la erosión y los desmoronamientos de tierra. Para controlarlas, hay que detener el flujo de agua que las forma.

Después hay que intentar su recuperación, construyendo muros de piedras dentro de la cárcava para que se acumule tierra. También se pueden sembrar barreras vivas, por ejemplo, pastos. Para fijar sus bordes, se plantan árboles.

Es importante evitar el sobrepastoreo. Cuando se concentra el ganado, el pisoteo constante compacta el suelo. Al alimentarse selectivamente de los pastos que prefieren, estos desaparecen poco a poco.

el suelo

Conservación de la fertilidad
La conservación de la fertilidad se consigue reponiendo en el suelo los nutrientes y la materia orgánica que los cultivos y la erosión se llevan.

Prácticas que ayudan a conservar la fertilidad son la rotación de cultivos y los cultivos asociados.Rotar los cultivos es sembrar diferentes cultivos en un mismo terreno, durante años sucesivos. Cada especie utiliza con mayor intensidad nutrientes diversos y sus raíces llegan a distinta profundidad. Así, mientras un cultivo utiliza ciertos nutrientes, se están regenerando los nutrientes que tomó la cosecha anterior. Esta rotación ayuda también a disminuir las plagas, ya que al año siguiente no encuentran los vegetales que atacan específicamente.

La asociación de cultivos es la siembra de diferentes especies vegetales en un mismo año.Cada cultivo absorbe los nutrientes que necesita sin competir con los otros.

El maíz sirve de apoyo para que trepe el frijol.

La calabaza da sombra al suelo, conserva la humedad y evita que crezcan las hierbas.Si se siembra maíz, frijol y calabaza:

El frijol, que es una leguminosa, fija el nitrógeno, enriqueciendo el suelo.

La importancia de la materia orgánica
Reposición de materia orgánica. Esta reposición puede ser natural, cuando se deja descansar el suelo y se espera que crezca nuevamente la vegetación. Pero también es posible enriquecerlo usando composte, agregando estiércol de los animales o enterrando los restos de las cosechas. Otra posibilidad es usar abonos verdes, como el chocho o tarwi, cultivos que no se recogerán porque sirven para nutrir los suelos. Se entierran en la época de floración, que es cuando acumulan la mayor cantidad de nutrientes.

La materia orgánica del suelo no sólo lo enriquece de nutrientes, también lo hacen más esponjoso, lo que permite que retenga la humedad y esté mejor aireado.

Plantación de leguminosas: algunas plantas como el frijol, el garbanzo, las habas, la alfalfa, el trébol, la soya y las acacias tienen en sus raíces nódulos con bacterias que toman el nitrógeno del aire y lo fijan en el suelo. De esta manera, el nitrógeno es utilizado como nutriente por otras especies.

Los fertilizantes minerales pueden ser usados pero siempre con moderación y precaución al aplicarlos. Es necesario conocer previamente qué mineral falta en el suelo y agregarlo en las proporciones necesarias para las plantas que deseamos cultivar. Si se usan en exceso pueden dañar los cultivos y matar a los microorganismos del suelo.Debemos recordar que son compuestos químicos que tienen los nutrientes necesarios para las plantas, pero no mejoran la calidad del suelo porque no contienen materia orgánica, como los abonos verdes, el composte y el estiércol.

Otras soluciones
Cuando la erosión es muy avanzada es necesario encontrar soluciones que abarquen la cuenca en su totalidad. El agua debe ser detenida en las zonas donde cae, porque la pendiente contribuye a que aumente su fuerza y velocidad y destruya las obras de protección.

Fuente: fao.org

Compartir: