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En general, los conocidos como frutos del bosque, son frutos que no se consumen muy a menudo. No las encontramos habitualmente en fruterías y tenemos que ir a sitios casi gourmet para poder encontrar pequeñas bandejas de unos pocos gramos a precios que superan incluso los de buenas piezas de carne. Vamos a ver las condiciones de cultivo de la frambuesa.

Cultivamos ricas y aromáticas frambuesas
Creo que a poca gente conozco que no le gusten las frambuesas. En general, los conocidos frutos del bosque (fresa, frambuesa, arándano, mora, grosellas…) son manjares que gustan a todo o casi todo el mundo. Es toda una delicia andar por el monte en septiembre y octubre y encontrarte con una zarzamora y ponerte «morado». La frambuesa es más complicada de encontrar asilvestrada pero es posible.

Su consumo en natural es delicioso pero comprarlas puede ser caro, básicamente por la delicadeza de los frutos al transporte, manipulación y caducidad que suele ser muy rápida. Son muy aromáticas y su uso en mermeladas, tartas, confituras, jaleas, licores es más que conocido.

Orígenes y distribución de la frambuesa
El frambueso o planta de frambuesa (Rubus idaeus L.) es originario de Europa y cerrando un poco más el cerco se cree que puede ser Grecia la que tuvo frambueso en sus orígenes. Posteriormente se extendería por el resto de Europa y Asia y a día de hoy resulta una planta naturalizada en todos los continentes.

Clima y suelo
Contrario a lo que se pueda pensar por la delicadeza de los frutos, es una planta muy muy resistente al frío invernal. Por otro lado, también aguanta los veranos de calores extremos incluso. El problema llega, como siempre, con las heladas de primavera que echan al traste con la floración y/o cuajado de los frutos. En cuanto a la luz es preferible que la tengan aunque en exceso en verano puede estropear los frutos.

En el suelo tiene unas preferencias un poco más delicadas. Si la fracción de arena es demasiado alta, el suelo no retendrá la humedad suficiente para su crecimiento. Si el suelo retiene demasiada agua llegando al punto del encharcamiento, la planta morirá sin remedio por asfixia radicular. De hecho, no hace falta ni siquiera encharcar el suelo para que la planta sufra. Por tanto necesita suelos francos ligeramente arenosos, que retengan la humedad pero suficientemente permeables, ligeros y muy nutridos en materia orgánica. El pH preferido es ligéramente ácido llegando a la neutralidad (entre 6 y 7,5 aprox.)

Aspectos importantes del cultivo
Entutorado
Desde un punto de vista de producción a gran escala, el entutorado resulta necesario porque las ramas se curvan con el peso de los frutos, llegando a romperse con mucha facilidad. Uno de los métodos más comunes de entutorado es la espaldera.

Riego
Es un aspecto que hay que tener muy controlado porque la planta es muy sensible al exceso de humedad y a la sequía. Se suelen realizar riegos cortos y abundantes en verano por microaspersión para que la planta no sufra de exceso de humedad ni sufra con periodos de sequía.

Poda
Las podas son importantes y habrá que hacer 1 o 2 podas en función de la variedad ya sea remonante o no remontante. En las variedades explicamos cuál es cada una.

Para variedades remontantes: Una poda después de la recolección en la que se eliminan las ramas que han dado fruto. En invierno se hace una segunda poda, limitando el crecimiento vegetativo, rebajando las ramas y eliminando brotes débiles
Para variedades no remontantes: Sólo será necesaria la poda de verano que hemos comentado para las anteriores.

Variedades
Existen unas cuantas variedades de ellas, cruces, híbridos e incluso cruces con moras pero hay una clasificación muy clara para ciertas variedades. Remontantes y no remontantes.

frambuesa amarilla
Variedad de frambuesa amarilla

Las variedades remonantes: fructifican el mismo año de su formación en otoño y en verano del año siguiente. Esto supone dos producciones en el mismo año. Aunque sean más productivas, por lo general el fruto es más pequeño y de menor calidad que las no remontantes

Variedades no remonantes: producen una sola producción anual en verano pero tienen la ventaja de ser frutos más aromáticos, grandes, uniformes y con mejor sabor. No hay duda de cuáles son las preferidas con fines comerciales. Las remontantes suelen ser más utilizadas con fines ornamentales.

Fuente: agromatica.es

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Los periodos de calor extremo conocidos como ‘ola de calor’ pueden causar distintos efectos adversos en los cultivos (golpes de calor) y, si no se toman las precauciones adecuadas, incluso dañar a la planta y al fruto, o bien disminuir su calidad.

Además de posibles fisiopatías en el vegetal, las altas temperaturas producen un aumento de plagas en determinados cultivos. ¿Cómo afrontar con éxito todas estas complicaciones?
Las plantas tienen una gran capacidad de adaptación a cambios externos, pero siempre hay unos límites que puede que no soporten o que mermen su capacidad de producción y calidad de la cosecha. Por encima de los 40-50 grados, la actividad del vegetal decrece e incluso se empiezan a destruir tejidos enzimáticos.

Y es que las variaciones drásticas de temperatura pueden afectar a la morfología, la anatomía, la bioquímica y la fenología del vegetal.

Posibles consecuencias de los golpes de calor

Estrés hídrico

El daño causado por elevadas temperaturas está comúnmente asociado con el estrés hídrico. El sistema radicular no es capaz de suministrar a las hojas el agua necesaria para la transpiración, las hojas cierran sus estomas intentando conservar agua, detienen la evaporación y reducen el beneficioso efecto de enfriamiento, así como el crecimiento del vegetal.

Es por ello que en la medida en quelas plantas puedan transpirar libremente también podrán hacer frente a las altas temperaturas.
Problemas en la fotosíntesis

A medida que aumenta la temperatura aumenta la actividad fotosintética de la planta, hasta llegar a un máximo (en torno a los 30 grados, según cultivo) a partir del cual decrece también por destrucción de los sistemas enzimáticos del vegetal. Traspasada esa temperatura, la planta gasta más energía de la que ingresa para hacer sus funciones fisiológicas.
Marchitamiento

La transpiración acentuada por altas temperaturas puede producir un marchitamiento temporal que puede llevar a la muerte de la planta. Al tener que consumir sus propias sustancias de reserva se puede llegar a la muerte por inanición.

Las altas temperaturas producen, en esta línea, alteraciones en las funciones fisiológicas. Por ejemplo, se eliminan con mayor dificultad los productos finales metabólicos, pudiendo provocar el autoenvejecimiento de las células. Por tanto, se puede dar el atabacado y necrosis de hojas y brotes y, como consecuencia, el árbol se defolia.
Color y calidad de los frutos por efecto de los golpes de calor

Los frutos de los árboles, sobre todo a partir de que toman su color característico, son muy sensibles a temperaturas elevadas. Por encima de los 35-40 grados es frecuente el ablandamiento y oscurecimiento de su interior. En otros casos provoca lesiones en la epidermis en forma de manchas o llagas, que se suberifican, afeando y depreciando la fruta.

Cuando el golpe de calor coincide con la maduración se puede producir una caída masiva de fruta por formación precoz de la capa de abscisión en los pedúnculos.

En tomates, por ejemplo, el calor afecta tanto a la duración como al color del fruto, pues en la formación de pigmentos influye mucho la temperatura. Es recomendable que esté por debajo de 28 grados para que no se produzca decoloración.

En el caso de las viñas, una subida brusca de las temperaturas se manifiesta en forma de quemaduras en las hojas y partes tiernas de los brotes, y en el enrojecimiento del fruto.
Quemaduras

golpes de calorLa alta intensidad de la luz y el calor pueden incidir en la destrucción de la clorofila en las hojas. Las hojas de la parte soleada de la planta o aquellas que reciben una alta temperatura pueden exhibir muerte del tejido en sus márgenes o en áreas grandes entre las venas.

Asimismo, pueden quemar y matar el cambium (capa de células que crece justo debajo de la corteza) de los árboles de corteza delgada y los trasplantados o podados recientemente. Estas condiciones predisponen al área dañada al ataque de hongos.

Más vulnerables a la necrosis apical

La necrosis apical está asociada a la falta de calcio. Ante una situación de altas temperaturas y una elevada transpiración, el calcio, que se mueve en la planta con el flujo de agua, se desplaza hacia las zonas de mayor transpiración, las hojas, y no hacia los frutos, de forma que se produce una deficiencia de este elemento en estos últimos.

Alerta con las plagas

Otra cuestión que hay que tener en cuenta es que cuando hay condiciones desfavorables de estrés la capacidad de respuesta de la planta si aparece alguna plaga siempre es menor.

Hay ciertas plagas que aparecen en condiciones de sequía y calor. Así, las altas temperaturas pueden producir un aumento de plagas como la araña roja, además de un descenso drástico de la población de los agentes auxiliares que controlan sobre todo a los ácaros.
golpes de calor
Acciones correctoras y preventivas
La prevención más básica consiste en aumentar la frecuencia de los riegos o recurrir a técnicas como la nebulización o el sombreado en los invernaderos. La RAIF recomienda aumentar la frecuencia de riegos con pequeñas dotaciones de agua en las horas de máximo calor, o bien un riego más copioso en las calles del cultivo para amortiguar el efecto térmico.

La nutrición y la bioestimulación también son esenciales para superar con éxito las situaciones de calor extremo. Los productos que ejercen como agente osmótico del citoplasma celular del vegetal suponen una gran ayuda para abrir los estomas y regular el balance hídrico de la planta.

En esta dirección actúan los bioestimulantes que, además, interviene en la formación de clorofila y provoca un aumento adicional de la fotosíntesis. Esta referencia, también influye en los mecanismos de fortalecimiento de las paredes celulares del vegetal ayudando a reconstruir los tejidos.

La acciónde loas bioestimulantes en los golpes de calor

La formulación de algunos bioestimulantes incluyen, entre otros elementos, osmoprotectores como la prolina, aminoácido que tiene un papel fundamental en el equilibrio hídrico, mantiene la fotosíntesis en condiciones adversas y favorece la apertura estomática. También aporta glicina, un osmoprotector que equilibra el intercambio de agua entre la planta y el medio.

Éste es el principal aminoácido con acción quelante y el mayor pilar estructural de la clorofila y los citocromos, participa en los sistemas de resistencia de la planta junto con la lisina e interviene además en la síntesis de las porfirinas, en la formación del tejido foliar, en la polinización y la fecundación.

Para atajar el problema de la necrosis apical, que se puede acentuar con las altas temperaturas y que se da principalmente en tomate y pimiento, se puede recurrir al suministro de calcio mediante fertilizantes y enmiendas agrícolas en las que indican su medida de calcio en CaO.

Las plagas en los golpes de calor
Contra las posibles plagas, además del riego, que logra un aumento de humedad ambiental haciendo descender la temperatura y favoreciendo la actividad de los insectos auxiliares, en los golpes de calorse puede recurrir a insecticidas naturales, que se combina perfectamente con la lucha integrada ya que respeta la acción de los agentes auxiliares.

Su aplicación produce alteraciones inmediatas en la transmisión del impulso nervioso del insecto y es especialmente eficaz en hortícolas y ornamentales herbáceas y leñosas.

Abonar con anterioridad de forma suficiente y con un fertilizante de calidad y emplear bioestimulantes que fortalezcan el cultivo favorecerá la resistencia natural de las plantas a plagas y enfermedades. Además de su eficacia correctora, los bioestimulantes brindan grandes efectos con carácter preventivo, ya que aumenta la eficiencia del metabolismo vegetal, mejora la fertilidad del suelo y el desarrollo de microorganismos beneficiosos y facilita la asimilación de nutrientes, su traslocación y su uso por parte de la planta.

Fuente: interempresas.net

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Las frutas y verduras son alimentos muy beneficiosos que debemos añadir en nuestra dieta diaria. Según la dieta mediterránea, es recomendable comer cinco piezas de frutas y/o verduras al día. Estos alimentos contienen nutrientes esenciales para el organismo y son una fuente de fibra, vitaminas, minerales, agua y sustancias antioxidantes, además de contener pocas calorías y poco colesterol. Además, favorecen a la salud cardiovascular, ayudan a depurar el organismo y también contribuyen a prevenir algunas enfermedades, como un resfriado.

Estos beneficios están de sobras comprobados, pero a ellos también se le tiene que añadir uno más: puede llegar a alargar la vida tres años. Esta es la conclusión a la que llegó un estudio realizado por científicos del Instituto Karolinska de Estocolmo.

Tres años más de vida
Para este estudio, el centro contó con la participación de más de 71.000 ciudadanos suecos, a las que se le hizo un seguimiento durante trece años. Los participantes eran hombres y mujeres de entre 45 y 83 años de edad, y durante todo el tiempo que duró el estudio, murieron 11.439 personas.

Los resultados que obtuvieron fueron que las personas que no consumían nunca ni fruta ni verdura, vivieron tres años menos y tuvieron una tasa de mortalidad mayor en un 53%, en comparación a aquellas personas que ingieran cinco piezas de frutas y/o verduras al día.

En cuanto a las personas que solo consumían una pieza de fruta, consiguieron vivir 19 meses más que aquellos que no comían ninguna a diario. Y en referencia a las verduras, aquellos participantes que consumieron 3 verduras al día consiguieron vivir 32 meses más que los que nunca comían verdura.

Por lo tanto, la incidencia del consumo de frutas y verduras en la salud y en la longevidad es clara después de comprobar los datos de este estudio.

Relación de la fruta y verdura con el estrés
Pero la ingesta de frutas y verduras no afecta tan solo en la longevidad, si no también en los niveles de estrés. Según una investigación de la Universidad Edith Cowan, en Australia, ingerir frutas y verduras a diario se asocia a un menor nivel de estrés.

Este estudio contó con la participación de 8.600 australianos, con edades entre 25 y 91 años, que formaban parte del estudio Australian Diabetes, Obesity and Lifestyle del Baker Heart and Diabetes Institute.

Los resultados que obtuvo el estudio fueron que los participantes que comieron un mínimo de 470 gramos de fruta y verdura a diario, tenían un 10% menos de estrés que aquellos que consumían menos de 230 gramos. El estrés prolongado puede provocar la aparición de enfermedades mentales, como la ansiedad y la depresión. Estos datos coinciden con la recomendación de la Organización Mundial de la Salud (OMS), ya que aconsejan que se ingiera 400 gramos de fruta y verdura al día.

Por lo tanto, las frutas y verduras son un elemento esencial en nuestra salud, ya que que permiten vivir más años y ayudan a vivirlos de una forma más feliz, ya que incide directamente en los niveles de estrés y, en consecuencia, en el bienestar de las personas. / Mundo Deportivo

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Incluir frutas y verduras en la dieta es algo saludable e indispensable para gozar de buena salud. Por ello, es claro que este tipo de alimentos tienen muchas propiedades que benefician nuestro organismo, mejoran nuestras defensas y nos previenen de muchas enfermedades. Sin embargo, antes de llevarlos a casa, ambos alimentos son susceptibles de contaminarse con muchos patógenos que afectan nuestra salud, no sólo por el hecho de estar expuestos directamente a los agentes de nuestro entorno, sino que también en el proceso de siembra y cultivo, donde son sometidos a fumigaciones con pesticidas altamente contaminantes.

Por lo general las frutas y verduras se consumen crudas y esto implica un mayor riesgo para la salud, es por eso que resulta muy importante aprender a lavar y desinfectar muy bien este tipo de alimentos, con el fin de disminuir notablemente el riesgo de sus diferentes contaminantes, que pueden estar presentes por la suciedad, el proceso de almacenaje, el transporte y, como decíamos anteriormente, el uso de químicos y pesticidas con los que son cultivados. ¿Quieres aprender a lavar correctamente las verduras y frutas? 

  1. En primer lugar debes tener en cuenta que lo mejor que puedes hacer para lavar tus frutas y verduras, es hacerlo antes de partirlas o pelarlas. Cuando lavas la fruta o verdura entera, evitas que los patógenos que hay sobre la corteza, se trasladen hasta el interior del alimento. Esto lo puedes hacer independientemente de que la vayas a consumir o no, con cáscara.
  2. También debes asear muy bien tus manos antes de manipular cualquier tipo de verduras y frutas. La higiene personal también jugará un papel muy importante en la no contaminación de este tipo de alimentos.
  3. Al seleccionar las frutas y verduras que vas a lavar, las debes poner al menos dos minutos bajo el grifo, o bien, puedes ponerlas en un recipiente con agua para ahorrar agua. Si tienen muchos excesos de suciedad, puedes ayudarte utilizando un cepillo o esponja limpia y libre de jabones.
  4. Es recomendado eliminar las hojas externas de algunas frutas y verduras, ya que pueden estar contaminados.
  5. Para desinfectar las frutas y verduras, hay varios trucos caseros que puedes tener en cuenta, ya que utilizan productos antibacteriales, capaces de combatir las bacterias en estos productos y disminuyendo el riesgo que tienen sus patógenos contaminantes.
  6. Después de seguir estos pasos, es importante también limpiar muy bien los utensilios de cocina a utilizar, para evitar que el alimento se contamine mientras se manipula en la cocina.

¿Cómo desinfectar las verduras y frutas?

Cuando ya hayas lavado tus frutas y verduras, y preferiblemente antes de cortarlas, lo ideal es desinfectarlas completamente, con algunos tips caseros muy efectivos.

Bicarbonato de sodio

Este producto es muy económico, fácil de encontrar y, por lo general, lo incluimos en la canasta familiar, ya sea con fines culinarios o para uno que otro problema de salud. Otra de sus virtudes es limpiar y desinfectar efectivamente, es por eso que lo podemos utilizar para darle una correcta limpieza a las frutas y verduras.

¿Cómo hacerlo?

Diluir una cucharada sopera de bicarbonato de sodio en un litro de agua, poner las verduras y/o frutas en remojo por 10 minutos y listo.

Vinagre

El vinagre es otro de los desinfectantes naturales más poderosos que podemos encontrar, pues elimina todo tipo de bacterias al ser antimicrobiano. Al igual que el bicarbonato, es un producto muy económico y que encontramos en la canasta familiar. Lo mejor de todo es que es bueno para la salud y no tiene componentes tóxicos.

¿Cómo hacerlo?

Diluir un vaso de vinagre en un litro de agua, posteriormente remojar las frutas durante 10 minutos u optar por rociar la mezcla con un spray antes de usar el alimento en las preparaciones de la cocina.

Limón

El limón es un alimento conocido por sus propiedades desinfectantes y antibacteriales, que se deben principalmente al ácido cítrico. Este alimento combinado con un poco de vinagre, hace un desinfectante natural, ideal para eliminar cualquier patógeno de tus frutas y verduras.

¿Cómo hacerlo?

En un recipiente mezcla muy bien partes iguales de agua, limón y vinagre. Posteriormente coloca a remojar las frutas y/o verduras a utilizar, dejando actuar por 10 minutos, para luego enjuagar, secar con una toalla limpia y posteriormente utilizar.

Evita una contaminación de E.coli y Salmonella en tus cultivos de lechuga y espinaca

Espinacas y lechugas son cultivos sujetos a contaminación periódica de E. coli y Salmonella. A continuación, expertos de la Universidad de California comparten su experiencia y lecciones aprendidas al examinar la ecología y la biología de estos peligrosos patógenos bajo ambientes de producción.

P1: Si hay agua o materia orgánica contaminada con bacterias en el campo de cultivo durante la siembra, las plántulas que están germinando ¿se infestarán? ¿Terminarán las bacterias en los productos cosechados?

En una prueba de campo, cepas de E. coli aplicadas en forma de aerosol base agua (para simular servicios de riego), así como cepas que se mezclaron con arena y fueron colocadas en bolsas de malla (simulando fuentes de contaminación), no sobrevivieron en suelo durante largos periodos de tiempo en condiciones de cultivo comercial. No se recuperó el inóculo del aerosol ni el de las bolsas mediante cultivo directo en cajas Petri; trabajamos con plantas de lechuga y espinaca que crecían en suelo inoculado, o cerca del inóculo en las bolsas.

P2: Las bacterias patógenas que afectan al ser humano ¿se “internan” en cultivos hortícolas de hoja grande que crecen bajo condiciones reales de campo?

“Internalización” es el fenómeno mediante el cual las raíces de las plantas absorben microorganismos y los transportan hacia las hojas y tallos aéreos.

Algunos estudios realizados en laboratorio y cámaras de crecimiento indican que las hortalizas de hoja grande pueden absorber E. coli de esta manera, contaminando hojas que podrían llegar a ser consumidas por el ser humano.

Establecimos pruebas en una operación comercial para investigar la internalización bajo condiciones de campo. Cuando se inocularon varias cepas genéricas de E. coli en las raíces de espinacas utilizando el sistema de cintilla riego por goteo, el follaje sobre la superficie del suelo no arrojó resultados positivos a E. coli con métodos de siembra directa.

La esterilización superficial de las plantas con cloruro de mercurio seguida por el cultivo enriquecido, dio como resultado una de cada 80 plantas con resultados positivos para las cepas genéricas de E. coli. Con base en este experimento, creemos que E. coli no se interna en las hortalizas de hoja larga que se cultivan bajo condiciones de campo.

P3: Dado que las bacterias pueden sobrevivir en los residuos de cultivos, ¿qué se puede hacer en el campo para mejorar la degradación y reducir el número de bacterias?

Se realizaron otros estudios para determinar si las prácticas de producción podían incrementar la muerte y reducir el número de los patógenos que vivían en los residuos de cultivos de lechuga y espinaca.

Simulamos la contaminación de la lechuga al inocular cultivos maduros de operaciones comerciales con cepas genéricas de E. coli y Salmonella. Las parcelas con lechuga fueron tratadas de manera diferenciada por medio del uso de la podadora, el rodillo de anillos, o al no tocar los cultivos contaminados.

Después de un periodo de retención, los cultivos contaminados fueron mezclados en el suelo por medio del disco. Un conjunto de parcelas que incluían todos los tratamientos de suelo recibió un tratamiento de riego durante una semana después del discado.

La supervivencia de E. coli y Salmonella fue monitoreada al muestrear el suelo y los residuos de cultivos desde el día de la incorporación y luego a los 1, 6, 11, 20 y 48 días después de la incorporación.

Después de 21 días, se plantó un segundo cultivo de lechugas en las parcelas originales y las plantas fueron muestreadas en la etapa de entresacado (27 días después de la emergencia), a fin de evaluar la transferencia de las cepas inoculadas a este cultivo que se había vuelto a sembrar.

Después de la incorporación del primer cultivo, las bacterias objetivo fueron cuantificables sólo en unas cuantas parcelas, durante la primera fecha de muestreo; sin embargo, fueron recuperadas en las pruebas tomadas en fechas posteriores a los 48 días después de la inoculación.

Ninguna planta de lechuga del cultivo secundario en ninguna de las parcelas arrojó resultados positivos a E. coli.

Fuente: mejorconsalud.com

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Según una investigación de la Facultad de Ciencias de la Salud y de la Vida de la Universidad de Aston (Reino Unido), cuyos resultados han sido publicados en la revista científica British Journal Of Nutrition, las personas que comen fruta con frecuencia son más propensas a manifestar un mayor bienestar mental positivo y tienen menos probabilidades de presentar síntomas de depresión que las que no lo hacen. Es más, el equipo también descubrió que las personas que comen aperitivos salados, como las patatas fritas, que tienen pocos nutrientes, son más propensas a tener mayores niveles de ansiedad.

Entre sus hallazgos, también descubrieron que la frecuencia con la que se come la fruta es más importante para la salud psicológica que la cantidad total que se consume durante una semana típica.

Menos “lapsos mentales cotidianos”
En contraste, las personas que consumían con frecuencia alimentos salados pobres en nutrientes eran más propensas a sufrir “lapsos mentales cotidianos” (conocidos como fallos cognitivos subjetivos) y a informar de un menor bienestar mental. Además, un mayor número de lapsus se asoció con un mayor número de síntomas de ansiedad, estrés y depresión, y con una menor puntuación de bienestar mental.

“Se sabe muy poco sobre cómo la dieta puede afectar a la salud mental y al bienestar, y aunque aquí no examinamos directamente la causalidad, nuestros resultados podrían sugerir que picar con frecuencia alimentos salados pobres en nutrientes puede aumentar los lapsos mentales cotidianos, lo que a su vez reduce la salud psicológica”, explica la autora principal, la estudiante de doctorado Nicola-Jayne Tuck.

Fuente: abc.com.py

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Un estudio reciente en humanos publicado en la revista científica Antioxidants descubrió que consumir uvas protege contra el daño de los rayos ultravioleta (UV) en la piel.¹ Los sujetos del estudio mostraron una mayor resistencia a las quemaduras solares después de consumir unos 500 g de uvas todos los días durante dos semanas. Además, los sujetos que mostraban resistencia a los rayos UV demostraron perfiles microbiómicos y metabolómicos únicos que sugerían una correlación entre el intestino y la piel. Se cree que los componentes naturales conocidos como polifenoles que se encuentran en las uvas son los responsables de estos efectos beneficiosos.

Este estudio refuerza la investigación previa en esta área. En esta investigación con 29 voluntarios humanos, los investigadores examinaron el impacto de consumir polvo de uva entera, equivalente a 500 g de uvas por día, durante 14 días contra el daño solar causado por la luz ultravioleta. La respuesta de la piel de los sujetos a la luz ultravioleta se midió antes y después de consumir uvas durante dos semanas, determinando la dosis umbral de radiación ultravioleta que indujo el enrojecimiento visible después de 24 horas: la dosis mínima de eritema (MED). Además, se llevó a cabo un análisis metabolómico del microbioma intestinal, muestras de sangre y orina.

Un tercio de los sujetos demostraron resistencia a los rayos UV después del consumo de uvas y estos mismos sujetos mostraron diferencias significativas en el microbioma y el metaboloma en comparación con los que no respondieron. Los mismos tres metabolitos urinarios estaban deprimidos en el grupo resistente a los rayos UV. Un metabolito en particular (2′-desoxirribosa) es un fuerte indicador de fotodaño reducido y sugiere perfiles genéticos únicos de relevancia para la medicina.

Tres de los sujetos resistentes a los rayos UV mostraron una respuesta duradera en la que se mantuvo la protección UV después de volver a no consumir uvas durante cuatro semanas más. Esto sugiere que un segmento de la población es capaz de resistir las quemaduras solares tras el consumo de uvas y que existe una correlación entre el intestino-piel y la resistencia a los rayos UV.

Más de 3 millones de estadounidenses se ven afectados por cáncer de piel cada año, en gran parte como resultado de la exposición a la luz solar. Se estima que uno de cada cinco estadounidenses desarrollará cáncer de piel a la edad de 70 años.² La mayoría de los casos de cáncer de piel están asociados con la exposición a la radiación ultravioleta del sol: alrededor del 90 por ciento de los cánceres de piel no melanoma y el 86 por ciento de los melanomas, respectivamente.

John Pezzuto, autor principal del artículo y profesor y decano de la Universidad de Western New England en Springfield, Massachusetts, señala: “’Que tu comida sea tu medicina y la medicina sea tu comida’ se remonta a la época de Hipócrates. Ahora, después de 2.500 años, como lo demuestra este estudio en humanos realizado con uvas, todavía estamos aprendiendo la realidad de esta declaración”.

 

¹Pezzuto, J.M; Dave, A.; Park, E.-J.; Beyoglu, D.; Idle, J.R. Short-Term Grape Consumption Diminishes UV-Induced Skin Erythema. Antioxidants 2022, 11,2372. 
²Skin Cancer Facts and Statistics. Skin Cancer Foundation website 

Foto: Dreamstime

Fuente:

Nick Nakashian
Grapes from California

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Apoyados con 250.000 libras de financiación, los médicos de cabecera de los distritos londinenses han empezado a recetar frutas y verduras a sus pacientes.

Las autoridades locales de Tower Hamlets y Lambeth y una organización benéfica local, que aportan los fondos, evaluarán si esta iniciativa piloto ayuda a combatir las enfermedades relacionadas con la dieta y la inseguridad alimentaria.

A los participantes (122 residentes) en el proyecto piloto se les recetarán, a lo largo de un año, vales de entre 6 y 8 libras a la semana, añadiendo 2 libras más a la semana para que cada miembro de la familia los gaste en comercios locales.

Si el proyecto piloto se considera un éxito, podría extenderse a todo el Reino Unido, siempre en función de la financiación disponible.

Fuente: www.pulsetoday.co.uk

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