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Con la introducción de cultivos modificados genéticamente, pesticidas más potentes y de uso más frecuente, y un clima que cambia rápidamente, las colonias de abejas están desapareciendo rápidamente en muchas partes del mundo.

Las abejas son uno de los polinizadores más valiosos, responsables de la polinización del 80% de las plantas del mundo. Eso significa que 1 de cada 4 bocados de comida que comemos se debe al duro trabajo de las abejas. Sin ellas, nuestro suministro de alimentos disminuiría drásticamente, y la vida tal y como la conocemos, se vería gravemente alterada.

Además, la demanda de miel ha hecho que muchas marcas comerciales de miel racionalicen la producción alimentando a las abejas con una dieta de jarabe de maíz, en lugar de flores silvestres, lo que hace que las abejas enfermen.

¿Por qué salvar a las abejas?
Desde las manzanas hasta las almendras, pasando por la calabaza, tenemos que dar las gracias a las abejas.

Ahora, una enfermedad conocida como Colony Collapse Disorder está provocando la caída en picado de las poblaciones de abejas, lo que significa que estos alimentos también están en peligro. Sólo en Estados Unidos, más del 25% de la población de abejas melíferas ha desaparecido desde 1990. Las abejas son uno de los muchos animales, como pájaros, murciélagos, escarabajos y mariposas, llamados polinizadores.

Los polinizadores transfieren el polen y las semillas de una flor a otra, fertilizando la planta para que pueda crecer y producir alimentos. La polinización cruzada ayuda a prosperar al menos al 30% de los cultivos del mundo y al 90% de nuestras plantas silvestres. Sin las abejas para esparcir las semillas, muchas plantas -incluidos los cultivos alimentarios- morirían.

Según un artículo publicado en Newsweek, un estudio realizado el año pasado encontró 35 pesticidas y fungicidas, algunos en dosis letales, en el polen recogido de las abejas que se utilizaban para polinizar los cultivos alimentarios en cinco estados de Estados Unidos. Se descubrió que las abejas que comían polen contaminado con fungicidas tenían tres veces más probabilidades de ser infectadas por un parásito relacionado con el colapso de las colonias.

¿Qué podemos hacer para ayudar a las abejas?
Sencillo y complicado a la vez, tener un jardín beneficioso para las abejas. Hablamos de algunas plantas con mucho polen que facilitarán el trabajo de las abejas y quizá también les ayuden a salvarse.

Plantas autóctonas con flor. Las plantas más beneficiosas y fáciles para tu jardín son siempre las autóctonas. Las plantas autóctonas se encuentran de forma natural en tu región, por lo que están especialmente adaptadas a las condiciones de cultivo, la fauna y el clima locales. Las plantas autóctonas de floración abierta son las mejores para las abejas, y puedes consultar en tu vivero local. Las plantas de una sola flor son más fáciles de acceder para las abejas y suelen proporcionar más néctar y polen que sus versiones híbridas de doble flor. Busca flores orgánicas y tradicionales que tus abuelos o bisabuelos hayan plantado en sus jardines. Las abejas tienen una excelente percepción por el color, así que no temas mezclar tu paleta de colores de floración. Les gustan especialmente los azules, morados, blancos y amarillos.

Hierbas. Las hierbas aromáticas son el mejor aliado. No sólo las adoran las abejas, sino que son comestibles, ayudan a controlar las poblaciones de insectos invasores, huelen bien y tienen un aspecto maravilloso. Muchas hierbas se auto-siembran (especialmente si hay muchas abejas mezclando el polen), así que asegúrate de plantarlas donde vayas a tenerlas. Además, otras hierbas, como la menta y el tomillo, se extienden como un loco, así que cultívalas en macetas o en jardines bien delimitados. La borraja, la hierba gatera, el eneldo, la melisa, la menta, la lavanda, la salvia, el romero, la albahaca, la mejorana y el tomillo son muy populares entre los polinizadores. Deja que algunas de las plantas de hierbas florezcan y plántalas entre las hortalizas de tu jardín para aumentar las cosechas.

Puedes empezar por estas plantas:

Lavanda
Romero
Salvia
Melisa
Girasol
Mejorana
Hierba gatera
Tomillo
Menta
Albahaca
Arándano
Manzanilla
Azafrán
Orégano
Milenrama

Abeja en flor. Imagen: Kletr Shutterstock

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Descubre cómo cultivar plantas aromáticas desde la semilla hasta obtener hermosas plantas con nuestra guía de cultivo detallada. Aprende todo lo que necesitas saber sobre las mejores prácticas para el cuidado y mantenimiento de tus plantas aromáticas para obtener una cosecha abundante.

Hacer crecer tus propios plantas es una experiencia muy agradable y gratificante. ¡Siempre recomendable!

Plantas aromáticas

Las plantas aromáticas son aquellas que tienen hojas, flores, semillas o raíces que emiten un aroma característico y agradable. Estas plantas son utilizadas comúnmente en la cocina, la medicina y la cosmética debido a sus propiedades aromáticas y medicinales.

Algunos ejemplos de plantas aromáticas son:

Menta (Mentha spp.): hojas con aroma refrescante, utilizada en infusiones, dulces, postres y cócteles. Originaria de Europa, Asia y América del Norte, pero cultivada en todo el mundo.

Romero (Rosmarinus officinalis): arbusto perenne con hojas aromáticas y flores pequeñas de color azul o violeta. Utilizado en la cocina mediterránea, carnes y salsas. Originario del Mediterráneo, pero también se cultiva en América del Norte, Sudamérica y Asia.

Lavanda (Lavandula spp.): arbusto perenne con hojas grises y flores violetas o azules. Utilizado en la aromaterapia, perfumes, jabones y para relajar y conciliar el sueño. Originaria de la región mediterránea, pero también se cultiva en América del Norte, Sudamérica y Asia.

Tomillo (Thymus vulgaris): planta perenne con hojas pequeñas y flores rosadas o blancas. Utilizado en la cocina mediterránea, carnes, sopas y guisos. Originario del Mediterráneo, pero también se cultiva en América del Norte, Sudamérica y Asia.

Salvia (Salvia officinalis): planta perenne con hojas grandes y aromáticas de color grisáceo y flores lilas. Utilizado en la cocina mediterránea, carnes, aves y como tónico digestivo. Originaria del Mediterráneo, pero también se cultiva en América del Norte, Sudamérica y Asia.

Orégano (Origanum vulgare): planta perenne con hojas pequeñas y flores rosadas o blancas. Utilizado en la cocina mediterránea, pizzas, salsas y carnes. Originario del Mediterráneo, pero también se cultiva en América del Norte, Sudamérica y Asia.

Cilantro (Coriandrum sativum): planta anual con hojas verdes y pequeñas flores blancas o rosadas. Utilizado en la cocina mexicana, india, tailandesa y en la preparación de salsas, guacamole y ceviches. Originario de Asia, pero también se cultiva en América del Norte, Sudamérica y Europa.

Albahaca (Ocimum basilicum): planta anual con hojas grandes y aromáticas de color verde brillante y flores blancas o rosadas. Utilizado en la cocina mediterránea, pizzas, pastas y ensaladas. Originaria de Asia, pero también se cultiva en América del Norte, Sudamérica y Europa.

Estas son solo algunas de las plantas aromáticas más comunes, existen muchas más que se utilizan en diferentes culturas y gastronomías del mundo.

Además de sus beneficios culinarios y medicinales, las plantas aromáticas también son valoradas por su capacidad para repeler insectos y mejorar la calidad del aire en interiores.

Cómo cultivar aromáticas en casa

Es muy práctico tenerlas siempre a mano cuando queremos cocinar. ¡Y es más sencillo de lo que pensamos! Te damos algunos consejos básicos para cultivar tus propias plantas aromáticas.

Lo que necesitas

Semillas
Substrato
Semilleros aunque puedas plantar directamente en macetas

Guía de siembra

Humedece. Para mejores resultados, humedece el sustrato antes de rellenar los semilleros, así toda la mezcla estará húmeda y no quedarán zonas secas que puedan dificultar la germinación.

Rellena. Rellena los semilleros con el sustrato humedecido, dejando 1-2 cm libre hasta el borde. Presiona ligeramente con la yema de los dedos.

Siembra. Coloca 2 o 3 semillas sobre el sustrato. Usa un poco de sustrato humedecido para enterrar las semillas. Etiqueta los cultivos y vuelve a regar con un vaporizador. Deberás quedaste solo con un plantón una vez hayan germinado.

Cuidados mientras crecen

Humedad. La clave para una buena germinación es mantener el medio de crecimiento húmedo. Protege y riega a menudo con un vaporizador.

Luz. Las semillas no necesitan luz directa para germinar (a excepción de algunos casos). Sin embargo, una vez aparezcan las primeras hojas, necesitaran 12 horas de luz al día.

Ventilación. Una vez germinados, una ventilación adecuada es mas importante que un ambiente húmedo.
Nutrientes. En cuanto aparezcan las primeras hojas verdaderas los plantones necesitarán una pequeña dosis de fertilizante. Mezcla un fertilizante líquido orgánico con el agua de riego de vez en cuando.

Cómo cultivar plantas aromáticas en macetas

Cultivar plantas aromáticas en macetas es una excelente opción para aquellos que no tienen mucho espacio o quieren mantener sus plantas en interiores. Aquí te presento algunos pasos para cultivar plantas aromáticas en macetas:

Escoge la maceta adecuada: La maceta debe ser lo suficientemente grande como para permitir que las raíces de la planta crezcan y se desarrollen adecuadamente. Además, la maceta debe tener agujeros de drenaje para evitar el encharcamiento del agua.

Prepara el sustrato: Utiliza un sustrato rico en nutrientes y que permita un buen drenaje del agua. Puedes comprar un sustrato para plantas aromáticas en cualquier tienda de jardinería o puedes hacerlo tú mismo mezclando tierra, arena y compost.

Siembra las semillas: Siembra las semillas a una profundidad de 1-2 cm en el sustrato. Cubre las semillas con sustrato y presiona ligeramente.

Riega adecuadamente: Riégalas con cuidado para evitar el encharcamiento del agua. Las plantas aromáticas necesitan un riego regular, pero es importante no excederse para evitar que las raíces se pudran.
Colócalas en un lugar soleado: Las plantas aromáticas necesitan al menos 6 horas de sol directo al día, por lo que es importante colocar las macetas en un lugar soleado.

Fertiliza periódicamente: Las plantas aromáticas necesitan nutrientes adicionales para crecer fuertes y saludables. Puedes fertilizarlas periódicamente con un abono orgánico o líquido.

Poda regularmente: Poda las plantas aromáticas regularmente para mantenerlas compactas y estimular un crecimiento saludable. Además, la poda también puede mejorar el sabor y el aroma de las hojas.

Siguiendo estos pasos podrás cultivar tus propias plantas aromáticas en macetas y disfrutar de su aroma y sabor fresco en tus comidas y bebidas.

Fuente: ecoinventos.com

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Los cuidados de la menta en tu jardín

Aquí tenemos otra nueva planta aromática para incorporar a nuestro jardín o huerto de plantas aromáticas. Esta seguro que la conocéis, pero quizá aún no os habéis atrevido a cultivarla. Os lo recomendamos encarecídamente, incluso para combinarla con hortícolas en tu huerto ecológico, debido a sus propiedades repelentes de plagas. Hoy, en Agromática, hablamos de los cuidados de la menta.

El cultivo de la menta
Las propiedades de la menta se conocen desde hace mucho tiempo y lleva ya 4 siglos de cultivo intensivo en Europa. La menta es utilizada como componente activo para aceites esenciales, analgésicos y como ayuda para aliviar los síntomas de resfriados. Todo esto lo podemos conseguir a tiro de piedra si salimos a nuestro jardín y recogemos las hojas de nuestra menta.

Plantar menta en el huerto
Clima y suelo idóneo para los cuidados de la menta
El clima donde se desarrolla la menta es propio de un clima templado y condiciones de semi sombra o zonas sombrías, ya que el sol directo, quema las hojas y reduce la humedad, un requisito importante en el cultivo de la menta.

La mayoría de plantas aromáticas, como la menta, se adaptan a gran variedad de suelos. Sin embargo, para los perfectos cuidados de la menta se elige o transforma un suelo con buen drenaje y buen contenido en materia orgánica.

De esta manera el suelo tendrá un buen contenido en humedad, que también forma parte de un requisito de esta planta aromática. Si tuviéramos que elegir una estructura de suelo diríamos que el suelo arcilloso es el más indicado para este cultivo.

El abonado. Un requisito importante en los cuidados de la menta
Si definiéramos dos conceptos clave en el cultivo de la menta, uno sería el abono que se le añade y el contenido de humedad, relacionado con la frecuencia y la cantidad de riego que se le aplique (y que veremos más adelante).

Es una planta especialmente exigente en abonado orgánico o mineral. Se prepara el suelo donde se vaya a cultivar con una mezcla de la tierra y compost o estíercol. Generalmente con estas dos formas de abonar es suficiente.

Puede ser que presente algunas carencias minerales como clorosis (observa las hojas) si el suelo es muy pobre. En ese caso tendrás que aportar algún abono mineral de los muchos que mencionamos.

Si tienes a mano fertilizantes convencionales, puedes optar por el equilibrio 1-1-1 que proporciona el triple 15 o el triple 20.

Las cantidad a aportar, a nivel de huerto, las podemos hacer repartiendo un poco de abono alrededor de cada planta. El agua que aportemos con el riego o la propia lluvia conseguirá solubilizar y liberar el fertilizante, aportando nitrógeno, fósforo y potasio a la menta.

De esta forma, aumentará la producción de hojas, se incrementará la acumulación de aceites esenciales y mejorará el color de la planta.

Características de la menta
Cómo regar de forma ideal
Este es el quid de la cuestión en los cuidados de la menta. Necesita riego en abundancia, humedad constante. Con estas condiciones se asegura un crecimiento continuado de la planta y un desarrollo y expansión del cultivo de forma veloz (la menta crece muy rápido).

Si bien, antes hemos mencionado la elección del suelo con buen drenaje para evitar, entre tanto riego, el encharcamiento y la formación de hongos. En verano, el riego ha de ser muy continuado, aunque también puedes utilizar algunos trucos como el acolchado para acumular de forma más eficiente la humedad en el suelo.

Si efectúas el riego como hemos comentado, la menta ampliará su espacio hasta el punto de que puede llegar a ser invasiva. Esto lo controlamos a través de la poda, limitando el espacio donde queremos que se desarrolle.

Cuando sucede esto, es que por supuesto estás haciendo muy bien las cosas. Una planta con mal desarrollo se preocupará por sobrevivir dentro de las malas condiciones en las que crece, antes de querer expandirse y «conquistar» terreno.

Una forma de comprobar cuanta cantidad de agua es suficiente, es conseguir que se humedezca toda la zona del bulbo húmedo, como en la fotografía anterior. Después, la frecuencia de riego estará determinada por el tiempo que pasa hasta que dicha humedad se disipe y no tengamos tierra pegada al introducir el dedo.
Multiplicación de la menta
La menta se reproduce exitósamente por esquejes o estolones. Si se hace por esquejes tienes un periodo desde finales de invierno (cuidado con las heladas) hasta principios de privamera. Y por estolones en otoño o primavera.

¿Y por semillas? Sí, también se puede hacer. Es un proceso más lento que requiere cerca de 1 mes de germinación en condiciones de semillero o interior. El inconveniente es que por semillas ya no se obtiene la genética de la planta madre y se pueden dar hibridaciones de plantas no adecuadas.

Otros tipos mentas
No todo el monte es… menta. Dentro del género Mentha hay otras entre las cuales tenemos dos muy famosas:

Fuente: agromatica

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Por: Natalie Devenin. Diseñadora Industrial y Master en Nuevos Hábitos Alimentarios

¿Puede haber algo más onírico y placentero que un manto multicolor de flores frescas y aromáticas, cual desierto florido? ¿Pues qué tal un delicado pétalo, de la más delicada flor, dejándose caer sobre su boca? Y si a esto ¿le agregamos una copa de espumante?

Pues sí, esta experiencia sensorial poco común para la mayoría, es algo que podemos experimentar en distintos contextos. Lentamente, las flores comestibles han ganado un espacio dentro del mercado chileno, y al parecer, llegaron para quedarse y marcar una huella visual, tan llamativa como esa escena de “American Beauty”.

Desde antaño, las plantas y flores han cumplido distintos roles, en diversas culturas. Desde una función meramente ornamental, a ser utilizadas como medicina natural, e incluso como veneno, según sea su dosis y preparación. La mayoría de nosotros está acostumbrado al consumo de hierbas medicinales, plantas silvestres que podemos encontrar en el campo, e incluso en nuestros jardines, pero comer flores, es otra cosa. El preparar e ingerir infusiones en base a diversas hierbas es algo que forma parte de la cultura, con una connotación de sanación y cuidado natural. Podemos encontrar hierbas envasadas y diversos productos fitoterapéuticos en farmacias. Pero, ¿y las flores?

Las flores tienen una connotación diferente, más asociada al lujo, placer y cosmética. Su principal uso es en un contexto de alta gastronomía, apelando a una experiencia sutil y única, sin dejar de lado sus funciones benéficas.

En el año 2009, el Ministerio de Salud de Chile lanzó un catastro de plantas medicinales, llamado “Medicamentos Herbarios Tradicionales, 103 especies vegetales” (éste puede encontrarse fácilmente en internet, y descargarse como pdf), el que busca difundir información y “revalorizar el acervo cultural autóctono” sobre el consumo de plantas con propiedades para la salud. En éste  se pueden encontrar sus características descriptivas, su uso doméstico medicinal e información sobre sus orígenes y una ficha técnica.

Este catastro cuenta con 103 plantas validadas por el MinSal, entregando indicaciones de uso, las cuales incluyen ocasionalmente la incorporación de sus flores para preparar infusiones, compresas y en algunos casos, su uso gastronómico, como es el caso de la Borraja (Borago Officinalis), una flor muy atractiva tanto en su forma y color, cuyo origen proviene de la zona mediterránea europea y Asia menor. Esta flor, que puede ser utilizada en ensaladas, tortillas u otras preparaciones, tiene propiedades diuréticas, sudoríficas, depurativas y anti-inflamatorias. Esta flor puede ser conseguida en formato fresco, a través de “Toronjil Cuyano”, un proyecto apoyado por INDAP, en la zona de Limache, V Región de Chile.

Otro ejemplo de emprendimiento chileno relacionado a flores comestibles, es un proyecto apoyado por la Fundación para la Innovación Agraria, bastante destacado y novedoso, fácil de encontrar en ferias gastronómicas y mercados gourmet. Este es el caso de Alupra, una Pyme de la zona de La Araucanía, cuyo equipo emprendedor decidió revalorizar la exótica flor nacional, el copihue. Sin embargo, Alupra ofrece una propuesta de consumo diferente, pues su oferta consiste en pétalos de copihue en formato de conserva, con una versión salada, a modo de carpaccio, para acompañar y decorar platos, y otra versión dulce, para innovar en postres y cócteles.

Otro ejemplo que podemos encontrar en el mercado nacional es el caso de un producto australiano, Wild Hibiscus, también una flor en conserva utilizada principalmente para cócteles, con una impresionante presentación, un Hibiscus sumergido en una copa de espumante, añadiendo un toque de color audaz y vibrante. Aparte de estos ejemplos poco convencionales, se pueden encontrar también otros productos un poco más tradicionales, como la mermelada de pétalos de rosa, de producción artesanal.

En base a esto, podemos ver que poco a poco, las flores se van ganando un nuevo espacio en nuestros paladares curiosos. Ahora las flores son un bien multisensorial por descubrir, que entretienen nuestra vista, olfato, gusto y tacto.

¿Podrían las flores cultivadas convertirse en un ítem gastronómico deseado como experiencia de consumo para los chilenos? Aún hay mucho por explorar y mucha materia prima para experimentar… Bienvenidos sean los valientes innovadores que nos provean de nuevas experiencias con las flores comestibles.

Fotografía: Inao

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