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Descubre cómo cultivar plantas aromáticas desde la semilla hasta obtener hermosas plantas con nuestra guía de cultivo detallada. Aprende todo lo que necesitas saber sobre las mejores prácticas para el cuidado y mantenimiento de tus plantas aromáticas para obtener una cosecha abundante.

Hacer crecer tus propios plantas es una experiencia muy agradable y gratificante. ¡Siempre recomendable!

Plantas aromáticas

Las plantas aromáticas son aquellas que tienen hojas, flores, semillas o raíces que emiten un aroma característico y agradable. Estas plantas son utilizadas comúnmente en la cocina, la medicina y la cosmética debido a sus propiedades aromáticas y medicinales.

Algunos ejemplos de plantas aromáticas son:

Menta (Mentha spp.): hojas con aroma refrescante, utilizada en infusiones, dulces, postres y cócteles. Originaria de Europa, Asia y América del Norte, pero cultivada en todo el mundo.

Romero (Rosmarinus officinalis): arbusto perenne con hojas aromáticas y flores pequeñas de color azul o violeta. Utilizado en la cocina mediterránea, carnes y salsas. Originario del Mediterráneo, pero también se cultiva en América del Norte, Sudamérica y Asia.

Lavanda (Lavandula spp.): arbusto perenne con hojas grises y flores violetas o azules. Utilizado en la aromaterapia, perfumes, jabones y para relajar y conciliar el sueño. Originaria de la región mediterránea, pero también se cultiva en América del Norte, Sudamérica y Asia.

Tomillo (Thymus vulgaris): planta perenne con hojas pequeñas y flores rosadas o blancas. Utilizado en la cocina mediterránea, carnes, sopas y guisos. Originario del Mediterráneo, pero también se cultiva en América del Norte, Sudamérica y Asia.

Salvia (Salvia officinalis): planta perenne con hojas grandes y aromáticas de color grisáceo y flores lilas. Utilizado en la cocina mediterránea, carnes, aves y como tónico digestivo. Originaria del Mediterráneo, pero también se cultiva en América del Norte, Sudamérica y Asia.

Orégano (Origanum vulgare): planta perenne con hojas pequeñas y flores rosadas o blancas. Utilizado en la cocina mediterránea, pizzas, salsas y carnes. Originario del Mediterráneo, pero también se cultiva en América del Norte, Sudamérica y Asia.

Cilantro (Coriandrum sativum): planta anual con hojas verdes y pequeñas flores blancas o rosadas. Utilizado en la cocina mexicana, india, tailandesa y en la preparación de salsas, guacamole y ceviches. Originario de Asia, pero también se cultiva en América del Norte, Sudamérica y Europa.

Albahaca (Ocimum basilicum): planta anual con hojas grandes y aromáticas de color verde brillante y flores blancas o rosadas. Utilizado en la cocina mediterránea, pizzas, pastas y ensaladas. Originaria de Asia, pero también se cultiva en América del Norte, Sudamérica y Europa.

Estas son solo algunas de las plantas aromáticas más comunes, existen muchas más que se utilizan en diferentes culturas y gastronomías del mundo.

Además de sus beneficios culinarios y medicinales, las plantas aromáticas también son valoradas por su capacidad para repeler insectos y mejorar la calidad del aire en interiores.

Cómo cultivar aromáticas en casa

Es muy práctico tenerlas siempre a mano cuando queremos cocinar. ¡Y es más sencillo de lo que pensamos! Te damos algunos consejos básicos para cultivar tus propias plantas aromáticas.

Lo que necesitas

Semillas
Substrato
Semilleros aunque puedas plantar directamente en macetas

Guía de siembra

Humedece. Para mejores resultados, humedece el sustrato antes de rellenar los semilleros, así toda la mezcla estará húmeda y no quedarán zonas secas que puedan dificultar la germinación.

Rellena. Rellena los semilleros con el sustrato humedecido, dejando 1-2 cm libre hasta el borde. Presiona ligeramente con la yema de los dedos.

Siembra. Coloca 2 o 3 semillas sobre el sustrato. Usa un poco de sustrato humedecido para enterrar las semillas. Etiqueta los cultivos y vuelve a regar con un vaporizador. Deberás quedaste solo con un plantón una vez hayan germinado.

Cuidados mientras crecen

Humedad. La clave para una buena germinación es mantener el medio de crecimiento húmedo. Protege y riega a menudo con un vaporizador.

Luz. Las semillas no necesitan luz directa para germinar (a excepción de algunos casos). Sin embargo, una vez aparezcan las primeras hojas, necesitaran 12 horas de luz al día.

Ventilación. Una vez germinados, una ventilación adecuada es mas importante que un ambiente húmedo.
Nutrientes. En cuanto aparezcan las primeras hojas verdaderas los plantones necesitarán una pequeña dosis de fertilizante. Mezcla un fertilizante líquido orgánico con el agua de riego de vez en cuando.

Cómo cultivar plantas aromáticas en macetas

Cultivar plantas aromáticas en macetas es una excelente opción para aquellos que no tienen mucho espacio o quieren mantener sus plantas en interiores. Aquí te presento algunos pasos para cultivar plantas aromáticas en macetas:

Escoge la maceta adecuada: La maceta debe ser lo suficientemente grande como para permitir que las raíces de la planta crezcan y se desarrollen adecuadamente. Además, la maceta debe tener agujeros de drenaje para evitar el encharcamiento del agua.

Prepara el sustrato: Utiliza un sustrato rico en nutrientes y que permita un buen drenaje del agua. Puedes comprar un sustrato para plantas aromáticas en cualquier tienda de jardinería o puedes hacerlo tú mismo mezclando tierra, arena y compost.

Siembra las semillas: Siembra las semillas a una profundidad de 1-2 cm en el sustrato. Cubre las semillas con sustrato y presiona ligeramente.

Riega adecuadamente: Riégalas con cuidado para evitar el encharcamiento del agua. Las plantas aromáticas necesitan un riego regular, pero es importante no excederse para evitar que las raíces se pudran.
Colócalas en un lugar soleado: Las plantas aromáticas necesitan al menos 6 horas de sol directo al día, por lo que es importante colocar las macetas en un lugar soleado.

Fertiliza periódicamente: Las plantas aromáticas necesitan nutrientes adicionales para crecer fuertes y saludables. Puedes fertilizarlas periódicamente con un abono orgánico o líquido.

Poda regularmente: Poda las plantas aromáticas regularmente para mantenerlas compactas y estimular un crecimiento saludable. Además, la poda también puede mejorar el sabor y el aroma de las hojas.

Siguiendo estos pasos podrás cultivar tus propias plantas aromáticas en macetas y disfrutar de su aroma y sabor fresco en tus comidas y bebidas.

Fuente: ecoinventos.com

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Si alguna vez soñaste con vivir de forma independiente y ser dueño de la comida que consumes, un invernadero casero puede ser un gran paso hacia ese objetivo. Tener tus propias verduras y hortalizas, de cosecha propia, es sin duda la mejor forma de controlar lo que comes, de saber que la comida en tu casa es lo natural que tu quieres que sea.

Invernadero casero
Y pensando que tu puedes hacer tu propio invernadero para cultivar tus propios alimentos invirtiendo solo 50$ lo hace increíble.

Pero para ello tendrás que reciclar y reutilizar muchos de los materiales a utilizar.

Si esta opción no te convence, te proponemos otra que es construir un invernadero con estructura de madera.

Aquí vas a descubrir como hacer un invernadero de forma sencilla.

Como hacer un invernadero
El diseño que os proponemos nos lo ofrece gratuitamente este sitio web, donde podréis encontrar unas instrucciones muy completas para poder hacer un invernadero paso a paso de unos 15 metros cuadrados, pero que se puede adaptar para hacerlo mas grande dependiendo del espacio que permita tu jardín.

Los materiales principales para construir tu propio invernadero será madera de Palets, tendrás que empezar a guardar palets con tiempo, cañas de bambú, clavos y plástico de invernadero.

Cómo hacer un Invernadero Casero por 45$
Tendrás que empezar limpiando la zona donde vayas a instalarlo. Haremos una zanja a lo largo de todo el contorno del terreno que hayamos elegido. Debe ser de unos 40 cm ya que debe aguantar un palet en vertical.

Debemos unir palet con palet para darle robustez a la estructura. Podemos usar unas tablas de palet y unos clavos adecuados.

Una vez conseguida la estructura de palets, la idea es tener una «viga» de madera central donde pasarán las cañas que sacaremos de los laterales.

Después ya sólo quedará colocar el plástico y asegurar el conjunto.

Ventajas de los invernaderos
Intensifica la producción: establecen buenas condiciones para el desarrollo de nuestras plantas, por el aislamiento del exterior.

Aumenta el rendimiento: se aumenta de 2 a 3 veces en comparación con el campo abierto, en cultivos hidropónicos pueden llegar a ser 10 veces.

Menos problemas: al proteger los cultivos se minimiza el daño climático.
Ahorro de agua: en los invernaderos normalmente se usa el riego por goteo, lo que constituye un gran ahorro en el riego.

Mejor control de plagas y enfermedades: su hermeticidad es clave para un buen control de plagas y enfermedades.

Podemos cultivar todo el año: El control climático dentro del invernadero nos permite poder cultivar todo el año sin problemas.

Fuente: ecoinventos.com

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Los cuidados de la menta en tu jardín

Aquí tenemos otra nueva planta aromática para incorporar a nuestro jardín o huerto de plantas aromáticas. Esta seguro que la conocéis, pero quizá aún no os habéis atrevido a cultivarla. Os lo recomendamos encarecídamente, incluso para combinarla con hortícolas en tu huerto ecológico, debido a sus propiedades repelentes de plagas. Hoy, en Agromática, hablamos de los cuidados de la menta.

El cultivo de la menta
Las propiedades de la menta se conocen desde hace mucho tiempo y lleva ya 4 siglos de cultivo intensivo en Europa. La menta es utilizada como componente activo para aceites esenciales, analgésicos y como ayuda para aliviar los síntomas de resfriados. Todo esto lo podemos conseguir a tiro de piedra si salimos a nuestro jardín y recogemos las hojas de nuestra menta.

Plantar menta en el huerto
Clima y suelo idóneo para los cuidados de la menta
El clima donde se desarrolla la menta es propio de un clima templado y condiciones de semi sombra o zonas sombrías, ya que el sol directo, quema las hojas y reduce la humedad, un requisito importante en el cultivo de la menta.

La mayoría de plantas aromáticas, como la menta, se adaptan a gran variedad de suelos. Sin embargo, para los perfectos cuidados de la menta se elige o transforma un suelo con buen drenaje y buen contenido en materia orgánica.

De esta manera el suelo tendrá un buen contenido en humedad, que también forma parte de un requisito de esta planta aromática. Si tuviéramos que elegir una estructura de suelo diríamos que el suelo arcilloso es el más indicado para este cultivo.

El abonado. Un requisito importante en los cuidados de la menta
Si definiéramos dos conceptos clave en el cultivo de la menta, uno sería el abono que se le añade y el contenido de humedad, relacionado con la frecuencia y la cantidad de riego que se le aplique (y que veremos más adelante).

Es una planta especialmente exigente en abonado orgánico o mineral. Se prepara el suelo donde se vaya a cultivar con una mezcla de la tierra y compost o estíercol. Generalmente con estas dos formas de abonar es suficiente.

Puede ser que presente algunas carencias minerales como clorosis (observa las hojas) si el suelo es muy pobre. En ese caso tendrás que aportar algún abono mineral de los muchos que mencionamos.

Si tienes a mano fertilizantes convencionales, puedes optar por el equilibrio 1-1-1 que proporciona el triple 15 o el triple 20.

Las cantidad a aportar, a nivel de huerto, las podemos hacer repartiendo un poco de abono alrededor de cada planta. El agua que aportemos con el riego o la propia lluvia conseguirá solubilizar y liberar el fertilizante, aportando nitrógeno, fósforo y potasio a la menta.

De esta forma, aumentará la producción de hojas, se incrementará la acumulación de aceites esenciales y mejorará el color de la planta.

Características de la menta
Cómo regar de forma ideal
Este es el quid de la cuestión en los cuidados de la menta. Necesita riego en abundancia, humedad constante. Con estas condiciones se asegura un crecimiento continuado de la planta y un desarrollo y expansión del cultivo de forma veloz (la menta crece muy rápido).

Si bien, antes hemos mencionado la elección del suelo con buen drenaje para evitar, entre tanto riego, el encharcamiento y la formación de hongos. En verano, el riego ha de ser muy continuado, aunque también puedes utilizar algunos trucos como el acolchado para acumular de forma más eficiente la humedad en el suelo.

Si efectúas el riego como hemos comentado, la menta ampliará su espacio hasta el punto de que puede llegar a ser invasiva. Esto lo controlamos a través de la poda, limitando el espacio donde queremos que se desarrolle.

Cuando sucede esto, es que por supuesto estás haciendo muy bien las cosas. Una planta con mal desarrollo se preocupará por sobrevivir dentro de las malas condiciones en las que crece, antes de querer expandirse y «conquistar» terreno.

Una forma de comprobar cuanta cantidad de agua es suficiente, es conseguir que se humedezca toda la zona del bulbo húmedo, como en la fotografía anterior. Después, la frecuencia de riego estará determinada por el tiempo que pasa hasta que dicha humedad se disipe y no tengamos tierra pegada al introducir el dedo.
Multiplicación de la menta
La menta se reproduce exitósamente por esquejes o estolones. Si se hace por esquejes tienes un periodo desde finales de invierno (cuidado con las heladas) hasta principios de privamera. Y por estolones en otoño o primavera.

¿Y por semillas? Sí, también se puede hacer. Es un proceso más lento que requiere cerca de 1 mes de germinación en condiciones de semillero o interior. El inconveniente es que por semillas ya no se obtiene la genética de la planta madre y se pueden dar hibridaciones de plantas no adecuadas.

Otros tipos mentas
No todo el monte es… menta. Dentro del género Mentha hay otras entre las cuales tenemos dos muy famosas:

Fuente: agromatica

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La mayoría asociamos la lavanda con productos para lavar la ropa y suavizantes. Lo que a lo mejor no sabíamos es que tiene propiedades desinfectantes, calmantes, antisépticas y digestivas.

Además, aporta un aroma a tu jardín que no puedes desaprovechar. Si tienes interés por conocer los cuidados de la lavanda, continúa leyendo.

Detalles particulares de la lavanda
La lavanda es una planta endémica de la zona del mediterráneo que podemos verla crecer de forma salvaje. También se conoce vulgarmente como espliego (es difícil de reconocer a nivel de nombre común si hay diferencias o no) y es cultivada tanto por sus propiedades medicinales como por su valor ornamental y aromático para el jardín.

En general, cuando hablamos de esta planta aromática, podemos referirnos a un gran número de especies ya que, como tal, Lavandula es un género de hasta 60 especies. Generalmente, al referirnos a lavanda, científicamente está catalogada como Lavandula angustifolia.

Subespecies reconocidas
Las especies de Lavandula más comunes y cultivadas en la Península ibérica como planta aromática son las siguientes:

Especies naturales:

Lavandula angustifolia
Lavandula angustifolia pyrenaica
Lavandula dentata
Lavandula lanata
Lavandula latifolia
Lavandula multifida
Lavandula pedunculata
Lavandula stoechas
Lavandula stoechas subsp. luisieri
Lavandula stoechas subsp. stoechas
Lavandula viridis
Especies híbridas:

Lavandula angustifolia angustifolia × latifolia
Lavandula angustifolia pyrenaica × latifolia
avandula angustifolia × dentata
Lavandula dentata × lanata
Lavandula dentata × latifolia
Lavandula lanata × latifolia
Lavandula pedunculata × stoechas
Lavandula pedunculata × viridis
Lavandula stoechas × viridis
Hábito de crecimiento
La lavanda es, generalmente, de porte rastrero, aunque como arbusto mediterráneo, puede superar el metro de altura. Lo más valorado de esta planta aromática es la producción de sus flores, las cuales, además de tener un gran interés ornamental, contienen principios activos valorados en perfumería y farmacia.

Flores

La inflorescencia que produce es en forma de espádice (cono alargado), que puede medir hasta 9 cm. La parte de abajo, el cáliz, está formado por vellosidades y tiene un color morado más oscuro. La parte superior está formada por brácteas de un color algo más claro.

Es esta mezcla de colores violáceos de diferentes tonalidades lo que realmente ofrece un paisaje realmente impresionante cuando vemos un campo de lavanda.

El periodo de floración de esta planta sucede desde mediados de primavera hasta finales de verano.

Hojas

La lavanda tiene hojas pequeñas, pelosas y carnosas. Al rozar nuestra mano con ellas nos impregnamos de sus aceites esenciales. Tiene tonalidades verdes grisáceas y son muy resistentes.

Lavanda en jardín
Distribución principal
Esta planta aromática es habitual encontrarla en montes mediterráneos de toda la Península Ibérica, Europa del Sur (incluido la mitad de Francia, famosa por el cultivo de plantas aromáticas para perfumería), Croacia e Italia.

Además de crecer de forma espontánea en matorrales mediterráneos y ambientes costeros, también se ha extendido su cultivo para producción y destilado de sus principios activos.

El ciclo de vida habitual de esta planta aromática se extiende a 10 años, aunque especies híbridas en producción se reduce para conseguir mayor producción de aceites esenciales.

Cuidados principales de la lavanda
Climatología y ubicación
Hablar de la lavanda es pensar en climas mediterráneos con inviernos suaves y veranos secos y calurosos. Esta es la climatología ideal para cualquier planta aromática del género Lavandula. Bajo estas condiciones, puede ser cultivada tanto en suelo directo como en macetas.

Temperaturas cálidas durante la mayor parte del año, aunque tolera condiciones de frío e incluso heladas ligeras en invierno.

Puede crecer bajo cualquier situación de humedad ambiental, aunque prefiere entornos secos.

En cuanto a iluminación, se cultiva en zonas muy bien iluminadas, a pleno Sol. Tengo en cuenta si quieres cultivar tu lavanda en macetas.

Condiciones del suelo o sustrato
En cuanto al suelo, la lavanda es una especie rústica que se adapta muy bien a cualquier textura de suelo. Para conseguir el desarrollo óptimo, prefiere los suelos ligeros, de arena o franco-arenosos y con un contenido medio en materia orgánica.

No es una especie exigente en fertilidad, ya que acostumbra a crecer en entornos pedregosos. Sin embargo, en los primeros años de vida valora enormemente que incorporemos mezclado con el suelo materia orgánica o compost descompuesto. Especialmente para desarrollar su sistema radicular.

Un dato muy importante en cuanto al suelo de la lavanda es el drenaje. Debemos evitar a toda costa el exceso de agua acumulada en el suelo o sustrato, dado que es bastante sensible a la pudrición de sus raíces.

Sustrato ideal para cultivar lavanda en macetas

El sustrato universal que podemos adquirir en cualquier centro de jardinería es suficiente, aunque podemos conseguir un extra si mejoramos aun más el drenaje.

Conseguir un sustrato ideal para plantas aromáticas consiste en mezclar, a partes iguales, dicho sustrato universal con otro 50% mucho más poroso. Hablamos de fibra de coco, vermiculita o incluso perlita.

Cualquiera de los 3 es igualmente válido, aunque nosotros tenemos preferencia por la fibra de coco, dado su precio y mezcla con otros sustratos.

Campo de lavanda
Consideraciones del riego de la lavanda
La lavanda es una planta aromática que soporta bien los periodos de sequía, típicos del clima mediterráneo donde, a veces, hay meses sin que llueva.

En estos casos, la lavanda que crece de forma salvaje sólo tiene la aportación de la lluvia y sobrevive. De hecho, es habitual su crecimiento en montes y praderas que reciben tan solo 300 mm (litros) de agua por año.

Sin embargo, para darle una vida mejor cultivada en nuestro jardín, no podemos depender del agua de lluvia únicamente. Es habitual colocarle un sistema de riego por goteo con un emisor por planta.

Frecuencia de riegos
1 riego por semana, 2 en casos de veranos muy calurosos, son suficientes para conseguir una lavanda perfectamente desarrollada.

Hablamos de un tiempo de riego para sistema por goteo de entre 40 y 50 minutos para emisores habituales de 4 L/h.

Riego par macetas
En macetas, el planteamiento es aun más sencillo, ya que podemos comprobar la humedad del sustrato con tan solo palparlo manualmente.

Debemos dejar el sustrato prácticamente seco entre riego y riego. De hecho, la lavanda es la típica planta, al igual que el romero y otras las suculentas, que solemos regar en exceso.

Regaremos con un volumen de 1/3 del volumen de la maceta, drenando entre un 10-20% del agua por los agujeros del macetero y con una frecuencia suficiente que permita secar el sustrato.

Si pasan 15 días y la tierra sigue húmeda, por favor, no riegues.

Consejos para multiplicar la lavanda
Es una especie generalmente muy multiplicada. Es habitual coger pequeños tallos de jardines con lavanda o incluso en macetas para intentar reproducirlos por nuestra cuenta.

Para el caso, existen varias formas de conseguir multiplicar la lavanda.

Qué abono aplicar
A pesar de ser una especie rústica y de crecimiento en suelos pobres, agradece el aporte de abono orgánico y mineral en plena brotación, al inicio de primavera.

Es recomendable dar un poco de cariño al suelo y a la planta aportando materia orgánica (2 a 3 kg por planta) en otoño, y en primavera, aportar fertilizantes minerales.

Uno recomendado para la lavanda es aplicar fertilizantes sólidos granulados. Consideramos una relación ideal de nitrógeno, fósforo y potasio el abono NPK 12-8-16, que también contiene magnesio y micronutrientes.

Se ha demostrado cómo el aporte de estos micronutrientes favorece la concentración de sus aceites esenciales.

En general, cualquiera de los abonos sólidos que puedas elegir, considera aportar entre 100 y 200 gramos por planta, alrededor del tallo principal y a inicio de primavera, reaplicando una vez más a mitad de verano.

Si disfrutas de esta planta aromática cultivada en macetas, también puedes abonar sin problemas, pero reduce la cantidad 30-50 gramos, ya que generalmente suelen ser plantas de menor tamaño.

Con esto será más que suficiente para lograr tener una planta sana y fuerte.

Multiplicación de lavanda por semillas
Germinar semillas de lavanda es una técnica fácil pero lenta de reproducir. Es fácil adquirir semillas de esta planta aromática en cualquier centro de jardinería o incluso por internet.

Sin embargo, exige paciencia que no todo el mundo logra tener. Hablamos de entre 1 y 3 meses de germinación. Sí, es bastante lenta.

A veces sucede en 15 días, pero todo depende de la subespecie de planta y las condiciones de almacenamiento.

Para su siembra, requiere temperatura ligeramente cálida (15-20 ºC), condiciones de humedad constante en el sustrato y con muy buena iluminación.

Hay zona donde a inicio de primavera ya obtenemos estas condiciones de siembra directa. Si no es tu caso, puedes utilizar un semillero o incluso germinar lavanda en macetas en el interior de casa, cercano a ventanas para permitir la entrada de luz.

Si decides obtener semillas por tu propia cuenta y a coste cero, puedes recolectarlas estrujando las flores directamente cuando termina su producción, a finales de verano.

Las conservaremos en lugar fresco y seco (un tarro de cristal suele ser lo habitual), para plantarlas a inicio de primavera, cuando haya una temperatura mínima y estable de 15 ºC.

Aquí puedes conseguir algunas semillas de lavanda.

Multiplicación por estacas o esqueje
La técnica de esquejado es un sistema más fácil de acelerar la reproducción de la lavanda, obteniendo las cualidades idénticas a la planta madre donde hemos seleccionado el tallo.

La selección del esqueje la realizaremos a final de verano, cuando la floración termina. Para ello, elegiremos un tallo de entre 10 y 15 cm de longitud, de consistencia semi-leñosa (brotación del mismo año).

Sobre dicho tallo realizamos un corte en diagonal (aumentamos la superficie de producción de raíces) y lo plantamos directamente en pequeñas macetas con sustrato universal y fibra de coco, a partes iguales.

Importante mantener la humedad en el sustrato en todo momento, en un ambiente cálido y con luz. Igualmente, agradece que haya humedad ambiental, por lo que podemos improvisar un invernadero cubriendo la maceta con plástico agujereado o una botella partida.

Para garantizar el éxito de la operación, se recomienda seleccionar varios esquejes ya que alguno puede fallar. Además, también podemos utilizar enraizantes naturales o productos hormonales (ácido indolácetico y citoquininas) para estimular la salida de las raíces nuevas.

Esqueje de lavanda
Esqueje de lavanda. Fuente: guiadejardineria
Plagas y enfermedades de Lavandula
A pesar de que consideramos esta planta aromática como resistente o incluso pensamos que por contener sus aceites esenciales puede alejar a los insectos, lo cierto y verdad es que también sufre sus penurias como toda especie botánica.

Plagas
Una de las plagas más habituales de Lavandula angustifolia es la cochinilla algodonosa. Puede situarse tanto en los tallos jóvenes (recién brotados) como en los más leñosos. Succiona la savia y debilita a la planta.

Enfermedades
La mayoría de enfermedades que sufre la lavanda están relacionadas con excesos de humedad tanto en el ambiente (periodo de lluvias) como en el sustrato o tierra (exceso de riego).

Por tanto, hablamos de enfermedades de cuello y relacionadas con la pudrición de raíces (Septoria, Phytophthora, etc.)

¿Qué es la tristeza de la lavanda?

Aunque no está bien definida ni estudiada, se asume que son un conjunto de hongos que afectan al desarrollo de lavanda, obstaculizando el movimiento de savia y secando lentamente la planta. De ahí el nombre.

Se achaca a varios condicionantes, como un suelo fatigado, falta de desarrollo radicular y condiciones ambientales agresivas, justo cuando más demanda hídrica necesitaría la lavanda.

En el caso de que encuentres tu lavanda mustia o débil, es probable que se deba a un exceso de riego. En general, lo podrás diferenciar si los tallos están flácidos y la flor se curva por su propio peso. Es un claro síntoma de que le ha faltado oxígeno a las raíces.

En cambio, una planta que se vuelve marrón, con hojas secas y crujientes es síntoma de sequedad, pero será muy difícil que encuentras a tu lavanda así salvo que te desentiendas de ella por completo.

Usos de la lavanda como planta medicinal
El extracto o aceite esencial de la lavanda es uno de los productos más utilizados y con mayor oferta de beneficios.

Propiedades antiespasmódicas, antisépticas, diuréticas, cicatrizantes y analgésicas.
Utilizada en forma de infusión, decocción, tintura, pomada y loción.
Efectos antiinflamatorios y alivio del dolor muscular tras la práctica de deporte.
Uso del aceite esencial en cosmética, perfumería y productos de higiene (suavizantes, geles y jabones).
Mejora de afecciones en las vías respiratorias.
Beneficio para el control de vértigos, diarreas, digestiones lentas, etc.
Usado vía tópica, para controlar llagas, picaduras de insectos, aliviar quemaduras, eccemas en la piel, etc.
Las flores recolectadas, una vez secas e introducidas en pequeñas bolsas transpirables, sirven para perfumar la ropa, ahuyentar pollilas y otros insectos y como efecto relajante para mejorar la conciliación del sueño.
Activación del metabolismo de los tejidos, aplicando en la piel.
Composición de sus aceites esenciales
Aunque si cultivamos lavanda muy pronto vamos a empezar a sentir el gran aroma que produce, lo curioso es que sólo está compuesto de un 0,8% de su aceite esencial principal en la planta fresca.

De ese 0,8% de aceite esencial de lavanda, está formado por un 30-40% de alcoholes terpénicos libres como linalol, geraniol, borneol, eucaliptol etc. Además, contiene carburos terpénicos (ocimino, dipenteno, canfeno, cariofileno), ácidos orgánicos (caféico, clorogénico, rosmarínico), ácido ursólico, taninos, etc.

En plantaciones de producción alta, de los tallos se puede lograr obtener un 1,2%, por lo que de cada 1.000 kg de ellos se pueden obtener unos 12 kg de aceite esencial.

Abeja libando una lavanda
Abeja libando una lavanda. Foto de Leonardo Angelini.
Importancia crucial de la lavanda en el ecosistema
La lavanda en el huerto o en un jardín aporta un color y aroma especiales. Los usos de la lavanda son numerosos como aromática, sabemos su efectividad contra las polillas de la ropa y su aceite esencial es más que un referente en la aromaterapia y cosmética.

Lo que también debemos tener en cuenta es que tener lavandas en el jardín o huerto supone un gran atractivo para polinizadores.

Seguramente has oído ya la importancia de las abejas y los polinizadores para los ecosistemas. Su acción es esencial y los productos fitosanitarios, la contaminación y las prácticas agrícolas más agresivas están mermando mucho su capacidad.

La protección de estos pequeños magos de la naturaleza corre de nuestra mano y teniendo lavanda en el huerto o en el jardín aportaremos ese pequeñito grano de arena.

Has de saber que la lavanda es una de las plantas favoritas de las abejas. Esto influirá en el resto de polinizaciones del jardín o huerto.

Digamos que la lavanda actúa como cebo y a partir de la ahí, las abejas y otros polinizadores se van paseando por nuestros dominios ayudando en la polinización especialmente en frutales. frutales. También atraen a muchas mariquitas que como sabrás son un importante aliado contra el pulgón, lo que se denomina lucha biológica.

Fuente: agromatica.es

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